La venta de la sede ubicada en La Loma generó gran sorpresa. Los directivos sostienen que se trata de una mudanza para el crecimiento del club de La Plata.
La tradicional sede de Asociación Iris, ubicada en el barrio La Loma de La Plata, se encuentra oficialmente a la venta. El inmueble se ofrece por 230.000 dólares y los fondos se destinarán a la ampliación del predio deportivo que el club fundado en 1939 posee en 143 y 516, San Carlos.
La decisión fue adoptada por la comisión directiva con el objetivo de garantizar el crecimiento sostenido de la institución en el espacio donde hoy se concentra la actividad principal. Desde la dirigencia explicaron que mantener dos sedes de gran tamaño se volvió difícil y que la vida institucional del club transcurre, desde hace años, en el predio de San Carlos.
Este sábado se jugo el clásico de rugby platense y los vecinos de Club San Luis denuncian que tomaron una calle por dos horas para tirar fuegos artificiales.
La Municipalidad de La Plata le dio al Club Albatros el uso precario de una calle interna a la altura de 514 y 137. También desafectó la calle 26, de 86 a 90.
Según su presidenta, Mónica Jurinovich, el proyecto busca dar un paso hacia adelante y ofrecer mejores condiciones a las familias y a los chicos que participan de las actividades deportivas. En este sentido, señaló que el nuevo impulso permitirá mejorar la infraestructura y ampliar las disciplinas que actualmente se desarrollan en el club.
La venta de la sede de La Loma no implica un cierre sino una mudanza estratégica, orientada a unificar las instalaciones y reforzar la identidad comunitaria. Con la operación, se prevé adquirir el terreno lindero al predio actual para avanzar con obras que amplíen los espacios deportivos y sociales.
Entre los objetivos figura la construcción de un polideportivo cubierto que permita incorporar disciplinas como básquet, vóley y handball, algo que hoy resulta imposible por las limitaciones de espacio en la sede original. La intención es consolidar un club más integrado, con vestuarios, salones y canchas en condiciones para la práctica de distintas actividades.
Jurinovich reconoció que la decisión fue difícil, ya que el edificio de La Loma forma parte de la memoria colectiva del barrio. Sin embargo, subrayan que el desafío es pensar en el futuro y sostener el crecimiento del club durante las próximas décadas, fortaleciendo los programas deportivos y sociales que hoy reúnen a más de 300 chicos y chicas.
El proyecto ya incluye la construcción de nuevos vestuarios, un salón social, mejoras en la iluminación y la incorporación de un playón multideportivo. También está prevista la regularización del terreno colindante que se sumará al predio una vez concretada la venta de la sede, según sostuvo Jurinovich en una entrevista con El Día.
La comunidad acompaña el proceso con sentimientos encontrados: nostalgia por la historia que se deja atrás, pero también esperanza ante la posibilidad de una infraestructura moderna que mantenga vivo el espíritu del club. Para muchos vecinos, Iris representa un símbolo de pertenencia y de identidad barrial.
Desde otro sector, algunos grupos que utilizan el espacio actual expresaron preocupación por el impacto que podría tener la venta. Docentes y talleristas que desarrollan actividades artísticas y circenses en el galpón de La Loma manifestaron que la noticia los tomó por sorpresa y que la mudanza pondría en riesgo sus fuentes de trabajo. Consideran que el club no solo cumple una función deportiva, sino también social y cultural en la vida del barrio.