Mientras el nuevo coronavirus sigue avanzando y llevándose miles de muerte a su paso, los científicos siguen buscando una cura para esta enfermedad.
Mientras el nuevo coronavirus sigue avanzando y llevándose miles de muerte a su paso, los científicos siguen buscando una cura para esta enfermedad.
El virus SARS-CoV-2 le cambió la vida a millones en todo el mundo. En Estados Unidos se conoció un importante avance en una paciente a la cual se le propinó una vacuna experimental y crece la expectativa.

Cuatro de cada diez familias recurre a reservas o liquida bienes para gastos, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de Argentina.
Según informó el INDEC, en octubre la canasta básica subió el 3.1% respecto a octubre, casi un punto por encima de la inflación.
Según estimaciones de los propios científicos que la desarrollan, de la compañía de biotecnología Moderna, el proceso de fabricación de la vacuna duraría al menos 18 meses. Dicha empresa, junto con la china CanSino Biologics son los primeros en lanzar ensayos clínicos de vacunas contra el COVID-19.
De acuerdo a lo publicado por la prestigiosa revista científica Science Mag de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), se probarán ahora para ver si son seguras y si pueden desencadenar respuestas inmunes.
La compañía CanSino también comenzó sus pruebas de ensayo el 16 de marzo, de acuerdo a investigadores del Instituto de Biotecnología del ejército chino que colabora activamente con el proyecto. De acuerdo a un listado elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya hay al menos otros 52 candidatos a confeccionar una vacuna que podría pronto surgir.
Para Lawrence Corey, virólogo del Centro de Investigación de Cáncer Fred Hutchinson, “esta es una respuesta maravillosa de la comunidad biomédica frente a una pandemia”. Esta institución ha realizado ensayos de vacunas contra una docena de enfermedades pero en esta oportunidad no está involucrada en el esfuerzo conjunto contra el nuevo coronavirus.
Estas vacunas se agrupan en ocho plataformas diferentes, entre ellas las de antiguas reservas como virus enteros inactivados o debilitados, proteínas genéticamente modificadas y la nueva tecnología de ARN mensajero, columna vertebral del proyecto de Moderna y sus fabricantes incluyen biotecnología, teoría de la academia científica, investigadores militares y algunas de las compañías farmacéuticas más importantes del mundo.
El último 30 de marzo, la empresa Johnson & Johnson anunció un proyecto de vacuna COVID-19 de 1 mil millones de dólares, con mitad de los recursos provenientes de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado de los Estados Unidos.
Muchos virus, incluidos el del HIV y de la hepatitis C han frustrado a los desarrolladores de vacunas. Pero el nuevo coronavirus no parece ser un objetivo particularmente formidable. Cambia lentamente, lo que significa que no es muy bueno para esquivar el sistema inmunológico y las vacunas contra los coronavirus relacionados que causan el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) y el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS) han funcionado en modelos animales. Corey dirige el la Red de Ensayos de Vacunas contra el HIV de los Estados Unidos, que ha visto una vacuna candidata después de prueba y error es optimista respecto a la vacuna contra el SARS-CoV-2: “No creo que desarrollar la vacuna contra el COVID-19 vaya a ser tan difícil”.
La comunidad científica comparte una preocupación: si las personas desarrollan inmunidad duradera al virus, lo cual es crucial dado a que las vacunas intentan imitar una infección natural. Las infecciones con los cuatro coronavirus humanos que generalmente causan resfríos leves no desencadenan una inmunidad que perdure en el tiempo.
Cabe destacar que también podría ponerse a disposición una nueva vacuna para los trabajadores de la salud y otras personas de alto riesgo incluso antes de que se completen los ensayos de eficacia de fase III. Para Stanley Perlman, un veterano investigador del coronavirus en la Universidad de Iowa, “una vacuna que solo ofrece protección limitada y durabilidad podría ser lo suficientemente buena, al principio, en este tipo de entorno epidémico, siempre que tenga algo que nos ayude y se eviten muchas muertes, eso puede ser adecuado", reflexionó.