Desde el mediodía, más de un centenar de familiares, amigos y activistas coparon la emblemática esquina de 8 y 50 para exigirle al juez Ernesto Krekplak que profundice la búsqueda de Johana Ramallo, la joven platense que permanece desparecida después de 14 meses. El caso, que se tornó emblemático en la ciudad, pareciera estar trabado en la Justicia federal, ya que a pesar de las pericias y allanamientos todavía no hay detenidos.
Durante algunas horas, militantes feministas y de agrupaciones políticas cortaron la calle y llevaron adelante una radio abierta, metodología que las integrantes de la Asamblea por la búsqueda de Johana Ramallo repiten mes a mes y que se entremezcla con marchas, festivales y otras actividades artísticas con el objetivo de visibilizar el caso.
Desde un primer momento, la familia de Johana y sobre todo su mamá, Marta Ramallo, insistieron en que la desaparición se enmarcaba en un caso de secuestro para trata de personas y explotación sexual. Es que Johana estaba en situación de prostitución desde hacía unas semanas y todo apuntaba a las redes de trata que funcionan en la denominada Zona Roja, en calles aledañas a Plaza Matheu. Fue una teoría que la fiscal Betina Lacki, de la UFI 2 del departamento judicial La Plata, no quiso investigar.
Lacki declinó su competencia a dos meses de la desaparición. Ahí comenzó a investigar la Justicia federal, con la ayuda de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas del Ministerio Público Fiscal. Pero a 24 meses de búsqueda Johana, que cumplió 24 años el 15 de noviembre pasado, sigue sin aparecer.
Johana desapareció el 26 de julio de 2017 en la estación de servicio YPF de 1 y 63. Durante la madrugada del día previo ingresó al Hospital San Martín descompuesta, donde la atendieron, pero se fue sin recibir el alta médica. Entonces regresó a su casa, durmió y durante la tarde del 26 se marchó otra vez. Fue la última vez en que Marta la vio con vida.
