La Secretaría de Salud de la Nación emitió un alerta epidemiológico ante el cuarto caso de sarampión que se registró durante este 2019. El último paciente que se contagió de la enfermedad es un hombre de 36 años de Rosario, quien habría tenido contacto en un avión con el turista ruso que estuvo internado en marzo.
El sarampión es una enfermedad infecciosa que afecta más a los niños y es causada por un virus. Los primeros síntomas se evidencian después de tres o cinco días que el virus ingresó en el organismo y el paciente suele manifestar: tos seca, secreción nasal y conjuntivitis. También puede producir infección en los ojos. En los más pequeños se presenta mediante manchas rojas o blancas con un azulado en el centro.
En los adultos se muestra a través de manchas en la piel rojas conocidas como "exantema". Primero aparecen en la cara y en la parte superior del cuello. Conforme pasan los días, llegan a los brazos, manos, piernas y pies. El contagio es rápido y fácil entre las personas que no están vacunadas. Sus efectos se sufren desde unos 4 días antes de que el sarpullido se presente en la piel.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que, en caso de no ser tratada de forma adecuada, es una las principales causas de muerte en los niños.
El virus vive en la mucosa de la nariz y en la garganta de las personas infectadas permanece en el aire durante dos horas después de que el afectado estornude o tose. Así, hay riesgo de contagio a las personas cercanas y los niños son más inmunes.
A pesar del falso argumento de los grupos antivacunas, el método más seguro es la vacuna MMR, la cual disminuye el riesgo de contraer la enfermedad. Los médicos sugieren que todos los niños se apliquen dos dosis. La primera, debe realizarse cuando el pequeño tiene entre 12 y 15 meses de nacido y, la segunda, entre los 4 y 6 años.