Pasaron 20 años desde que en una elección a intendente de La Plata los dos principales candidatos juntaran más del 85% de los votos. Ocurrió el 27 de octubre en la elección en la que Julio Garro logró la reelección al derrotar a la candidata del Frente de Todos Florencia Saintout. Según los datos definitivos del escrutinio, entre los dos juntaron 9 de cada diez votos emitidos en la ciudad.
Los datos que arrojó el escrutinio definitivo indican que el intendente obtuvo el 48,66% y Saintout el 40,75%. La cosecha fue del 89,58%.
Una polarización tan importante no ocurría desde la elección de 1999, cuando el contexto nacional marcaba el final de la década menemista y el advenimiento de la Alianza. Eso se replicó en La Plata, pero con un resultado inverso y el triunfo del peronista Julio Alak sobre el radical Javier Quinterno, captando ambos la cifra que marcó una polarización récord del 95,67% de los votos (52,91 a 42,76%).
El análisis de los datos históricos de las 19 elecciones generales realizadas desde el regreso de la democracia, de las cuales diez fueron por el cargo ejecutivo, demuestra que la polarización no es lo más común y menos aún en las últimas dos décadas, cuando se dieron los niveles de fragmentación más amplios con dos elecciones en las que las dos primeras fuerzas juntaron menos del 50%.
Sólo cuatro veces desde 1983 la polarización superó el 85 por ciento, tres de las cuales fueron elecciones a intendente. Un análisis más detallado de la curva muestra que la concentración está relacionada con un contexto nacional en el mismo sentido: 1983 la primera elección después de la dictadura, 1997 y 1999 sobre el final de la década menemista y advenimiento de la Alianza y finalmente el actual crítico cierre del gobierno macrista.
También se vincula con el paso del clásico bipartidismo radical – peronista en los primeros años y con la aparición de coaliciones en la segunda mitad: el acuerdo UCR – Frepaso para derrotar al PJ (1997 y 1999) y el frente que integró a distintos sectores del peronismo que estaban divididos hasta ese momento para enfrentar a Cambiemos (2019).
En el medio, la dispersión se tradujo en terceras y cuartas fuerzas que modificaron ese escenario y se convirtieron en regla. Ocurrió en 2003 cuando esa misma división se dio en una elección presidencial en la que las dos primeras fuerzas no llegaron al 25%. Ese año, en La Plata Alak se imponía a Pablo Bruera por el 32,25% contra 21,43% (juntos el 53,68%).
Pero las dispersiones más altas se dieron en dos elecciones legislativas: la que se realizó en 2001, en pleno arranque de la crisis que desembocaría en la renuncia de De la Rúa, y la de 2013, un año que en La Plata estuvo atravesado por la trágica inundación del 2 de abril, que se cobró la vida de 89 platenses.
En el primer caso el PJ fue primera fuerza con el 31,92% seguido por un Frente Platense con candidatos radicales que obtuvo el 13,47% y el Partido Socialista apareció como tercera fuerza con el 11,78%.
En 2013 las dos primeras fuerzas sacaron apenas el 48,89%. Ese año fue triunfo del massista Frente Renovador con 31,5% de los votos y derrota de la lista de Bruera, entonces intendente, con el 17,39%. La dispersión llevó a que irrumpieran otras dos fuerzas que alcanzaron representación en el Concejo Deliberante: el Frente Progresista Cívico que sacó el 16,25% y el peronismo kircherista con Saintout a la cabeza que se presentó como Frente Social y obtuvo el 11,08%.
Este año solo la unidad de todos los grupos peronistas, incluidos kirchneristas, pejotistas y massistas, traccionó para que se reinstalara el escenario de polarización extrema. Lo demuestra que en las dos citas anteriores, ambas ganadas por Garro y en las que el peronismo fue dividido, las sumas de las dos primeras fuerzas fue menor: el 69,82% en 2015 y el 75,45 en 2017.
La elección hecha por Garro, al obtener el 48,66% por ciento de lo votos lo ubica en el tercer lugar entre los intendente más votados, teniendo el cuenta su porcentaje. El récord histórico es de Julio Alak en su tercer elección de 1999, cuando obtuvo el 52,91% de los votos; el segundo fue el radical Juan Carlos Albertí en 1983, que sacó el 52,65%. El electo con un porcentaje más bajo fue Bruera en 2007, cuando obtuvo el 25,75%.