jueves 02 de enero de 2025
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REFERENTE COMUNITARIA

Radio Futura, la emisora que nació en una esquina olvidada de Villa Elvira

De la clandestinidad al reconocimiento del Estado, la gesta de una radio abanderada de los derechos humanos, donde Los Redonditos promocionaron sus discos.

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Juan Delú se acomoda en una de las bancas del Honorable Concejo Deliberante de La Plata, agradece la invitación y observa con ironía:

–Alguna vez nos tenía que tocar.

Es el 20 de octubre del 2022, apenas un par de días después de cumplirse 35 años de la primera transmisión de Radio Futura, medio comunitario al que se ha votado por unanimidad declarar de interés municipal, cultural y social.

El periodista, actual titular del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) e integrante de uno de los programas de la mañana informativa de la radio, aprovecha la ocasión para inundar el recinto de nombres propios y reivindicaciones colectivas que no suelen habitar ese ámbito. Pueblos originarios, Madres de Plaza de Mayo, desaparecidos en democracia y marginados por el sistema conviven en su discurso como partes de un todo. Subraya la importancia de concebir la comunicación como un derecho, en contraposición a la mirada lucrativa que gobierna por regla la gestión de medios, recordándole a la audiencia que durante muchos años fue el propio Estado -Comité Federal de Radiodifusión (COMFER) mediante- el que persiguió y clausuró a las emisoras que se apartaban de esa lógica.

Una intervención en el mural de calle 5

Sigue, definiendo a Futura como “una radio que abrió sus puertas y simplemente se llenó de gente, porque había sed de decir, sed de nombrar, sed de discutir”, y aclara: “Fue la radio la que abrió la puerta, pero fueron aquellos que entraron los que hicieron la historia”.  Cuando se refiere a la radio en la que lleva trabajando más de la mitad de su vida, Delú habla de “la casa de 5 y 75”. Cuando recuerda a Eduardo Candreva, uno de sus fundadores, dice que les dio algo en qué creer.

El recorrido histórico que acaba de desandar comienza más de tres décadas y media atrás, con dos vecinos de Villa Elvira descubriendo por casualidad que ambos se dirigían, por caminos diferentes, hacia un mismo objetivo.

EL TANO Y EDUARDO 

El origen de Radio Futura hay que ir a buscarlo a la fábrica de jugos Jufrut, una empresa familiar establecida por los hermanos Américo y Miguel Candreva y sus respectivas esposas, las hermanas María y Ada Pirrone. Desde finales de los 70, el emprendimiento ubicado en la esquina de 6 y 75 se dedicó a elaborar, embotellar y distribuir jugos naturales, concentrados para diluir y una versión congelada llamada "piqui-piqui", muy popular entre los más chicos.

Una vieja postal del estudio, en sus comienzos

Gustavo Daniel Pescetta era uno de los doce operarios que trabajaban en Jufrut. Le decían "el Tano", tenía 19 años y vivía a unas pocas cuadras de la juguería. Cuando una vecina del barrio se había enterado que andaba changueando de albañil, intervino con los Candreva para que lo tomen como empleado. Afiliado al Partido Comunista, con un pasado militante en la Coordinadora de Estudiantes Secundarios (que operó de manera clandestina en dictadura), desde hacía tiempo venía desarrollando un creciente interés por la radio. Matriculado como radio-aficionado en el Radio Club Dardo Rocha, estaba planeando armarse un equipo de radio-comunicaciones de uso doméstico.

“En una charla de laburo con mis compañeros les conté que me estaba armando un equipo de radio aficionado. Eduardo iba y venía detrás mío. Hasta ese momento, la relación que tenía con él era de "hola" y "chau", para mí era el hijo del patrón, pero en un momento que me quedo solo, vino y me preguntó si se podía armar un equipo de FM. Le dije que nosotros hacíamos equipos de AM, pero que podía averiguar en el radio club a ver qué se podía hacer”, recuerda el Tano.

