La interna de Cambiemos en La Plata sigue bailando al ritmo de una silla vacía: la que ocupará quien encabece la lista de concejales y se convierta en el virtual "viceintendente" en la carrera por la reelección de Julio Garro. Eso incentiva una disputa silenciosa entre al menos cuatro pesos pesados del oficialismo que levantaron el perfil para estar listos en caso de ser necesario. La situación alimenta intrigas de palacio y genera algunos recelos que el jefe comunal pretendía evitar cuando hace algunos meses les pidió a sus funcionarios que se enfoquen en la gestión y no piensen en candidaturas.
El vacío lo dejó el expresidente del Concejo Deliberante, Fernando Ponce, uno que era número puesto para repetir la fórmula de 2015. El cruce de denuncias con una empleada del Concejo lo dejó fuera carrera y abrió un hueco que por ahora nadie llena. La última palabra la tendrá el Intendente, pero en el medio varios levantan la mano como para hacerse notar.
Algunos de ellos están más "cantados" porque este año vencen mandato y buscan donde seguir su carrera política. Otros pueden sorprender por el peso específico que hoy tienen en el Gabinete municipal y solo dan señales sin expresarse abiertamente. Todos saben que quien finalmente acompañe al jefe comunal como primer concejal tendrá una especie de "bendición", aunque no definitiva, para ser el sucesor dentro de cuatro años, en que caso de que garro obtenga el aval para un nuevo período.
Los dos más desembozados en esa disputa son actualmente legisladores que vencen mandato. Uno local, Julio Irurueta, y el otro provincial, el senador Juan Pablo Allan. Algo más contenido, pero demarcando poder y territorio con algunas pintadas, aparece el actual secretario de Gobierno Nelson Marino. Y aún más tapado, pero con gestos que son leídos como "elocuentes" en el entorno del Intendente, aparece el secretario de Espacios Públlico, Marcelo "Chuby" Leguizamón.

Todos ellos cultivan un origen político distinto que redunda –a su vez– en una vinculación diferente con Garro. Irurueta y Allan vienen del PRO pero de grupos distintos entre ellos y también en relación al Intendente. Marino es el único del riñón garrista y Leguizamón representa a la "pata peronista", relacionada con el monzoismo.
Los tironeos por la silla vacía disparan especulaciones y tensiones que se resolverán seguramente el 22 de junio cuando sea el cierre de listas. Para algunos habrá sido un modo de instalar su nombre en la carrera a 2023 o –tal vez– obtener espacio para algún delfín. Otros lograrán revalidar lugares. Es difícil asegurar que efectivamente uno de ellos aparecerá al tope de la lista.
Mientras tanto, el Intendente piensa en una campaña basada en la gestión. El nuevo Centro de Operaciones y Monitoreo (COM), las 680 cámaras inteligentes y las luces LED, además del inicio del sistema de contenerización en la recolección de residuos, aparecen en el horizonte previo a las elecciones.
CASO POR CASO
El concejal Irurueta, que este año vence mandato de concejal, fue el primero en decir en público que pretende ser el sucesor de su tocayo en la Municipalidad. Se autopercibe como del riñón del jefe comunal pero esa mirada no es compartida en el entorno del Intendente donde lo miran con recelo por cierta "autodeterminación" en algunas de sus declaraciones y movidas políticas. Una grieta se abrió entre ellos antes de que Garro fuera electo y se profundizó cuando Irurueta integró otra lista en las PASO de 2015. Tiene por eso una relación "individual" con el PRO y se lo suele vincular con el monzoismo pese que ideológicamente no parece cuadrar en ninguna vertiente del peronismo.

En estos tres años y medio logró una buena convivencia y mucho tuvo que ver el rol de defensor de la gestión que el concejal tuvo desde la Comisión de Hacienda y en sus duelos con los opositores en el recinto. Es una incógnita si en los meses que quedan el Intendente pueda darle el espaldarazo que implicaría anotarlo como primer concejal. En la planta baja del Palacio descreen, pero él sigue convencido de que no hay razones para que no ocurra.
La posición de Allan es diferente porque su link con el PRO es más directo. Como líder de uno de los espacios amarillos tienen otro diálogo con el jefe comunal y quienes están cerca creen que Garro podría habilitarlo a pelear por la sucesión abriéndole la lista de concejales. Mucho dependerá de ello lo que ocurra con la de senadores. La aspiración del hombre con peso territorial en el norte del distrito es renovar esa banca, pero podría encontrar un obstáculo si se confirma el pedido de la gobernadora María Eugenia Vidal para que el primer lugar de los senadores sea para el secretario general de la Gobernación Fabián Perechodnik.
Una candidatura para Nelson Marino se viene barajando desde hace meses. Es vista como un modo con el que Garro reconocería la fidelidad de uno de sus funcionarios de máxima confianza. La tercera banca de senador fue lo primero que sonó pero la ofensiva del funcionario con algunas pintadas lo colocan intentando posicionarse para encabezar la lista de concejales. Quienes viven la interna a diario consideran que no tiene el perfil para semejante empresa.

De todos modos, esa aparición generó algo de ruido hacia el interior del Gabinete, donde hasta ahora se viene respetando el pedido que el Intendente le hiciera a sus funcionarios: "No piensen en que van a ser candidatos". Sus colegas miraron con recelo los carteles firmados por "Marino conducción" cuando lanzó a la delegada de Villa Elisa Virginia Pérez Cattáaneo. La aparición de esa dirigente en la lista de concejales podría ser, de todos modos, una válvula de escape si la tensión crece y el funcionario no encuentra lugar.

Lo de Leguizamón parece más una movida para demostrar presencia y estructura, tal vez pensando en el futuro. Siempre fue considerado un funcionario con capacidad operativa para garantizar algunos aspectos claves de la gestión, pero en los últimos meses sumó compromiso militante y se encargó de mostrarlo públicamente, despojado del prejuicio que podría tener por su origen peronista. La batucada y las remeras que saludaron al Intendente en el inicio del período de sesiones del Concejo fueron todo un síntoma. También se le atribuye (y algunos le achacan) haber colgado el único pasacalle que hasta ahora apareció en la ciudad con la leyenda "Julio Garro 2019".
Se supone que se integró al Gabinete por la relación política del macrismo con Emilio Monzó, pero el deterioro de la misma no parece haberlo afectado. Quedó al margen de las tensiones del intendente con Gabriel Monzó, Marcelo Daletto y Guillermo Bardón por la banca del senado, y su lugar en el equipo de Gobierno está consolidado. Claro que de ahí a que el Intendente le confíe el primer lugar de la lista de concejales hay un largo trecho.
En medio de tantas especulaciones el mandatario se mantiene hermético respecto a la "1" de la lista de concejales. Sus allegados consideran que si hubiera sido una elección de medio término no hubiera dudado en dárselo al radical Claudio Frangul como lo hizo con Javier Mor Roig (de la Coalición Cívica) en 2017. Eso le facilitaría saldar cuentas con el partido centenario. Pero este no sería el escenario para semejante apertura.