“En realidad ya no sé cuándo nací. Si nací en el 54’ cuando me parió mi madre, o nací en el 82’ cuando llegué a Estudiantes”, declaró Alejandro Sabella hace un tiempo, evidenciando el amor y sentido de pertenencia que tiene con el club con el cual salió dos veces campeón como jugador y otras dos como entrenador. Los hinchas albirrojos lo idolatran desde que llegó a la institución y con sus actitudes dentro y fuera de la cancha, se transformó en un prócer de la historia del Pincha.
Más allá de su sabiduría en las estrategias y tácticas, o en la habilidad que supo reflejar en su época como futbolista, Pachorra siempre se destacó por demostrar su sencillez y sentido del humor en cada una de las funciones que le tocó ejercer. En los últimos días, contó una serie de anécdotas que lo hacían recordar momentos en los que vestía la camiseta albirroja, como en el emblemático empate 3 a 3, frente a Gremio, en la Copa Libertadores del 1983.
Su particular manera de ser y trabajar, no solo cautivó y dejó huella en Estudiantes. En su paso por la Selección argentina, también pudo sacar a la luz su costado ameno y estableció un vínculo único con los jugadores, quienes lo respetaban, admiraban y al mismo tiempo bromeaban con el DT. Uno de los casos más recordados fue el “chorro de agua” que le tiró Ezequiel Lavezzi, en medio de un partido en el Mundial de Brasil 2014.
De su etapa como entrenador, Alejandro recordó recientemente, también a un “amigo mufa”, al cual le prohibió ir a ver a al Pincha y luego a la Selección. Esto deja en claro que además de ser un incansable trabajador, Pachorra tiene su lado cabulero y es de respetar mucho ciertas “costumbres”, como dice Carlos Bilardo.
En el inolvidable Mundial de Brasil, donde consiguió el subcampeonato, Sabella se terminó de consolidar como un ícono y referente de la historia del fútbol argentino. Algunos aseguran que fue la última figura que logró unificar el gusto y el sentir de los hinchas en nuestro país, dejando en un segundo plano la dicotomía entre Menotti y Bilardo.
En el día que cumple 64 años, Alejandro Sabella mantiene a la expectativa a todos los amantes del deporte más popular de la Argentina. Según sus propias y más recientes declaraciones, la posibilidad de que vuelva a dirigir un equipo parece estar lejos, aunque desde su círculo íntimo no descartan la chance de que regrese como asesor y coordinador en el club o Selección.