La última etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio llegará a su fin el próximo lunes, pero el presidente Alberto Fernández ya tiene decidida una nueva extensión que, en este caso, vendrá acompañada de una batería de medidas para endurecerla y reducir al mínimo posible la circulación de las personas, en un intento por contener el fuerte avance del coronavirus en las zonas más afectadas. El vertiginoso aumento de los casos en el Área Metropolitana de Buenos Aires y la Capital Federal encendió todas las alarmas y el mandatario decidió dar marcha atrás con la apertura desde el próximo miércoles 1 de julio.
Aunque el anuncio estaba previsto para este jueves, el Jefe de Estado argentino decidió postergarlo hasta el mediodía del próximo viernes. Acompañado del gobernador Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta volverá a renovar la cuarentena que comenzó el pasado 20 de marzo y que ya se convirtió en una de las más extensas en todo el planeta.
El virtual regreso a la fase 1 del aislamiento comenzará el 1 de julio y se extenderá hasta el 16 de julio, inclusive. Los tres días entre el final de esta etapa de la cuarentena y la nueva servirá para "calentar motores" aseguran fuentes cercanas a quienes participaron del encuentro, que no es más que una manera de decir que se fortalecerán los controles sobre el transporte y la circulación de los automóviles camino al endurecimiento de la medida.
En rigor será una etapa más flexible que el que se impuso cuando todo comenzó, puesto que los bancos seguirán abiertos; pero lo cierto es que solo podrán abrir los comercios esenciales, mientras que en la Capital Federal se suspenderán las salidas a correr y los chicos podrán seguir saliendo durante los fines de semana.

"Las tres jurisdicciones han acordado en avanzar en mayores restricciones a la movilidad que permitan una fuerte merma en la circulación", informó Presidencia a través de un comunicado, minutos después de que iniciara el encuentro. Aunque los tres mandatarios comenzaron la reunión a solas, luego se sumaron el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, el ministro de Salud Ginés González García y la secretaria Legal y Técnica Vilma Ibarra; el vicejefe de gobierno porteño Diego Santilli, el jefe de la Cartera de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós; su par bonaerense Daniel Gollán y el ministro coordinador e bonaerense Carlos Bianco.

Todos acordaron limitar el uso del transporte público interjurisdiccional, que estará limitado a la categoría de trabajadores esenciales, que hoy son 56. Allí se encuentra, según los expertos, el principal foco de contagio y al que más hay que atacar.
Lo cierto es que el fuerte aumento de los casos registrados en las últimas semanas obligó a las autoridades a dar marcha atrás con la apertura y reforzar los controles para frenar la escalada y contener al virus que, día a día, sigue avanzando y cobrándose la vida de decenas de pacientes.