En Futura hicieron sus primeras experiencias mediáticas las Madres de Plaza de Mayo de La Plata.

Eduardo Candreva era uno de los cuatro hijos del matrimonio de Américo y María. Para ese entonces se estaba licenciado en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Católica de La Plata (UCALP), colaboraba en el programa "Mecanismos" de Radio Universidad y acababa de encontrar en el Tano el apoyo técnico necesario para poner en marcha una radio.

En el Dardo Rocha los pusieron en contacto con un técnico de Altos de San Lorenzo que fabricaba equipos de radio-taxi. De ahí se volvieron con un transmisor con entrada para micrófono, salida para antena y dos auxiliares para conectar a un reproductor de estéreo. La frecuencia calibrada por el técnico en el 90.5 del dial, decisión que no tuvo discusión previa ni modificación posterior.

El equipo lo instalaron en 5 y 75, en una casa propiedad de los Candreva que funcionaba como depósito para los tanques de Jufrut. Con ayuda de sus compañeros del radio-club, el Tano fabricó una antena que acoplaron a la antena de televisión. El primer estudio lo armaron en el patio, ensamblando unas paredes de machimbre bajo un alero de chapa, con dimensiones tan modestas que adentro apenas cabían dos personas.

El proyecto ya empezaba a vislumbrarse como una posibilidad: sólo restaba encontrar un nombre. Pensando en anticiparse a los tiempos que vendrían, Eduardo sugirió llamarla "FM 2000", pero el Tano se mostró reacio a la propuesta, dijo que el 2000 llegaría y se iría mientras la radio iba a seguir, por eso necesitaban una identidad que trascienda. Tras un largo rato de buscarle la vuelta alcanzaron lo que para ambos representó una buena síntesis de sus intenciones, así nacía "Radio Futura".

Lo que ninguno de los dos supo en ese momento es que existía una banda de rock española llamada Radio Futura, que venía tocando desde el 79. Casualmente, por esa misma época, ganaron cierta fama mundial gracias a la canción "Juan Perro". Este detalle llamó la atención de la locutora Perla Damuri.

“Le pregunté a Eduardo, ¿por qué ese nombre? Y apurada en la respuesta, sin dejarlo pensar, le dije ¿Es por la banda de "Juan Perro" no es cierto?”, evoca Damuri, y agrega: “Él pensó y me dijo que las palabras a veces se ponen de moda, pero también tiene que ver con la síntesis de una época. Entendí que se refería a esa revolución cultural que estaba pasando en España, allá se había muerto Franco y estaban en pleno destape. Las radios libres eran la moda, eso era lo que pulsaba en el mundo y aquí también”.

EL DUENDE ASOMÓ EN EL AIRE 

Los años de post-dictadura estuvieron llenos de experiencias semejantes a la de Futura. La necesidad de expresión que no se veía contenida en la grilla de medios públicos ni privados comenzó a allanar su propio camino en un terreno que se amplío gracias a la irrupción de la Frecuencia Modulada. La masiva privatización de empresas estatales, no sólo de comunicación sino de todos los rubros, propiciada luego por el menemismo, aceleró la organización territorial que dio paso al florecimiento de radios comunitarias en todo país. Los conglomerados mediáticos se referían a ellas como "ilegales" o "piratas", y fue entonces que el COMFER, amparándose en la Ley de Radiodifusión de la dictadura, secuestró equipos y clausuró radios que no contaban con el permiso precario y provisorio que se entregaba sólo a unos pocos.

Una emisión piloto con el disco Radio K.A.O.S. de Roger Waters sirvió a Eduardo y el Tano para comprobar que el alcance del transmisor no superaba los 150 metros a la redonda. Subidos al 128 de Américo, les bastó con alejarse cuadra y media para sentir cómo se esfumaba la señal. Se impuso así la necesidad de cambiar el equipo y expandir la potencia de antena.

