La variante Delta de coronavirus despertó alertas a nivel mundial por su alto grado de contagiosidad. Por ahora en Argentina se registraron tres casos y fueron debidamente aislados. El Gobierno estudia estrategias para acelerar las segundas dosis en los mayores de 60 años y prevenir un posible contagio fuerte.
El Ministerio de Salud empezó a estudiar la posibilidad de darle prioridad al cierre del esquema de inmunización de los mayores de 60 años. El objetivo es aumentar los anticuerpos en uno de los grupos etarios más vulnerables.
La Asociación Bancaria retomó las paritarias y ratificó un nuevo acuerdo en línea con la inflación, acumulando un 24,8% de aumento lo que va del año.
Se estudia acordar el período de tres meses, dispuesto por las autoridades sanitarias entre la primera y la segunda dosis, exclusivamente en esa franja etaria. Se trata de la inoculación de cerca de 4.000.000 de personas a las que se les daría prioridad.
En Casa Rosada hay mucha preocupación por la posibilidad de que la nueva cepa rompa las barreras sanitarias nacionales y vuelva a torcer la curva de contagios que había empezado el descenso paulatino con la vacunación. La inclinación sería apurar las segundas dosis de los mayores de 60 años, mientras se continúa con el esquema de vacunación con las primeras dosis en el resto de la población.
Surgida en la India, la nueva cepa está generando un fuerte impacto epidemiológico en Reino Unido, Rusia y Estados Unidos, provocó un cambio en la proyección sanitaria de la Casa Rosada. Pese a los firmes avances en el plan de vacunación en el último mes, la estrategia del Gobierno es prevenir el ingreso de la nueva variante al país con un fuerte operativo de vigilancia epidemiológica en Ezeiza.
Los argentinos que retornan a la Argentina deben hacerse tres PCR: uno antes de abordar al avión, otro al llegar al país y uno más al séptimo día, cuando termina el aislamiento. Desde el Ministerio de Salud insisten a los funcionarios de todas las provincias para aumentar aumenten los controles de las personas que deben cumplir el aislamiento de una semana luego de arribar al país.
En el último Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el presidente decidió sumar restricciones en el control de las fronteras y limitar el ingreso de pasajeros al país. El cupo establecido en 2000 personas por día, se redujo a 600. Además, confirmó que quienes ingresen al país durante los meses de julio y agosto, donde se espera un rebrote por las bajas temperaturas, los pasajeros deberán aislarse en los lugares que determine el Gobierno local durante 10 días.