El arzobispo de Buenos Aires Jorge García Cuerva criticó la inequidad y la pobreza durante el Tedeum al que asistió Javier Milei y todo el Gabinete nacional.
El tradicional Tedeum del 25 de Mayo estuvo atravesado por un fuerte mensaje del arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien, en presencia del presidente Javier Milei, lanzó duras críticas sobre la situación social y económica del país. El religioso pidió por los sectores más vulnerables y cuestionó la inequidad.
Con frases como “nuestro país sangra en la inequidad” y “muchos hermanos tienen hambre de pan”, García Cuerva marcó el tono de una homilía cargada de contenido social. También se refirió a la situación de los jubilados, preguntando “¿hasta cuándo los adultos mayores deberán reclamar por jubilaciones dignas?”, en un claro reclamo a la dirigencia política.
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El Presidente asistió al acto junto a su hermana Karina Milei y su gabinete completo. Entre los presentes estuvieron los ministros Guillermo Francos, Luis Petri, y el canciller Gerardo Werthein, además de la vicepresidenta Victoria Villarruel, con quien Milei no tiene diálogo fluido desde hace meses.
A las 8.46, el mandatario partió a pie desde la Casa Rosada hacia la Catedral Metropolitana. Villarruel ingresó por separado casi al mismo tiempo. A diferencia de 2023, cuando caminaron tomados del brazo, este año no se saludaron. Incluso, Milei evitó saludar a Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño, quien estaba junto a la Vicepresidenta.
Fue el propio García Cuerva quien, tras el ingreso del Presidente, se acercó a Villarruel para darle un saludo afectuoso, gesto que contrastó con la frialdad institucional del resto del acto.
Este Tedeum fue el primero desde el fallecimiento del papa Francisco, quien durante más de una década fue arzobispo de Buenos Aires. En los últimos tiempos, Milei había recompuesto su vínculo con el pontífice, a quien había criticado duramente durante la campaña presidencial. Tras su muerte, lo definió como “el argentino más importante de la historia” y afirmó haber sido perdonado por él.
García Cuerva, considerado uno de los herederos del legado pastoral del Papa, ha mantenido en los últimos meses un discurso moderado pero firme, pidiendo un mayor compromiso con los excluidos. En sus últimas homilías, llamó a “abrir espacios de encuentro” y expresó su preocupación por el rumbo económico.