Durante este periodo de prueba y error, sumaron a Miriam Capristo y José Luis Perón. Ella era licenciada en Ciencias de la Comunicación, trabajaba en Radio Universidad y se desempeñó por años en el área de comunicaciones del Ministerio de Salud bonaerense; él era un ducho operador técnico y editor de artística con casi una década de servicio en las perillas de Universidad y Provincia.

Para José Luis el desafío era instalar la FM como formato, un obligado primer paso antes de largar programación. Fueron tiempos donde este canal era todavía una novedad, tiempos donde La Plata contaba con poco más de media docena de emisoras de FM. La estrategia que diseñaron para generar audiencia consistió en la producción masiva de artística. Los guiones de Miriam, interpretados por la encendida locución de Perla Damuri y Daniel Sinegub, cobraban vida propia gracias al trabajo de posproducción a cargo de José Luis. Así crearon al "duende artesano", personaje ficcional, mezcla de poeta y filósofo, que con sutileza y encanto le puso voz a la línea abiertamente izquierdista de la radio.

El desembarco triunfal de Futura en el espectro radiofónico sucedió el 10 de octubre de 1987. Abanderada con el lema "a la izquierda del dial", la grilla presentó una serie de bloques musicales enlazados por la voz del duende y otras creaciones artísticas de la dupla Miriam y José Luis. "Artesanía en información", "Taller literario musical" y "Noche de brujas", programa de contenido erótico que contaba con el patrocinio de un reconocido hotel de la ciudad, fueron algunas de sus propuestas más celebradas.

A la distancia, el Tano reconoce que la idea de hacer una radio le generó cierta suspicacia al comienzo, pero a medida que conoció la mirada y los objetivos de Eduardo, terminó por engancharse: “Al principio lo tomé como lo de radio aficionado, como hobbie, hasta que empecé a entender a qué se refería con lo que quería hacer. Quería una radio comunitaria, un lugar donde expresarnos, donde decir lo que queríamos. Lo vi como una continuidad de la militancia, dije esto es un golazo”.

CASA ABIERTA 

Cierta tarde de sábado a finales de los ´80, el músico Gustavo Zurbano encendió la radio y recorrió distraídamente el dial; su atención se fue dispersando mientras paseaba la vista por la casa de Villa Elvira a la que había acabado de mudarse y pensaba en desempacar, en la disposición de los muebles, en posibles refacciones. Afuera el tránsito de 7 ofrecía su persistente rumor, adentro la voz de Litto Nebbia ingresaba a través del parlante. Zurbano se detuvó y escuchó. Se sorprendió porque siguió otra canción del mismo artista, y después otra, y otra: “No era habitual en una radio que nadie hablara y te pasaran un disco entero”.

Lo que en otras radios se escatimaba para mantener cautiva a la audiencia, Futura lo convirtió en marca de estilo. "El tren musical" pasaba los discos enteros, con el ínterin necesario para dar vuelta el casete y reanudar la grabación doméstica. Más adelante, Eduardo retomó esta práctica cuando se largó con "La música de Melopea", semanario fundamentado sobre un acuerdo con la disquera de Nebbia, que mes a mes aportaba nuevos lanzamientos para ser reseñados y compartidos con la oyentada. También fue la puerta de entrada para Zurbano que, aprovechando sus conocimientos en materia de tango, comenzó con una columna que fue mutando en su propio programa y una estadía tan longeva como intermitente en Futura.

Toda regla tiene su excepción, incluso las que Futura estableció para sí misma. A mediados de 1993, desde el círculo intimo de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se acercaron a la radio para entregar un adelanto del disco doble Lobo suelto, cordero atado, bajo una única condición que el operador Charly Olmo evoca de la siguiente manera: “Teníamos muy buena onda con Claudio Quartero, de la Distribuidora Belgrano Norte, hijo de la Negra Poli. Él tenía buena onda con nosotros y Radio Universidad, entonces, lo que decidió salomónicamente fue darle un disco a cada radio a condición de difundir no más de un solo tema por día”.

