En línea con lo que las autoridades de la municipalidad habían asegurado en la tarde del domingo sobre las complicaciones en el estado de la querida elefanta Pelusa, el director del santuario de Brasil al que iban a trasladarla dio el peor de los pronósticos: “Todo indica que el elefante está en la etapa final de su vida”.
En línea con lo que las autoridades de la municipalidad habían asegurado en la tarde del domingo sobre las complicaciones en el estado de la querida elefanta Pelusa, el director del santuario de Brasil al que iban a trasladarla dio el peor de los pronósticos: “Todo indica que el elefante está en la etapa final de su vida”. Scott Blais arribó a la ciudad en las últimas horas para asistir y colaborar con los especialistas y veterinarios del Jardín Zoológico, el Santuario y la Fundación Franz Weber, quienes venían realizando un seguimiento del estado de salud de la elefanta.
Anteriormente, en una conferencia de prensa montada a escasos metros de donde se encuentra recostada la elefanta platense, Germán Larrán, subsecretario de Gestión Ambiental de la Comuna, y Juan José Diorio, jefe veterinario del Zoológico explicaron el complejo cuadro de situación que Pelusa está afrontando y su estado de salud. En ese contexto, el titular de esta organización sin fines de lucro, dedicada a asistir internacionalmente a elefantes sostuvo que su esperanza era que solamente necesitara descansar, que pudiera tener seis, ocho, diez o doce horas para relajarse y recuperarse, y finalmente recuperar sus energías para pararse”.
“Lamentablemente, esto no fue en la dirección que deseábamos. Comenzó a mostrar menor respuesta a los estímulos. Su torrente sanguíneo y los valores de los análisis comenzaron a desmejorar. En este punto, todo indica que el elefante está en la etapa final de su vida”, agregó.
Durante su explicación, Blais resaltó que ahora el objetivo es “honrar a Pelusa”. “Ella es la razón por la que estamos acá. Tratamos de tenerla lo más confortablemente posible. Siempre puede haber un milagro pero en este punto creo que estamos ante los últimos días de Pelusa. Esto puede romper el corazón de mucha gente, lo hace con el nuestro. Queríamos verla caminar libremente en el santuario pero lamentablemente parece que ese sueño no va a ser posible. Ahora tenemos que seguir honrando a Pelusa y darle las mejores posibilidades que tengamos para que pueda mantenerse lo más cómoda posible los próximos momentos de su vida”, remarcó el experto.
En esa dirección, enfatizó que este es el resultado del cautiverio: "Casi 50 años en este espacio que es completamente insuficiente ya que no permitió la estimulación física, psicológica ni emocional. Sus cuidadores están completamente dedicados a ella, la adoran, quieren hacer todo lo posible pero es muy difícil luchar contra lo que genera el cautiverio”.