El proceso para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica continúa sin definición en el Vaticano. Este jueves por la mañana, en la segunda jornada del Cónclave, la primera votación volvió a culminar con humo negro, indicando que todavía no se ha alcanzado el consenso necesario entre los cardenales para proclamar al 267º Papa de la historia.
La jornada comenzó temprano, con los 133 cardenales electores concentrados desde las 8 en el Palacio Apostólico del Vaticano, donde celebraron la Santa Misa y rezaron las Laudes en la Capilla Paulina. A las 9.15 se trasladaron a la Capilla Sixtina para recitar la Ora Media y dar paso a la votación, que nuevamente no logró consagrar al nuevo Sumo Pontífice.
Durante la mañana de este jueves se espera una segunda votación y luego del almuerzo en la residencia de Santa Marta, se realizarán otras dos votaciones más. El mundo sigue atento a cada señal de humo en la espera del sucesor del papa Francisco.
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La primera votación fue el último miércoles, unas 45.000 se congregaron en la Plaza de San Pedropara seguir de cerca el inicio del Cónclave, con la mirada puesta en la tradicional chimenea. Allí, a las 21 (hora de Roma), emergió el humo negro que confirmó la falta de acuerdo tras la primera jornada.
¿Cómo es la votación de los cardenales en el Vaticano?
Los 133 cardenales electores quedaron aislados del mundo, sin acceso a internet, teléfonos, televisión o la prensa, hasta que escojan un nuevo pontífice. Frente a los magníficos frescos del Miguel Ángel, los purpurados votarán "en presencia de Dios" bajo solemne silencio.
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El Cónclave cardenalicio se lleva a cabo bajo un estricto aislamiento en el Vaticano.
A la hora de votar, cada cardenal escribe el nombre de su candidato, dobla la papeleta y la coloca en un plato de plata, que se usa para depositarla en una urna ubicada precisamente a nivel de la imagen del Juicio Final. Las papeletas se queman en una estufa con ayuda de químicos para dar el color del escrutinio.