Por primera vez, científicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) detectaron microplásticos en el aire de la Antártida, desafiando la percepción de que esa región es una zona si contaminación. El hallazgo, realizado en colaboración con el Instituto Antártico Argentino y otras instituciones, evidencia la afectación de la atmósfera atmosférica en uno de los lugares más remotos del planeta.
El estudio se llevó a cabo en las cercanías de la Base Carlini, en la Isla 25 de Mayo, perteneciente al Sector Antártico Argentino. Allí, un equipo interdisciplinario utilizó tecnología avanzada para analizar muestras recolectadas durante un año. Los resultados mostraron la presencia de microfibras de origen textil y plástico, confirmando la llegada de residuos desde fuentes locales y remotas.
Los microplásticos son fragmentos menores a 5 milímetros derivados de la degradación de plásticos o diseñados intencionalmente a esa escala y fueron identificados como una amenaza seria para los ecosistemas. Estos materiales no solo afectan la vida marina y terrestre, sino que también contribuyen al cambio climático al influir en procesos como la formación de nubes y la fusión de hielos en las regiones polares.
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Los investigadores de la UNLP que participaron del trabajo de investigación en la Antártida
El aporte de la UNLP
Mientras que la mayoría de los estudios publicados en la literatura se han centrado en la contaminación marina y el rol de las corrientes oceánicas, los monitoreos para evaluar la presencia de microplásticos en la circulación atmosférica antártica estaban ausentes hasta el momento.
El equipo de la UNLP es el del Centro de Química Inorgánica (CEQUINOR) perteneciente a la Facultad de Ciencias Exactas, al CONICET y asociado a la CIC. Lo que hizo fue analizar y caracterizar las muestras provenientes del monitoreo atmosférico realizado durante un año en los alrededores de la Base Carlini.
Los investigadores del CEQUINOR que participaron son Lucas Rodríguez Pirani y Lorena Picone, expresaron que “se hallaron residuos de origen plástico en todos los muestreadores analizados, siendo el 80% de las partículas encontradas microfibras de origen textil de no más de 30 micras de ancho”. Con esto destacan que “las muestras tuvieron que ser exhaustivamente analizadas mediante técnicas de microespectroscopia de infrarrojo y Raman”.
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Los científicos de la UNLP realizaron una estadía en el Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón de la ciudad de Campinas, San Pablo (Brasil). Por otro lado, en el CEQUINOR, y con apoyo de Rosana Romano, fue posible caracterizar de manera complementaria parte de las muestras a través de microespectroscopia Raman, que permite analizar materiales con una resolución espacial de hasta una 1 micra.
El impacto en la Antártida
El transporte de partículas plásticas a través de la atmósfera es una de las principales vías de contaminación en la región. Investigadores señalan que tanto los vientos locales como las masas de aire provenientes de ciudades patagónicas podrían ser responsables de la presencia de estos contaminantes en la Península Antártica.
La investigación, financiada por programas nacionales e internacionales, busca expandir los estudios hacia otras regiones del continente blanco, con el objetivo de comprender mejor las fuentes y los impactos de la contaminación plástica en la atmósfera.
Nuevas campañas científicas, apoyadas por instituciones como la Fundación Williams y la Organización Internacional de Energía Atómica, permitirán ampliar la red de monitoreo. Los científicos instalarán equipos avanzados en otras estaciones antárticas, reforzando la investigación sobre esta problemática global.