Con la declaración de los padres y el abuelo, comenzó el segundo juicio oral por el crimen de Abril Bogado, la nena de 12 años asesinada en Ringuelet de un disparo en la cabeza cuando volvía con su familia de una fiesta en la madrugada del 5 de noviembre de 2017, hecho por el que este viernes se cumplen 4 años. Por este caso ya fue juzgado un menor de edad, condenado por Casación a 20 años de cárcel.
En este segundo juicio se juzga a José Edgardo Echegaray, conocido como “Pepito”, quien está acusado de “homicidio criminis causa” (matar para consumar un delito o procurarse la impunidad), que tiene como pena la prisión perpetua.
Según la acusación, aquella madrugada, la familia volvía en auto de un casamiento. Llegaron a su domicilio de 510 entre 11 y 12, donde fueron abordados por una pareja de ladrones. Uno de ellos extrajo un arma de fuego, disparó y mató a la menor que viajaba en el asiento trasero junto a su madre y su hermana de 4 años. Se sospecha que “Pepito” Echegaray fue el autor del disparo. Su defensor oficial, Juan Manuel Fernández, adelantó que no discutirá la autoría del hecho que quedó filmado en cámaras de seguridad, sino que trabajará sobre la calificación legal del caso. El objetivo es claro, evitar la perpetua.
Cristian Bogado Scenna es el padre de Abril. Fue el primero de los familiares en declarar. Con la foto de la nena sobre su pecho, recordó esa trágica madrugada. Señaló que el disparo fue a la altura de la parte trasera del vehículo del lado del acompañante. Recordó que el autor del crimen “estaba agresivo” y lo describió como “morrudo, no muy alto, estaba con capucha, no le vi la cara pera era morocho”.
El asesino intentó ingresar al Renault Sandero, pero el cierre de puertas centralizados no se lo permitía. El padre, al ver esa situación, abrió las puertas y le entregó la billetera. Cuando estaban bajando del rodado, notó que no estaba su hija mayor, volvió sobre sus pasos al grito de “te estás llevando el auto con la nena adentro”. Nunca se imaginó lo que estaba a punto de descubrir, Abril apenas respiraba y se le notaba el disparo en la frente.

Como pudo, sacó a la criatura y la apoyó en el piso. Su padre se abalanzó sobre el ladrón que estaba al volante y evitó el despojo del rodado al que se subieron nuevamente para llevar a la menor hasta el hospital San Roque de Gonnet. Los pedidos de ayuda, la activación de la alarma vecinas y el llamado al 911 fueron en vano. La familia y Abril quedaron librados a su suerte.
Esta versión fue confirmada (a grandes trazos) por Hugo Domingo Bogado, el abuelo de la víctima. “Nunca pensé que disparó para adentro de la camioneta”, dijo al recordar el momento crítico y se quebró emocionalmente al rememorar el destino final de su nieta. En relación al arma utilizada, dijo que “era un revólver que brillaba como si estuviera cromado”. Sobre la descripción del asesino expresó que era “morrudo, de estatura mediana”. Sobre el final de su testimonio, solicitó “una condena ejemplar por lo que hizo”.

El momento de mayor angustia se dio con la declaración de Laura Puppo, madre de la nena. Ella viajaba en la parte trasera junto a sus dos hijas. “Se quedó apuntándome con un arma brillosa”, rememoró, para luego señalar: “No me di cuenta lo que había pasado con Abril”, y rompió en llanto.
“De la desesperación no sabía qué hacer, saqué el teléfono de la cartera y llamé al 911, estábamos a los gritos pidiendo auxilio, activé la alarma vecinal y no salió nadie”, graficó entre llantos y finalizó el testimonio con un desgarrador grito: “Me la mató”.

Antes de cometer el asesinato, el acusado y su cómplice habían intentado asaltar a Matías Mordacini, quien esa noche volvía de un recital en el boliche ubicado en 511 entre camino Centenario y 14. Vio a la pareja de asaltantes, apuró el paso hasta su auto que estaba estacionado enfrente de la casa de la familia de Abril y se fue rápido del lugar. “Ese domingo no prendí la televisión en todo el día, tenía que rendir unos finales en la facultad, el lunes, en el trabajo un compañero me cuenta lo sucedido y me muestra un video, inmediatamente di por terminada mi jornada laboral, me fui a bañar y luego a la fiscalía a contar lo que había pasado”.
Sobre la secuencia del crimen dijo “estaban decididos a robar” y que el autor del disparo “sacó un arma grande, cromada y disparó, así como la mostró, la mostró y tiró”, describió a esa persona como “petiso, retacón”. Dijo que tras eso “por miedo y por cobarde me fui”.

Sobre el final de su testimonio expresó: “Me gustaría pedirle disculpas a la familia de Abril, siento que si hubiera corrido no habría pasado esto”, en relación a su conducta desplegada en el caso. Se retiró llorando de la sala de audiencias.
El caso es juzgado en el Tribunal Oral Criminal V de La Plata integrado por Carmen Palacios Arias, Ezequiel Medrano y Marcelo Giorgis. La acusación estará en manos de la fiscal Helena De La Cruz y la familia Bogado está representada por los abogados Sebastián Bouvet y Romina Lelli Pervieux.

Durante esta primera audiencia también se proyectaron videos de las cámaras de seguridad de la zona (públicas y particulares), en los que se pudo observar con claridad el momento del destelló del arma de fuego, producto del disparo. Se produjo en el momento en que la familia de Abril intentaba salir marcha atrás de la vereda de su casa. En ese instante el asesino acciona el arma de fuego. Tras ser detenido el acusado dijo en varias oportunidades y en distintos ámbitos: “No le quise disparar, se me escapó el tiro”. Esa confesión extrajudicial será objetada por la defensa.
La próxima audiencia será este viernes 5 de noviembre, a las 10, en la sede del fuero Penal de La Plata.