El balance de Gimnasia en este 2018 se divide en dos partes bien diferencias. Por un lado la gran participación en la Copa Argentina, dónde alcanzó la final, dejó en el camino a los dos grandes del fútbol nacional y ni siquiera se puede empañar por la caída en los penales ante Rosario Central. El lado oscuro está en su funcionamiento en la Superliga, en el cuál si se suman los dos semestres del año quedó en el lugar 22 de 24 que disputaron ambas competencias y solamente podrían destacarse muy pocos momentos, nada del ciclo de Facundo Sava, el empeño en el interinato de Darío Ortíz y el triunfo frente a Boca en esta etapa de Pedro Troglio.
En total en el 2018 entre Copa Argentina y Superliga disputó 36 partidos, de los cuáles ganó 10, igualó 11 y perdió 15. Estos números totalizan un rendimiento de apenas el 37,96 por ciento. Marcó 30 goles (menos 1 de promedio por partido) y recibió 45.
A lo largo del año tuvo tres entrenadores: Sava, Ortíz (interinato de 3 partidos) y Troglio. Con el Colorado en el banco el ciclo fue muy breve, malos resultados y rendimientos bajos desembocaron en la salida del técnico, que post derrota ante Talleres realizó una declaración polémica “no digo todos, pero la mayoría de los jugadores dejaron todo adentro de la cancha”. Nadie recogió el guante pero sembró un montón de dudas.
Su ciclo fue de 12 partidos (36,11% de rendimiento). Cuatro triunfos, un empate y siete derrotas. Lo sucedió el Indio Ortíz, que le dio un poco de aire al equipo. Igualó con Independiente y Boca, y venció a Newell’s. Sumó 5 puntos sobre 9.
Llegó la nueva etapa de Troglio y la levantada fue ínfima, dónde la curva del rendimiento sólo trepó por lo realizado en la Copa Argentina. La efectividad global fue del 42,85 por ciento, aunque el porcentaje en Superliga sólo fue del 33,33 por ciento (15 puntos sobre 45 en juego).
La totalidad de los números con Pedro marcaron 7 victorias (3 por la Copa), 6 empates (3 por la Copa) y 8 derrotas (todas por Superliga)
LOS GOLEADORES
Con un solo semestre en el club Santiago Silva se convirtió en el máximo artillero del equipo con 6 tantos. En el segundo escalón está Lorenzo Faravelli con 5 y luego lo sigue Ezequiel Bonifacio con 3. Con dos se anotaron varios: Nicolás Colazo, Brahian Aleman, Maximiliano Comba, Matías Gómez y Jan Carlos Hurtado.
De los pocos goles en el año varios fueron de buena factura como el de Silva a Godoy Cruz, el contragolpe de Gómez para el gol de Silva con Patronato y el de Faravelli ante Central por la Copa están en el podio.
APARECIERON ALGUNOS PIBES
Una cuestión positiva fue la aparición de algunos chicos que se mostraron en buen nivel en primera como Matías Melluso, Matías Gómez (en baja en la recta final), Germán Guiffrey (generalmente respondió) y Horacio Tijanovich (volvió y hoy es una alternativa interesante).
Otras apariciones deberán aguardan otra chance como Juan Cataldi, Lucas Calderón, Hernán Tifner y otros juveniles que tuvieron escasa participación.
LOS REFUERZOS
En la etapa de Sava sólo llegaron Facundo Pereyra y Jerónimo Barrales. Ambos se marcharon a mitad de año ante la falta de respuestas, en especial el ex Bánfield.
Con Troglio el mercado estuvo más movido. Silva, Gonzalo Piovi, Maximiliano Comba, Jan Hurtado fueron buenas elecciones, Víctor Ayala levantó en el final, Sebastián Moyano atajó un solo partido y cumplió, Kevin Guitérrez casi no tuvo minutos, mientras que Tifner, Alejandro Melo, Santiago Rosales y Mauro Guevgeozian claramente quedaron en la columna del debe.
EL PODIO TRIPERO
En cuanto a los balances individuales hay que destacar los rendimientos de Santiago Silva, Lorenzo Faravelli y Alexis Martín Arias como los más relevantes. El Pelado por su compromiso y vigencia, el rosarino porque a la hora de jugar es el más claro y llega al gol, y el arquero porque siempre le genera confianza al equipo. Los que aprobaron y pueden aportar más son Piovi, Melluso, Comba y Tijanovich, mientras que Rinaudo levantó en el segundo semestre del año.