De acuerdo con las estadísticas oficiales, todas las personas con factor de riesgo ante el COVID-19, por edad o por condiciones de salud, ya fueron inmunizadas con al menos una dosis o tuvieron la opción de hacerlo. La administración de Alberto Fernández cumplió su objetivo y prevé continuar acelerando el operativo: este último mes se dieron más de 7 millones y medio de dosis, y la meta es llegar a 10 millones en los próximos 30 días.
En julio comenzarán a aplicarse también las Sputnik V fabricadas en el país. Las autoridades nacionales buscan seguir ampliando la cobertura con primera dosis mientras se completa el esquema en la población de riesgo. Esto podrá agilizar la reapertura de algunas actividades de manera paulatina para llegar a la primavera con menos restricciones.
"Es la campaña de vacunación más grande de la historia", destacó el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, anticipando uno de los ejes de la inminente campaña electoral para el oficialismo. En Casa Rosada advierten que uno de cada dos argentinos con más de veinte años ya recibió al menos su primera dosis.
La cobertura alcanza el 90% de las personas que tienen entre 60 y 80 años, los más expuestos a la pandemia; y el nivel de aceptación de las vacunas en la población argentina está entre los más altos del mundo. Uno de cada cuatro personas ya tuvo su segunda aplicación y el resto la tendría pronto.

En todos los distritos del país ya comenzó la inmunización de población sin factores de riesgo y es cada vez más común que ciertos grupos de edad puedan asistir de manera espontánea a recibir su inyección, sin necesidad de sacar un turno previo. La mayoría de los gobernadores ya está planificando una vuelta a la normalidad (siempre en el marco de la pandemia) a partir de septiembre.

Sin embargo, sin una mejora en el escenario epidemiológico, las problemáticas económicas y electorales podrían entrar en zona crítica. En paralelo a la llegada de más vacunas, el ejecutivo prepara nuevos anuncios en materia de controles migratorios, con el objetivo de demorar la circulación comunitaria de variantes que puedan poner en peligro la estrategia de vacunación.