En un lapso de apenas cinco años, Futura se había hecho de un nombre lo suficientemente importante como para que los mismísimos Redondos se acercaran a ella. Zurbano baraja una explicación para este crecimiento: “Después del furor de Malvinas en el ´82, el fenómeno de mover el rock nacional volvió a sus causes normales y las radios se volvieron todas comerciales. Los Redondos como tantos otros, no tenían dónde mostrar su material y Futura les abrió sus puertas”.

Lo de abrir las puertas fue literal, así lo confirma el periodista Sebastián Mardones, que un domingo a la tarde llego corriendo a 5 y 75 para hacer su programa y al girar el picaporte se encontró a los muchachos de La Renga: “Fue una recontra sorpresa, imposible de creer, estaban ahí, en el estudio donde hacíamos el programa que escuchaban tres personas”. Esto sucedió el 20 de octubre de 1996, al comienzo de la gira "Tour despedazado" que se inauguró con una presentación en el Club Universal de La Plata.

La radio, ubicada en Villla Elvira, funciona en una vieja fábrica de jugos de frutas.

Gustavo Orduña, parte del equipo de "Hoy como ayer", recuerda que “era la época en que La Renga no daba notas. El productor del show trajo a los pibes y ellos se sintieron cómodos con la entrevista. Desde ahí, cada vez que tocaban acá era fija que venían al programa. Teníamos muy buena onda con ellos. Hubo previas a recitales con asados a los cuales fuimos invitados, lo que habla de la confianza que tenían con nosotros”. Por aquel entonces, Chizzo y compañía estaban distanciados de la prensa, a quienes responsabilizaban de agitar una campaña en su contra a partir del conflicto diplomático que "El blues de Bolivia" les había traído con el país vecino.

Gustavo Zurbano, referente histórico

La hospitalidad de la casa no hizo distinción entre artistas consagrados y los que recién estaban empezando, de la misma forma que tampoco privilegió a rockeros por sobre otros músicos. Jorge Flores, del histórico programa "Memoria adentro", destaca el caso del jujeño Bruno Arias, que llegó a la ciudad de las diagonales a comienzos del nuevo milenio y fue recibido por una comunidad que tenía en la esquina de 5 y 75 uno de sus puntos neurálgicos: “Futura siempre fue la receptora de muchos músicos populares que caían a la ciudad con una mano atrás y otra delante, que comían salteado. La forma de hacerse conocidos, la forma de poder tocar y sacar unos pesitos en alguna peña era la radio, Eduardo abría la puerta para que todos se acerquen, y de esa manera Brunito pasó por acá”.

LO PERSONAL, LO COLECTIVO

Desde principios de los ´90 y hasta su fallecimiento en 2013, Candreva tuvo a su cargo la dirección de la radio. Quienes la transitaron durante ese periodo concuerdan que era permeable, alguien que abría puertas, que "dejaba hacer". Hasta que cruzaban su límite.

“Una vez entró caliente a un estudio a cortar un micrófono porque se estaba hablando en contra de los Juicios por la Verdad, fue la única vez que censuró a alguien”, recuerda el Tano. Las prácticas del terrorismo de Estado desplegada en los años de la última dictadura argentina le tocaban una fibra íntima.

“En Eduardo influenció mucho una vivencia que tuvo cuando tenía diez años: el secuestro de su primo Carozo Schunk. Lo que significó a Eduardo su desaparición fue muy impactante”, describe Zurbano.

José María "Carozo" Schunk tenía 18 años cuando un grupo de tareas ingresó por la fuerza a su casa en Altos de San Lorenzo, el 20 de septiembre de 1976. Era estudiante de Medicina y militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Esa noche, mientras la patota ponía todo patas para arriba y encañonaban a uno de sus hermanos, Carozo trató de calmar a su madre:

–Es una requisa y se van.

