Desde la asunción de Javier Milei, las tarifas de gas natural acumulan un incremento del 1482%, según el Observatorio de Tarifas y Subsidios del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Sin embargo, el salto no parece haber sido suficiente para corregir el atraso tarifario ni para reforzar la infraestructura del sistema energético.
El incremento no evitó nuevos cortes de suministro en pleno invierno. Los hogares, estaciones de GNC e industrias volvieron a sufrir restricciones por la alta demanda, una postal repetida que pone en evidencia las debilidades estructurales del sistema.
La última actualización tarifaria llevó la factura promedio de gas a unos $50.000 en junio, aunque hay usuarios que pagan bastante más. En algunas regiones del sur del país, los montos son significativamente más altos: los hogares de ingresos altos (segmento N1) pagan entre $101.123 y $190.290, según datos del IIEP.
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Pese al ajuste, el sistema no encuentra respuestas para abastecer la alta demanda
En tanto, los usuarios de ingresos bajos (N2) afrontan boletas de entre $69.766 y $129.909, mientras que los de ingresos medios (N3) reciben facturas de entre $82.693 y $158.775. Las provincias más afectadas son Tierra del Fuego, Santa Cruz Sur y Chubut Sur, zonas abastecidas por la empresa Camuzzi Gas del Sur. En comparación, en diciembre de 2023 el monto promedio de una factura no superaba los $5.000 y el máximo era de $10.574.
Ajuste y falta de inversiones
El informe del IIEP correspondiente a junio advierte que el invierno implica mayores costos de abastecimiento debido a la necesidad de incorporar Gas Natural Licuado (GNL) al sistema. Pese a los aumentos, el Estado sigue cubriendo la mayor parte del costo del gas: el usuario residencial paga el 43% en promedio, mientras que el 57% restante es subsidiado.
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El Gobierno de Javier Milei subió las tarifas de gas casi un 1.500%, pero sin embargo continúan los problemas
La falta de inversiones visibles contrasta con el fuerte ajuste tarifario, y por segundo año consecutivo, se repiten los cortes en estaciones de GNC e industrias. Además, se interrumpió el envío de gas a países vecinos y, por primera vez, hubo baja presión que afectó a usuarios residenciales, especialmente en Mar del Plata.
A pesar del fuerte ajuste y el impacto en los bolsillos de los usuarios, aún no se perciben mejoras en la calidad del servicio ni en la capacidad de respuesta del sistema energético ante picos de consumo. La pregunta que comienza a instalarse es inevitable: ¿a dónde fue a parar el dinero recaudado con las subas de tarifas?