viernes 22 de marzo de 2024

"Fue una burla frente a lo tragicómico", la historia detrás de la remera de la Sputnik V

El diseñador gráfico que creó la prenda que se viralizó y la fabricante de remeras que la puso en marcha hablaron en exclusiva con 0221.com.ar.

El hombre que fue a vacunarse con una remera en alusión a la Sputnik V  causó furor en las redes sociales y su historia trascendió La Plata para llegar a medios nacionales. La remera, roja y estampada en amarillo con el símbolo de la Unión Soviética (aunque el martillo fue reemplazado con una vacuna) se hizo viral y 0221.com.ar habló con su creador, un diseñador y docente de la UNLP, y la encargada de hacerla realidad, una fabricante de remeras con estampas que milita en Mujeres Platenses Unidas.

Para Marta Green, que es jujeña pero vive en La Plata desde hace muchos años, la creación de estas prendas no era novedad: trabaja estampando y sublimándolas en su taller, donde además brinda cursos de costura. Sus confecciones son muy variadas, pero según cuenta a este medio trabaja más que nada "con una línea política, y K". Desde su lugar en Mujeres Platenses Unidas y su militancia en Derechos Humanos, es la encargada de producir banderas de todo tipo para las marchas.

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En diciembre del año pasado, cuando Cristina Fernández sacó la lengua en un acto peronista en La Plata, una mujer le encargó una remera con esa estampa. "Era la esposa de Claudio, el diseñador. Cuando fui, él me preguntó si le podía hacer una remera de algodón roja con esas características, le dije que sí y la empecé a fabricar", cuenta. Aunque se encarga de dejar en claro que el diseño no es suyo, sí comercializa las remeras, que no solo se repartieron en La Plata y la Región sino además en CABA, Córdoba, Catamarca y Neuquén, entre otras provincias.

 UNA RESPUESTA A LOS "ANTI VACUNAS"

"Como soy diseñador, siempre estoy atento al tema del manejo de la comunicación visual. Hace meses nada más se decía que las vacunas eran venenosas, hubo toda una campaña anti-vacunas donde, entre las cosas ridículas que se dijeron, estuvo que la vacuna era soviética. Un periodista poco serio dijo que era 'agua del Volga', y ahora ese mismo periodista está enojado porque llegaron pocas vacunas", cuenta entre divertido e indignado Claudio Medin, docente de la facultad de Artes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Su idea "fue hacer una sátira, retomar el escudo soviético y reemplazar obviamente el martillo por la vacuna. No pasaba nada en particular con la vacuna Sputnik, solo era con la que más se habían ensañado porque fue la que Argentina había conseguido en primera instancia. Quizás hubiésemos hecho una movida con la vacuna china, si hubiese sido la primera. No importaba qué vacuna venía, la cosa era que todo lo que hiciera el gobierno estaba mal. La idea de esta gente era detonar el sistema de salud, y en ese remolino delierante fue que surgió la idea de esta movida. Empezamos labrándolo en unos vasos, hicimos esmerilados en vidrio y después dijimos bueno, vamos a producir una movida cultural con las remeras. Y prendió bien", asegura Medin a 0221.com.ar.

Como su idea no era convertirse en un productor de remeras, le encargó la producción a Jujy -como llaman a Green- y él se dedicó a viralizar fotos entre amigos y conocidos para dar a conocer el proyecto. El diseño fue realizado con software libre e incluso cedido a otros colegas diseñadores de Brasil, que prevén difundir la remera -y la idea- también en su país. "La remera dice Sputnik V, primero en ruso y después en español, no es más que eso. Nuestra idea fue hacer una burla frente a una situación tragicómica, que es que en medio de una pandemia haya compatriotas que apuesten al desastre, que sientan placer en medio de este fenómeno que nadie quiere ni quiso vivir", asegura.

Y advierte que es "patológico" lo que hace "un grupo de la sociedad, que no es menor y además tiene poder económico, acceso a los medios y al dinero: se levantan todas las mañanas intentando que esto se vaya al carajo. Todo eso tenía la remera, y prendió porque iba por la positiva y porque es un acto de rebeldía ante toda la marea de mala leche, y la actitud de querer que todo fracase". 

Bromeando por el impacto de la remera, Medin asegura que logró lo que nunca logró el Partido Comunista: que la gente salga vestida de soviética. "Y pasa de todo, los vecinos te saludan mal, o te paran y te felicitan. Yo incluso recibí un llamado de la embajada Rusa: se reían, les causa gracia. Todo esto es algo que no debió haber sucedido, gente dedicándose a usar su tiempo para boicotear una vacuna en medio de una pandemia, aprovechando la ignorancia y el temor, el pensamiento mágico, para hacer política. Fue vil. Usar la pandemia para hacer campaña política es un acto vil. La vacuna no tiene partido político y al virus no le importa a quién votás", asegura.

Medin lamenta que todavía haya personas que no entienden la idea y lo acusen -a él y a quienes usan la remera- de "reivindicar el sovietismo". "Yo sé que si hoy me paro en la plaza roja de Moscú con esa remera también voy a tener problemas, pero esta gente no entiende que en el año 1990 y 1991 pasó algo y que el Partido Comunista ruso es minoritario y tiene muchos problemas", insiste. De más está decir que su idea no fue retomar la ideología de la URSS sino, justamente, satirizar a quienes llegaron a vincular la vacuna rusa con la vieja Unión Soviética.

"Todo eso fue la génesis de esa remera tan provocativa. Uno puede no agradarle a todo el mundo, pero lo que no hay que dejar de hacer es decir lo que uno piensa", dice convencido. Quienes deseen adquirir una remera, pueden hacerlo escribiendo un mensaje en el perfil de Instagram del taller GreenJujy, o en su cuenta oficial de Facebook.

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