—Hacer lugar era un disparate y dejaba un antecedente muy complicado porque cuando se propuso a Espert como candidato ya se sabían de todas estas denuncias. Lo que pasa que, en otro contexto, las denuncias pasaban de largo. Cuando la sociedad tiene dificultades, esas cosas comienzan a ser observadas. En el Congreso de la Nación, a mí me tocó ser testigo de Martín Soria, de Río Negro, que viene hace un año con unas cartulinas las denuncias con respecto a la relación de Espert y la candidata a senadora por Río Negro, con la gente de Fred Machado. En ese tránsito, pasó de largo, hasta que Espert se presenta como candidato. La Libertad Avanza lo elige a sabiendas de que esto ocurría.—¿Cómo ves al gobierno hoy tras este escándalo y la crisis económica?
—Veo un gobierno totalmente disociado con la realidad y me cuesta pensar que se vaya a asociar. ¿Por qué? Por la personalidad del presidente de la Nación, que coincidió en un momento muy corto, con el estado emocional de la sociedad. Fue un voto reactivo, no fue un voto revolucionario. La sociedad, en esa reacción e indignación frente a los gobernantes que tenían a cargo en ese momento el Poder Ejecutivo, busca alguien disruptivo, que estaba o que se observaba emocionalmente alterado con una motosierra que quería cortarlos a todos. Eso fue muy atractivo para votarlo. Y en una segunda vuelta, se unió lo antiperonista del país acompañando esta figura política y terminó siendo presidente. Ahora, fue un hecho muy casual y causal también, pero muy casual. Entonces, cuando llega a la Presidencia este carácter y este temperamento destructivo por origen, llama mucho la atención, comienza esa destrucción con poder y con soberbia. Esa mentalidad se extiende a los artistas, a los periodistas, a los economistas, no solo a lo que era "la casta política". Es decir, para esconder su impotencia a la hora de gobernar, inflamó su discurso de con un lenguaje vulgar y de insulto frente al adversario de cualquier tipo. Ahora, eso tiene un transcurso, y la sociedad comienza a cambiar la frecuencia y pasa de tener un atractivo frente a este discurso disruptivo a demandar construcción. Y empieza a decir: "Está bien pero ahora lo que quiero es gobernabilidad, lo que quiero es llegar a fin de mes, yo te aguanto el ajuste, pero después quiero ver algo más cuando pase este ajuste que tenés que hacer". Y ahí comienza un gran problema, que él sigue siendo el mismo que votamos. Él no cambió y no va a cambiar de frecuencia.
El voto a Milei fue un voto reactivo, no revolucionario El voto a Milei fue un voto reactivo, no revolucionario
—¿Eso es lo que plasmó el electorado en las urnas el 7 de septiembre?
—Hubo una sobredosis de errores políticos que llevaron al resultado electoral el 7 de septiembre en la provincia. Es increíble la mala praxis porque todos los bonaerenses sabíamos que era una elección para intendente municipal. Ellos la nacionalizaron y ellos la provincializaron, y el beneficiario indirecto fue Axel Kicillof. Entonces lo de la cripto, lo de Karina Milei, pegan como la fiesta de Olivos en el confinamiento, es exactamente lo mismo. Para sintetizar, desde la la derrota a la fecha no han parado en cometer errores y el último, más importante, es el recital del día lunes. Si hay algo que está disociado con la realidad es ese recital. Es un narcisismo tóxico, una megalomanía muy importante que necesita de esa adulación. Pero vuelvo al tema emocional porque sino no se entiende que en este momento Estados Unidos está pidiendo que amplíen su base de sustentación, que llegue a acuerdos políticos, que muestre ese volumen porque ven con preocupación prestarle a una persona que tiene dificultades en este sentido. Sin embargo, la respuesta es un show musical. A veces, dudo si quiso ser presidente para tener ese show, a la inversa.
Javier Milei tiene un narcisismo tóxico, una megalomanía muy importante que necesita de adulación Javier Milei tiene un narcisismo tóxico, una megalomanía muy importante que necesita de adulación
Emilio Monzó (1)
Emilio Monzó en la redacción de 0221.com.ar. Dijo que el recital de Javier Milei en el Movistar Arena mostró que "está disociado de la realidad"
—El bloque que integrás votó la Ley Bases y el paquete fiscal, entre otras leyes que mandó Milei. ¿Hacen alguna autocrítica de eso? ¿Se arrepienten de haber votado y darle esa herramienta?