Se llevaron a Carozo detenido. A partir de ahí, Marta Candreva de Schunk comenzó una búsqueda desesperada. En el Santuario Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, donde su hijo había tomado la comunión, el padre Julio Calvi le dijo que "una madre de terroristas no puede entrar a la iglesia".

Marta unió fuerzas con un grupo de mujeres que estaban en su misma situación, y con el tiempo fundarían la rama platense de Madres de Plaza de Mayo. Pablo Díaz, uno de los estudiantes que sobrevivió a la "La noche de los lápices", le contó que estuvo con Carozo en el centro clandestino de detención "Pozo de Arana", en 137 y 640. El encuentro de Díaz y Carozo quedó plasmado tanto en el libro de María Seoane y Héctor Ruiz Nuñez como en la película de 1986 que dirigió Héctor Olivera. Aquella fue una de las últimas pistas que tuvo sobre el paradero de su hijo.

La vieja antena, hoy reemplazada, de 5 y 75

A la hora de explicar el rumbo cada vez más politizado que fue tomando Futura, el Tano aventura que “Eduardo sabía lo que quería, quizás no quería una radio tan política, pero si quería una radio diferente”. El periodista Miguel Croceri, que en los comienzos se puso al hombro la primera mañana desde "Artesanía en comunicación", recuerda que Eduardo, en ocasión de recibir un premio otorgado por la Asociación Civil Sin Anestesia, expresó: “Nuestra radio fue creada fundamentalmente para defender la libertad de expresión y difundir la cultura nacional y latinoamericana”. Zurbano, en cambio, se pronuncia tajante al respecto: “Me niego a pensar que no hay un vinculo entre lo que conoció de primera mano de su primo y el perfil que le dio en cuanto a derechos humanos”.

Radio Futura es la emisora comunitaria pionera en la ciudad y una de las más antiguas del país.

Los acontecimientos que traccionaron la organización colectiva como respuesta a un Estado ausente, que bajo gestión menemista no buscó reparar los crímenes cometidos por sus funcionarios en dictadura, convirtieron a la 90.5 en un espacio de convergencia para una gran diversidad de voces que necesitaban manifestar de manera clara y urgente su disconformidad.

Futura hospedó a familiares y amigos de víctimas de la  llamada  "Maldita Policía", a trabajadores del Astillero Río Santiago, de YPF y tantos otros que resistían privatizaciones y flexibilización, a docentes y estudiantes que se oponían a la Ley de Educación Superior, a artistas de todas las disciplinas que no encajaban dentro de ese modelo. Cobijó a "Cuidensé, pero no se salven", columna realizada por Hebe de Bonafini y Elvira de Triana en el programa "Los cosos de al lao", del recordado Yiyo Cantoni, una experiencia iniciática para Madres de Plaza de Mayo en tiempos donde la posibilidad de un espacio mediático propio era todavía algo impensado en el horizonte de la Asociación.

Así como Eduardo fue marcado en carne propia por la historia de su primo Carozo, años más tarde, en agosto de 1993, el Tano se vio enredado en el complejo entramado de podredumbre institucional que buscó mantener impune la desaparición del joven estudiante de periodismo Miguel Bru.

Ya sea por vocación militante o deseos de venganza, quizás por ambas, el Tano tuvo un acercamiento a Rosa Schonfeld de Bru, madre de Miguel, a quien le aportó información de primera mano sobre el sargento Justo José "el Negro" López de la Policía bonaerense, uno de los secuestradores, y hasta se infiltró en algún que otro rastrillaje para tener la primicia de cualquier posible hallazgo.

