jueves 13 de noviembre de 2025

Investigadores de la UNLP desarrollan alimentos para combatir la malnutrición infantil

Se trata de harinas funcionales a partir de cereales y legumbres para cubrir las necesidades nutricionales en los primeros 2.000 días de vida.

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Investigadores del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA) de la UNLP lograron desarrollar y producir a escala piloto harinas funcionales y compuestas y alimentos saludables basados en cereales y legumbres. Se trata de un avance científico de enorme relevancia, orientado a cubrir parcialmente las necesidades nutricionales de la población materno-infantil hasta los primeros 2.000 días de vida.

La alimentación inadecuada y la malnutrición infantil se convirtieron en los últimos años en la principal causa de morbi-mortalidad a nivel mundial. “En muchos países en desarrollo, que atraviesan un proceso de transición nutricional caracterizado por modificaciones en la dieta y estilo de vida, coexisten los dos extremos de la malnutrición: por déficit, que incluye deficiencia de nutrientes y desnutrición, y por exceso, que abarca obesidad, hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, entre otras”, contó la directora del proyecto, María Cristina Añón.

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En caso de que estas carencias persistan en los primeros años de vida, los niños pueden tener crecimiento y desarrollo deficientes, bajas defensas contra infecciones, e inadecuado desarrollo de tejidos, provocando una mala condición general de salud y mayor riesgo de muerte. Estas alteraciones por déficit o exceso durante la etapa intrauterina y la primera infancia se asocian a un mayor riesgo futuro de contraer enfermedades crónicas no trasmisibles en la edad adulta.

Los últimos estudios en relación a esta problemática a nivel nacional, evidencian que la Argentina no está exenta de estos problemas. Añón explicó que “en este contexto y en función de su impacto en el futuro de la población en particular y del país en general, se elaboró el proyecto de elaboración de harinas funcionales compuestas y alimentos basados en cereales y legumbres destinados a cubrir parcialmente las necesidades nutricionales de la población materno-infantil hasta los  cinco años y medio de vida. El objetivo es lograr alimentos funcional y sensorialmente aptos, capaces de reducir el riesgo de contraer enfermedades crónicas no transmisibles que afectan a esta población”.

Sobre las características y avances del proyecto, la investigadora explicó que “se diseñarán harinas funcionales compuestas, adicionadas con micronutrientes esenciales, que serán formuladas a partir de granos de cereales (maíz, arroz, trigo), legumbres (arvejas, porotos, garbanzos, lenteja) y oleaginosas (lino, chía), bajo la forma de grano o aceite. Se adicionarán además nutrientes críticos como minerales (calcio, zinc, iodo) y vitaminas (A, D y ácido fólico) en aquellos productos que lo requieran utilizando formas químicas recomendadas en el Capítulo XVII Alimentos Dietéticos o de Régimen del Código Alimentario Argentino ”.

Añón adelantó que “las materias primas granarias serán procesadas haciendo uso de las tecnologías disponibles y de las plantas piloto que posee el INTI 9 de Julio para  obtener los productos derivados más adecuados para la formulación de las harinas funcionales compuestas, tales como granos popeados, harinas crudas y tratadas térmicamente, harinas pregelatinizadas, texturizados, etc. de acuerdo a las necesidades de formulación y desarrollo de los productos, sus usos y aplicaciones finales y sus características nutricionales y sensoriales”.

Desde el CIDCA aclararon que estas harinas funcionales compuestas pueden ser empleadas en la elaboración de alimentos adecuados y de preferencia de la población materno-infantil, como fideos de pasta corta, papillas para el inicio de la alimentación complementaria, sustitutos cárnicos y hasta galletitas. Para ello se utilizarán además ingredientes como vegetales deshidratados, aceite vegetal y condimentos.  

El proyecto prevé finalmente una etapa de optimización,  a escala piloto y semi-industrial, de las tecnologías necesarias para obtener las harinas funcionales requeridas para la formulación y elaboración de los distintos productos, que luego podrán ser transferidas a la escala industrial y comercial a potenciales empresas adoptantes”.

El desarrollo del CIDCA fue uno de los doce trabajos elaborados por científicos de la Universidad Nacional de La Plata seleccionados en el marco de la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre” impulsada por los ministerios de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y de Desarrollo Social, junto al Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales.

En total se presentaron 461 propuestas a la convocatoria, de las cuales quedaron seleccionadas las 147. Dentro de los proyectos elegidos, doce son encabezados por investigadores de distintas facultades, centros e institutos dependientes de la UNLP.

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