—No, porque esas herramientas se las hubiéramos dado a cualquier presidente de la Nación. Tenía que ver con las ideas, no tenía que ver con las personas. Cuando uno vota, vota por ideas, no vota por persona. Obviamente que nosotros teníamos todas las dudas sobre su personalidad, pero uno quiere darle el crédito. Él, desde el primer día, nos dijo que la jefa de Estado era su hermana. Ninguno le creyó porque uno necesita, para vivir, negar cierta realidad. Era muy fuerte para todos los argentinos, porque decíamos ¿cómo puede ser que diga que la jefa es ella? Bueno, con el transcurrir del año nos dimos cuenta que es genuino, que la jefa de Estado se llama Karina Milei, nos guste o o no nos guste. No la votamos, pero es la jefa de Estado. Todas esas cosas, uno no las imagina, uno imagina cosas para bien e hicimos todo el esfuerzo para que tenga las herramientas, no nos arrepentimos. E l gobierno de Alberto Fernández necesitó la ayuda del Fondo Monetario Internacional y no tuvimos duda en ese momento, porque el país sino chocaba. Entonces, es más desde una responsabilidad institucional, desde una ideología o desde una idea a una persona. Ahora, no podíamos imaginar esto que estoy describiendo hoy.
Con el transcurrir del año nos dimos cuenta que es genuino, que la jefa de Estado se llama Karina Milei, nos guste o o no nos guste Con el transcurrir del año nos dimos cuenta que es genuino, que la jefa de Estado se llama Karina Milei, nos guste o o no nos guste
—¿Cómo hace Provincias Unidas para conquistar el voto del medio en una elección tan polarizada entre LLA y Fuerza Patria?
—Tener coraje es estar en el centro. Muchos dicen que es la tibieza, no, es el coraje. La simpleza es ir a un extremo y a esta sociedad tan compleja, argumentarle una solución simple. Eso no existe. Esa polarización es mentira, muy efectiva desde el punto de vista comunicacional, y mucho más si vamos a ese extremo, con simpleza y apelando a las emociones negativas. Cuando insulto al adversario político, a los periodistas, a los economistas, lo que hago es tener mucho menos posibilidad de tener un diálogo en la conversación. Uno en la maduración lo que hace es entender que también los otros muchas veces tienen razón, esto es lo que le cuesta entender al gobierno nacional. Pero es un tema de maduración. Milei parece un adolescente tardío en sus reacciones. Entonces, ¿cómo se puede penetrar hoy en el centro? Primero, confío en que la sociedad va a pasar de la locura a la mesura. La polarización tan destructiva está a nivel nacional. Si uno baja a los distritos de la provincia, o ve a los gobernadores Rogelio Frigerio, Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora, no vive esta situación de que se vive a nivel nacional. Y confiamos mucho en que en 2027 va a haber una PASO y seguramente, el que triunfe las primarias va a salir con una legitimación suficiente como para ser un buen candidato a presidente. Hoy estamos sembrando esta primer semilla en la provincia de Buenos Aires, con Florencio Randazzo, Margarita Stolbizer, Danya Tavela, gente que tiene trayectoria, que tiene que ver con el centro político. Y sé que la polarización es difícil de romper, pero lo que está pasando tiene que llevar a la sociedad una reacción. La desafección ciudadana, el no ir a votar, es una reacción. Yo apelo a que la gente no se quede en la casa. La democracia costó mucho, mucho, costó sangre, costó luchas, y la gente tiene ese minuto y ese segundo que emite el voto para cambiar el destino. Entonces, si se queda en su casa, va a ser poco probable que lo pueda hacer.
Emilio Monzó (5)
Monzó ocupa el tercer lugar en la lista de Provincias Unidas
—¿Qué expectativas tienen en Provincias Unidas para el 26 de octubre?
—Quisiera que nos vaya muy bien. El escenario te genera alguna expectativa más, porque uno cuando es oposición, depende mucho de de quien gobierna y cuando uno gobierna depende de vos el el resultado electoral. Desde mi punto de vista, el espectáculo del otro día, el recital, y cuesta pensar que no va a haber gente que puede optar por algo más razonable. Entonces, ahí me genera una expectativa. Claro que también puedo tener una frustración, que la gente vote a esa persona que estaba el otro día cantando con cinco camperas y y con sus diputados tocando y haciendo de coro, o siga votando el espectáculo que vimos ayer en el Congreso de la Nación, y eso sería una gran frustración. Y a mi edad casi sería un replanteo de cómo seguir —porque yo no me voy a subir arriba de un escenario, ni voy a agarrar un videíto en la cámara y voy a insultar— y de si estoy llegando al límite de mi carrera.
Una mirada positiva de La Plata
—¿Cómo ves a la ciudad de La Plata?
—No me gusta criticar a los intendentes, hay algunos que merecen alguna crítica, pero quiero decir que en un año y medio Julio Alak cambió mucho a La Plata. Me encanta ver buenos intendentes porque son los que realmente cambian la historia del vecino que vive en esa localidad. Los otros lugares, el gobernador, el presidente, hacen cosas que trascienden a la administración local. Lo de los hermanos Manuel y Santiago Passaglia en San Nicolás, lo de Javier Martínez en Pergamino. Y acá lo veo en el espacio urbano: encontrar las plazas con chicos tomando sol cuando antes estaban tomadas por carteles, por vendedores y por pasacalles que colgaban en los monumentos. No ver eso a mí me impactó. Asi que, como me gusta eso, no me importa el partido político que sea, pondero cuando hay un muy buen intendente.