El líder el sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, presentó este viernes su renuncia a la conducción de la CGT, profundizando así la crisis de la principal representación que tienen los trabajadores. Lo hizo mediante una nota en la que explicita sus diferencias con el resto de la conducción.
El dirigente formalizó su alejamiento esta viernes mediante una nota de tres líneas dirigida al Consejo Directivo de la central obrera, en la que afirma que la decisión se basa en que no coincide "con las decisiones de la llamada mesa chica”.
La noticia causó un gran impacto en el sindicalismo, aunque el sector dialoguista evita hablar de crisis: Hugo Moyano, líder del Sindicato de Camioneros, designará al reemplazante de su hijo mayor en la conducción cegetista, ya que los cargos no son personales sino de cada organización gremial.
La renuncia de Pablo Moyano
"He tomado la decisión de renunciar a mi cargo como co-Secretario General de de la Confederación General del Trabajo, al no coincidir con las decisiones tomadas por la llamada "mesa chica", dice el escueto texto de la carta presentada por Moyano.
La renuncia de Moyano pone en evidencia la fractura en la CGT entre el ala moderada y la fracción más dura. El conflicto se intensificó esta semana tras la reunión de la mesa chica cegetista, en la cual Moyano estuvo ausente. En ese encuentro, los dirigentes decidieron descartar un paro y priorizar el diálogo con la Casa Rosada y el sector empresarial.
Horas antes, Moyano había anticipado que junto con gremios del transporte, las CTA y movimientos sociales, organizaba un paro nacional con movilización para el 5 de diciembre en rechazo a las políticas del presidente Javier Milei. La protesta no logró el aval de la conducción cegetista, que prefirió evitar confrontaciones y mantener una postura negociadora.
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Con la renuncia de Pablo Moyano, la mesa de la CGT se queda sin una de sus patas
Futuro incierto en la CGT
La salida de Moyano también resalta el desacuerdo sobre la estrategia sindical frente a las medidas económicas del Gobierno. Mientras algunos sectores buscan respuestas contundentes, otros optan por mantener el diálogo, dejando al movimiento obrero en un terreno incierto de cara al próximo año.