Pilar, José C. Paz, Tigre y Escobar registraron la llegada de la nieve, producto de la ola polar que llegó con una temperatura de 2 grados.
A la inusual nevada que cayó el domingo en Sierra de la Ventana, se sumaron este lunes más localidades del conurbano bonaerense que registraron caída de nieve y muy bajas temperaturas en el amanecer de este lunes. Entre estas se encuentran Pilar, José C. Paz, Tigre y Morón.
La ola polar llegó con fuerza y por eso se estimaba que podría llegar a nevar en lugares cercanos a Capital Federal, cosa que finalmente ocurrió este lunes. Los vecinos de varias localidades amanecieron con pequeños copos de nieve cayendo del cielo, mientras el Servicio Meteorológico Nacional anunciaba lluvias aisladas y mantenía el alerta amarillo por vientos fuertes.
Una ola de frío extremo comenzó a avanzar desde la Patagonia hacia el centro del país. El Servicio Meteorológico Nacional indicó cómo se vivirá en La Plata.
Con una temperatura de 3 grados, el Servicio Meteorológico Nacional anuncia el comienzo de una ola polar que azotará a La Plata.
Con una temperatura que apenas superaba los 2 grados cuando estaba amaneciendo, la zona de la provincia de Buenos Aires que también incluye a San Miguel y Los Polvorines sorprendía a los vecinos con una incipiente nevada que por momentos se intensificó y provocó la reacción de la gente, que subió fotos y videos a las redes.
Los meteorólogos habían anunciado que, si bien las chances de una nevada en esta región eran mínimas, no podían descartarlo por completo.
Este lunes continúa esa posibilidad de caída de graupel o aguanieve en ciudades del conurbano que rara vez en la historia son protagonistas de estos fenómenos climáticos.
La última vez que nevó en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) fue el 9 de julio de 2007. Era el Día de la Independencia, y la ciudad se preparaba para sus habituales celebraciones. Al mediodía, el aire frío había descendido sobre la ciudad con una intensidad inusual. Los primeros copos de nieve comenzaron a caer, de a poco al principio, pero con constancia. La nieve cubrió las calles, las plazas, los techos de los edificios.
Durante más de diez horas, el manto blanco se extendió sobre las ciudades, sorprendiendo a todos. En aquella oportunidad, la temperatura bajó rápidamente, rondando los 0°C, permitiendo que los copos se acumularan sin derretirse. La gente salió a las calles, jugó y documentó el fenómeno con sus cámaras.