El caso de los crímenes sexuales cometidos por sacerdotes a chicos sordomudos e hispoacúsicos del Instituto Antonio Próvolo de Mendoza tuvo finalmente su veredicto. El Tribunal Penal Colegiado Nº 2 de esa provincia condenó a los dos religiosos y a un jardinero por los abusos sexuales a los alumnos de la institución: entre ellos se encuentra Nicola Bruno Corradi, uno de los curas acusados por los mismos delitos en la sede de La Plata.
Corradi, el principal de los acusados en jerarquía dentro del establecimiento recibió 42 años de cárcel por hechos en grado de autoría y coautoría o partícipe necesario en los delitos de abuso sexual y corrupción de menores.
El cura Horacio Corbacho, en tanto, fue sentenciado a 45 años de prisión y el jardinero Armando Gómez a 18 años. Las víctimas fueron once chicos sordos del Próvolo, con un total de 28 hechos que ocurrieron entre 2005 y 2016: más de once años de ataques y torturas sexuales. Los pequeños, tanto varones como mujeres, tenían entre 7 y 17 años de edad.
En diálogo con el portal Pulso Noticias, la fiscal que investiga el caso Próvolo en La Plata, Cecilia Corfield, señaló: "Nosotros teníamos frenado el traslado de Corradi por el Tribunal Oral Nº 2 de Mendoza, porque nos pidió que dejáramos terminar el debate allá para después autorizarlo. Con lo cual mañana vamos a reiterar el pedido para que autoricen el traslado de Corradi, no para que permanezca acá si no para que sea indagado y devuelto a Mendoza a cumplir la condena".

"Estábamos siguiendo el debate del juicio, no sólo porque nos interesaba el tema si no porque estábamos sujetos a que terminara para poder hacer efectivo el traslado", afirmó la fiscal y expresó sus sensaciones tras la reciente condena: "Los hechos que yo estoy investigando son anteriores a estos por los cuales se lo condena en Mendoza, pero no deja de ser un baño de esperanza de que acá pase lo mismo".