Nilda Eloy y Eduardo Candreva, en citas por los derechos humanos

“Tuve un problema personal con el Negro López, lo mío fue más personal que periodístico. Primero fui con Marta Vedio (abogada de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Plata que por ese entonces tenía un programa en Futura), le comenté lo que me había pasado y me presentó a Rosa, le conté mi historia y ahí arrancó un vínculo más estrecho con ella. Me pasaba horas con Rosa, ella venía a la radio, yo la acompañaba a las marchas. Le dije: yo te voy a ayudar, no voy a parar hasta verlo en cana al tipo éste”, describe hoy el Tano con fervor.

El "problema personal" del Tano con López -ocurrido cuando el caso Bru aún no había trascendido a la esfera pública- los llevó a agarrarse a piñas en las inmediaciones de plaza Matheu. Episodio que el Tano reconstruye de la siguiente manera: “Me siguió con el Chevy por 3, me encerró a mitad de cuadra entre 67 y 68, empezamos a discutir y nos pusimos a pelear. Me tiró dos cadenazos que esquivé y el tercero me lo puso en la espalda, me dejó catorce eslabones marcados. Ahí sacó la pistola; batí el record en cien metros, perdí un mocasín corriendo”.

El sargento Justo José López y el oficial Walter Abrigo fueron condenados a cadena perpetua por la desaparición de Bru. El pacto de silencio que mantuvo en secreto su paradero no fue quebrado por ninguno de sus captores ni de sus cómplices. En septiembre de 2006, a pesar de la tenaz movilización social que no dejó de levantar la bandera de los desaparecidos como llamado de atención para la democracia, secuestraron al albañil Jorge Julio López, testigo clave en el juicio contra el genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz.

Al cumplirse un año del acontecimiento, Futura reafirmó su compromiso con la causa estableciendo la "Vigilia por López", transmisión en vivo que anticipa la llegada de cada nuevo aniversario y que se sostiene de manera ininterrumpida hasta el presente.

Transmisión en vivo por la Vigilia por López

CAMBIAR SIN PERDER LA ESENCIA 

La mañana del 24 de enero de 2013, los teléfonos de Futura sonaron desde temprano. A Zurbano la noticia le llegó en forma de pregunta: ¿Había fallecido Eduardo Candreva? Colgó y camino tres cuadras para confirmarlo. Asomado a la puerta del departamento de Eduardo, se encontró a un consternado Juan Delú. Dentro se oían llantos de mujer.

––Dos cosas, Juancito: mantenemos el aire y hacemos un comunicado que lo vamos a programar para que salga cada media hora.

Enseguida se redactó y grabó un mensaje donde se informaba a la audiencia del fallecimiento de Eduardo y se garantizaba la continuidad de la señal. Para figuras veteranas como Zurbano y el Tano cerrar la radio estaba fuera de discusión, pero Juan sintió abrirse un horizonte de incertidumbre.

Futura, que el año pasado cumplió 35 años de vida, funciona con un esquema de toma de decisiones asambleario.

“La muerte de Eduardo puso en jaque a la radio. Al fin y al cabo la radio era Eduardo, era él que siempre estaba. En un momento la sensación era, ¿la radio sigue o no sigue? En la nota que me hicieron para La Pulseada dije ´la radio sigue´, parece una frase boluda, pero en realidad había que aclararlo, sentía la necesidad de aclararlo. Era muy fuerte Eduardo en la radio, había una sensación de miedo, de duda, de incertidumbre”, recapitula Juan, que por entonces ya había transitado el aire de la 90.5 desde distintos programas y llevaba unas cuantas temporadas al frente del matutino "Rap".

Futura había llegado a esta instancia con algunos debates superados. Para empezar, tras un 2000 imposible, de nulos ingresos, deterioro técnico y escasa programación, Rodolfo Seco y Martín Petti, que se habían conocido en el programa "Radio abierta" y estaban obsesionados con la idea de levantar la radio, lograron construir la confianza suficiente con Eduardo para que se abriera a nuevas propuestas de mejora.

