La pobreza continúa en franco aumento en Argentina y, según los expertos, seguirá en alza a causa de la inflación. El Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer las mediciones realizadas a lo largo de este año y reveló un marcado incremento de la pobreza que pasó del 43,1% registrado en 2022 al 44,7% en este 2023. Se trata de las cifras más altas registradas desde el 2006, en los años posteriores al estallido social, político y económico del 2001.
El índice implica que hay 17,5 millones de argentinos sumergidos en los niveles más bajos de ingresos, que habitan viviendas precarias, tienen una salud y educación insuficientes o algún grado de inseguridad alimentaria. El duro informe revela, además, una suba al 9,6% de los niveles de indigencia en el último trimestre del año, lo que representa 4,2 millones de personas; y aclara que sin la ayuda del Estado en materia social la pobreza treparía al 49%.
El trabajo, según se detalló, fue realizado sobre un muestreo de 5.760 hogares en un universo geográfico de grandes conglomerados urbanos que abarca el área metropolitana del Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran Rosario, Gran Mendoza, Salta, Neuquén, La Rioja, San Juan, Tierra del Fuego, Chubut y Chaco.
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La evolución de los índices de pobreza en Argentina desde el 2000 a la fecha.
Fuente: OSDA - UCA
"Los efectos de la inflación sumados al estancamiento de la economía y la situación de empleo informal hacen que en la Argentina los niveles de pobreza hayan aumentado. Y todos los indicadores muestran que esa suba de cantidad de pobres o nuevos pobres seguirá en aumento el año entrante", alertó a su vez el director del OSDA, Agustín Salvia.
Bajo el título "Deudas sociales crónicas y desigualdades crecientes. Desafíos para la agenda pública (2004-2023)", el trabajo revela que, si no existiese una contención de los planes sociales como la AUH, el ITF y otros programas, la pobreza escalaría al 49,1% de la población. Es decir que cinco de cada diez argentinos está en potencial situación de pobreza. Salvia advirtió, en este sentido, que "es necesario que persista una contención social a los sectores vulnerables para que no haya un desborde social".
En el estudio se destaca que la tasa de pobreza creció más en los sectores muy bajos, alcanzando el 68% mientras que en los sectores altos apenas llegó al 11% y en el promedio total alcanzó en el 2023 al 44,7%. Estos son índices que se vieron antes de la pandemia del COVID-19 en el 2020 y son similares a los años de la presidencia de Néstor Kirchner en el 2004 y 2005.
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El índice de pobreza en Argentina llegó a los niveles más altos desde el 2006.
Fuente: OSDA - UCA
El otro dato alarmante es el de la inseguridad alimentaria. Se trata de personas y hogares donde padecen hambre al menos una vez por día y el 20,6% de los hogares en Argentina tiene signos de inseguridad alimentaria, lo que implicó en el 2023 un incremento de esta variable respecto del 18,7% del 2022. Así, en el promedio total de los chicos de 0 a 17 años se registró el índice de inseguridad severa alimentaria más alta de los últimos 18 años: el 13,9% de los niños expuso que padeció hambre en la Argentina durante 2023.
"Casi 7 de cada 10 personas presentaba en 2023 al menos una de las carencias consideradas en dimensiones de derechos, el 44% registraba dos o más, mientras que el 28% de las personas se encontraban en la situación más crítica mostrando tres o más carencias en dimensiones de derechos", sostiene el informe. Para Salvia, "la causa de la pobreza ha sido y sigue siendo la falta de inversión y de un crecimiento equilibrado entre sectores dinámicos y sectores tradicionales, con capacidad de generar más y mejores empleos, o, incluso, trabajos dignos en la economía informal. El resultado es un aumento sostenido de la población 'sobrante'".
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En Argentina 4,2 millones de personas se encuentran bajo la línea de indigencia.
La brecha de ingresos entre los trabajadores de más alta y más baja remuneración es más del doble que la brecha de ingresos entre la ganancia media de los empresarios y la remuneración media de los trabajadores asalariados. De esta manera, el informe muestra que el 35,7% de la población no tiene acceso al trabajo y a la seguridad social. "Frente a la pobre creación de más y mejores empleos y la imposibilidad de generar mejores remuneraciones, el gasto en transferencias sociales ha sido el mecanismo por excelencia más eficiente para mantener una relativa paz social. Sin este aumento en el gasto social la pobreza sería muy superior", cierra el reporte.
