El femicidio de Jesica Duarte en Berisso dejó al descubierto un entramado de violencia previa, drogas y armas ilegales. El crimen, ocurrido frente al hijo menor de la víctima, sacudió a la comunidad y abrió nuevas líneas de investigación judicial.
El crimen de Jesica Duarte en Berisso expuso un historial de violencia, venta de drogas, antecedentes penales y un nene como testigo clave del brutal femicidio.
El femicidio de Jesica Duarte en Berisso dejó al descubierto un entramado de violencia previa, drogas y armas ilegales. El crimen, ocurrido frente al hijo menor de la víctima, sacudió a la comunidad y abrió nuevas líneas de investigación judicial.
Tal como informó 0221.com.ar, todo ocurrió el último fin de semana en una vivienda de 39 entre 129 y 130, donde personal policial encontró a Jesica Noelia Duarte, de 33 años, sin vida en el patio delantero de la casa tras un llamado al 911. Su pareja, Nicolás Ángel Castro, también herido por un disparo en la cabeza, fue trasladado al Hospital Larrain en estado grave.
Una mujer de 33 años fue asesinada a tiros en una casa de Berisso. El acusado, con antecedentes, quedó detenido por "homicidio triplemente calificado".
La víctima fue asesinada a balazos en su casa de Berisso. El acusado está internado, bajo custodia policial, y no puede declarar por las heridas que sufrió.
Ambos tenían colocadas pulseras electrónicas por causas penales previas. Duarte cumplía arresto domiciliario desde abril por una causa de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. Castro, por su parte, también estaba bajo arresto domiciliario, imputado por "homicidio", entre otros delitos.
La hija mayor de Duarte reveló que su madre era víctima constante de violencia de género y que su hermano menor, de solo 7 años, presenció la escena. El nene alcanzó a contarle que Nicolás le disparó dos veces a su madre y luego se disparó a sí mismo. También relató que en medio de una pelea, Castro le había quitado el celular a Duarte y la agredió físicamente.
El testimonio del menor fue clave para avanzar con la causa, sumado a las declaraciones de familiares de la víctima, quienes coincidieron en que la relación era conflictiva y que Castro solía portar armas. Además, voceros policiales detallaron que la madre del imputado le habría suministrado en distintas oportunidades drogas para su comercialización.
En el lugar del crimen, la Policía Científica secuestró varias vainas servidas calibre 9 mm, halló impactos de bala en el paredón y detectó desorden en el dormitorio principal, lo que refuerza la hipótesis de una situación de violencia doméstica que derivó en el brutal asesinato.
Además, en un allanamiento realizado durante las últimas horas en la vivienda fueron halladas dos armas de fuego. Los peritos intentan determinar si fueron las utilizadas en el hecho.
Castro cuenta con un historial delictivo extenso: en los últimos años fue imputado por "encubrimiento", "tenencia ilegal de armas" y "homicidio agravado". Según los informes forenses, actualmente se encuentra internado en terapia, sedado, con fractura de cráneo y pérdida de visión en un ojo, por lo que aún no pudo prestar declaración.
La Justicia avanza con la causa en manos de la UFI N° 1 de La Plata, a cargo de la fiscal Ana Medina. La caratula es "homicidio triplemente calificado", considerando el vínculo, el contexto de violencia de género y el uso de arma de fuego.
Con la imputación ya formalizada, la Justicia deberá establecer cómo una persona con múltiples antecedentes y una causa abierta por homicidio logró conseguir el arresto domiciliario, armado y en un entorno familiar vulnerable.
Mientras se esperan nuevas medidas judiciales, el barrio entero sigue conmocionado por la brutalidad del hecho y por el drama que dejó al descubierto una cadena de fallas que podrían haberse evitado.