El Banco Central de la República Argentina (BCRA) confirmó este lunes la firma de un acuerdo de swap de monedas con el Tesoro de los Estados Unidos por US$20.000 millones. El objetivo es reforzar las reservas, estabilizar el mercado cambiario y dar señales de respaldo financiero ante los próximos vencimientos de deuda en moneda extranjera.
El acuerdo fue confirmado antes del inicio de las operaciones financieras, en una jornada marcada por la incertidumbre en los mercados y a solo 5 días de las elecciones legislativas del 26 de octubre. En ese marco, se indicó que el objetivo es "contribuir a la estabilidad macroeconómica del país, preservar la estabilidad de precios y promover un crecimiento sostenible".
La entidad que preside Santiago Bausili indicó además que el convenio "establece los términos y condiciones para la realización de operaciones bilaterales de swap de monedas" y permitirá ampliar los instrumentos de política monetaria y cambiaria del BCRA.
A su vez, se destacó que contribuirá al fortalecimiento de las reservas internacionales, un punto clave para sostener la estabilidad financiera en las próximas semanas.
Dolar, riesgo país y señales de estabilidad
El parte oficial subraya que el swap forma parte de "una estrategia integral que refuerza la política monetaria y fortalece la capacidad del Banco Central para responder ante condiciones que puedan derivar en episodios de volatilidad en los mercados cambiario y de capitales". Sin embargo, el documento no precisó detalles técnicos como los tramos de activación, plazos o tasas de interés vinculados al intercambio de monedas, aspectos centrales para evaluar el verdadero alcance del acuerdo.
El Gobierno busca con este anuncio enviar una señal de confianza a los inversores internacionales, mostrando que el país dispondrá de los recursos necesarios para hacer frente a los abultados vencimientos de deuda externa que se avecinan.
En los mercados financieros, la expectativa está puesta en el posible impacto del acuerdo sobre el Riesgo País, que podría registrar una fuerte baja si los inversores interpretan la medida como un respaldo sólido de los Estados Unidos. Se trata del cuarto intento del Gobierno por estabilizar la economía mediante acuerdos internacionales, tras los compromisos alcanzados con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las intervenciones del Tesoro en el mercado de cambios.
No obstante, los analistas advierten que persisten las dudas sobre el régimen cambiario que regirá después de las elecciones. Esa incertidumbre, sostienen, limita el efecto positivo que puedan tener este tipo de acuerdos en el corto plazo.