miércoles 25 de junio de 2025

Dolor por la muerte de un conocido médico del Hospital Rossi, pionero en los trasplantes en La Plata

Se trata del doctor José Oscar Curciarello, reconocido en la comunidad del Hospital Rossi y de la Facultad de Medicina de la UNLP.

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En las últimas horas se conoció el fallecimiento del doctor José Oscar Curciarello, hombre destacado en el ámbito médico y académico de La Plata. Reconocido por su labor en el sistema sanitario, fue uno de los pioneros en trasplantes hepáticos en la ciudad y referente, tanto en el Hospital Rossi como en la Facultad de Medicina de la UNLP.

Nacido el 29 de noviembre de 1943 en Ensenada, se crió junto a su hermano Rubén bajo el cuidado de sus abuelos maternos. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Rafael Hernández y luego se graduó como médico en la UNLP. Su residencia médica la realizó en el Hospital San Martín, donde comenzó su carrera como clínico y se especializó en gastroenterología y hepatología.

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Curciarello dejó una marca indeleble en el Rossi, donde creó el servicio de Hepatología y fundó la unidad de trasplantes hepáticos, una innovación que lo convirtió en referente nacional. Además, trabajó en instituciones privadas y fue docente universitario, llegando a ocupar el cargo de Profesor Adjunto en la cátedra de Medicina Interna de la Facultad de Medicina.

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José Oscar Curciarello tuvo una larga trayectoria en el Hospital Rossi.

José Oscar Curciarello tuvo una larga trayectoria en el Hospital Rossi.

Su formación se completó con estudios de especialización en Barcelona y París, experiencia que luego volcó con compromiso y generosidad en la formación de equipos profesionales en La Plata. Fue un maestro exigente pero respetado, que transmitió no solo conocimientos técnicos, sino también ética y pasión por la medicina.

Una vida dedicada a su vocación, su familia y sus pasiones

En el plano personal, José "Pepe" Curciarello formó una familia con Catalina Debernardi, también médica, con quien tuvo dos hijas: Renata, investigadora del Conicet, y Catalina, profesora de Historia. Disfrutaba de compartir tiempo con sus nietos Mateo y Tiziano, a quienes les dedicaba momentos de alta calidad.

Además de su amor por la medicina, Curciarello era un apasionado del fútbol y un fiel seguidor de Estudiantes de La Plata. También dedicaba parte de su tiempo libre a la caza deportiva, una actividad que practicaba cuando su intensa agenda se lo permitía. Su humor sofisticado y oportuno fue una de las cualidades que más recordarán sus amigos, colegas y alumnos.

La comunidad médica platense despide con dolor a un profesional ejemplar, un formador de generaciones y un ser humano comprometido con su vocación hasta el final. Su legado perdurará en cada rincón del sistema de salud local.

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