La comundad Futura creció en los últimos tiempos

Juntos constituyeron la asociación civil Futura Comunicación Popular: el espíritu de esta medida tenía que ver, no tanto con adoptar una estructura formal de organización, sino con obtener el reconocimiento legal necesario para el concurso de proyectos que permitieran disponer de recursos. La sostenibilidad económica de la radio había pasado por diferentes etapas: una inicial basada únicamente en la venta de publicidad, y otra más difusa que combinó fondos provenientes desde las arcas de Jufrut, una irregular venta del espacio radial y algunos intercambios publicitarios con negocios locales.

Lo de la asociación civil fue un cambio de lógica rotundo, pero dio resultados: en 2006 hizo posible ganar un subsidio y renovar la totalidad de los equipos de transmisión. El equipo que tomó la iniciativa lo veía como una formalidad que iba de la mano con la idea de lo colectivo; de ahí en adelante, pensaron, lo que se compraba mediante recursos subsidiados no era de "nadie", era de la radio. Por último, las discusiones que se habilitaron alrededor de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, llevaron a que Futura ingrese a FARCO, donde hizo causa común con emisoras de todo el país que estaban paradas en su misma vereda.

La encrucijada que representó la muerte de Eduardo aceleró un proceso de renovación que llevaba años de paciente maduración. La necesidad de un cambio estructural estaba latente hacia el interior de la organización, según reconocen hoy sus trabajadores, lo que propició reemplazar el puesto de director por una instancia colectiva para la toma de decisiones. Esto vino acompañado por el envión que dio una nueva oleada de jóvenes provenientes de organizaciones sociales, la Facultad de Periodismo y otros espacios de comunicación alternativa como el portal Indy-media.

En los años que siguieron, en efecto, el concurso exitoso de fomentos públicos posibilitó grandes mejoras edilicias, tecnológicas y laborales. Esto se dio en sincronía con el fortalecimiento de una comunidad de socios que apoyó a la radio en términos económicos, así como también se tejieron vínculos con una serie de emprendimientos alternativos (gastronómicos, textiles, artísticos y literarios) que encontraron en Futura una caja de resonancia para publicitarse y crecer en conjunto.

El estudio, hoy renovado

El trabajo en red que proponía FARCO ganó cada vez mayor protagonismo y la participación de Futura en las actividades del Foro fue in crescendo, al punto tal que Juan Delú fue elegido por unanimidad como su presidente para el periíodo 2022-2024. Desde la esquina del barrio de Villa Elvira se construyó representación dentro de un espacio que hoy enlaza a radios comunitarias de todo el país. Ninguna de estas decisiones fue tomada de manera arbitraria o inconsulta: ese el orgullo de sus comunicadores. Cada una de ellas implicó acalorados debates internos que, reconocen, fortalecieron al colectivo. La asamblea se constituyó, entonces, como un espacio participativo de creciente concurrencia, algo que afianzó a Futura como un ícono de la comunicación popular en La Plata y un espacio de referencia para las voces que se alzan en defensa de los derechos humanos.

El Tano recuerda una de las últimas charlas que tuvo con Eduardo: “Nunca tomamos noción del crecimiento de la radio. Un día, tomando un vino en el patio, le digo: te diste cuenta que se nos fue de las manos, creció de golpe, pasamos de estar gateando a tener los pantalones largos y no nos dimos cuenta. Nos habían superado. Nos cagamos de risa”.

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Begum es un segmento periodístico de calidad de 0221 que busca recuperar historias, mitos y personajes de La Plata y toda la región. El nombre se desprende de la novela de Julio Verne “Los quinientos millones de la Begum”. Según la historia, la Begum era una princesa hindú cuya fortuna sirvió a uno de sus herederos para diseñar una ciudad ideal. La leyenda indica que parte de los rasgos de esa urbe de ficción sirvieron para concebir la traza de La Plata.

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