domingo 16 de marzo de 2025

A 28 años de la masacre, así está la casa donde Barreda mató a su familia

La imponente propiedad fue expropiada y la Provincia podría tomar su posesión tras la muerte del homicida. En octubre denunciaron un intento de usurpación.

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Este domingo se cumplen 28 años del cuádruple femicidio perpetrado por Ricardo Barreda en su domicilio de 48 entre 11 y 12. La muerte del asesino volvió a poner en escena a la propiedad, que está abandonada desde hace casi tres décadas y que a fines de octubre quisieron usurpar.

La imponente casona fue abierta a fines 2018, con el objetivo de filmar un documental sobre los crímenes que sucedieron en ese lugar y 0221.com.ar pudo tomar imágenes exclusivas del estado de la vivienda. Nadie volvió a habitarla desde la masacre y la condena del homicida.

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Entre los escombros, la tierra y el moho en las paredes de la casona quedaron en pausa los movimientos familiares de aquel domingo primaveral del 15 de noviembre de 1992, cuando Barreda mató a escopetazos a Gladys McDonald (57), a Elena Arreche (86) y a sus hijas Cecilia (26) y Adriana (24). Luego tiró el arma en el Arroyo El Gato, camino a Punta Lara, fue a un hotel de alojamiento con su amante y volvió a la casa para denunciar los crímenes. Pero terminó confesando ante el subcomisario Ángel Petti. Y se inició el relato que se mantiene hasta la actualidad: aseguró que las mujeres lo maltrataban, que le decían "conchita", hasta que se hartó y las mató. En 1995 lo condenaron a prisión perpetua y estuvo 18 años en el penal de Gorina.

Cuando el odontólogo perpetró la masacre no existía la figura de "femicidio", sino que se incorporó exactamente 20 años después, cuando la Cámara de Diputados aprobó el proyecto para modificar el artículo 80 del Código Penal. Si bien ya no se habla de crímenes pasionales para referirse a los homicidios de mujeres por razones de género, todavía hay quienes veneran al asesino.

La vieja casona se encuentra detenida en el tiempo, con un notable deterioro producto del abandono y en pleno proceso de expropiación a partir de una iniciativa para utilizarla como centro dedicado a la prevención de violencia de género. La vivienda, incluso, debió ser desratizada en medio del brote de hantavirus que preocupó a todos los platenses en el verano de 2018.

Barreda terminó sus días en un geriátrico de José C. Paz y aseguraba no recordar los asesinatos de su esposa, dos hijas y su suegra. Tras su muerte a los 83 años, se reflotaron las estampitas con su cara, las canciones de rock y las insólitas defensas: pese al avance y al debate encabezado por el movimiento feminista, persiste la idolatría del homicida en ciertos sectores de la sociedad.

Con su fallecimiento se reflotó la contienda judicial por la herencia patrimonial por la casa de calle 48, además de una casa de veraneo en Mar del Plata (que se encuentra usurpada); un terreno en la provincia de Buenos Aires; un Ford Falcon color verde, un auto DKW y una motoneta de marcas Siambretta, vehículos que están arrumbados en lo que fue la escena de una de las mayores masacres de la historia argentina.

Mientras tuvo fuerza, Barreda dio pelea por recuperar parte de sus bienes materiales que obtuvo mientras estuvo en familia. Luego de que el Estado provincial le expropiara el inmueble planteó una contrademanda que tramita en el fuero Contencioso Administrativo de La Plata y buscó un resarcimiento económico que nunca llegó. Con su muerte, esa contrademanda tiene destino de cierre.

Como se sabe, la casona de calle 48 fue expropiada por el Estado bonaerense durante la gobernación de Daniel Scioli. La muerte de Barreda le allana el camino al gobierno provincial para tomar posesión del inmueble. 

A fines de octubre denunciaron que la "casa del horror" era "visitada”: según denunciaron los vecinos, la vivienda podría haber sido usurpada recientemente, ya que los testigos aseguran que ven entrar y salir gente constantemente por el portón principal.

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