Es categoría ‘91, debutó en 2010 y desde ese entonces en el Pincha no aparece un artillero “made in casa”. Pone el ojo fuera del club y el último en llegar es un consagrado como Lucas Alario, mientras que también en tiempos recientes se produjo el regreso de Mauro Boselli, siempre efectivo hasta su retiro, y hubo varias apuestas con éxito dispar. ¿Por qué no aparecen? ¿Es algo generacional? ¿Es algo formativo? ¿Se cambió la forma de jugar? El debate y el análisis puede resultar interesante. Los datos son contundentes. A lo largo de su historia, Estudiantes formó extraordinarios goleadores.
Si uno repasa la lista de los 15 máximos artilleros del club encuentra nombres que dejaron huella como Manuel Pelegrina, Alberto Zozaya, Ricardo Infante, Juan Ramón Verón, Alejandro Scopelli, Héctor Antonio, Ángel Laferrara (hizo más goles que partidos jugados, 86 en 78), Juan José Negri, Exequiel Galliardo, Manuel Ferreira, Ernesto Farías, Miguel Ángel Lauri y Eduardo Flores. En la lista se puede agregar a José Luis Calderón, goleador hecho en el ascenso con Defensores de Cambaceres, y que en el Pincha ratificó ese olfato.
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Como Guido Carrillo, Martín Palermo fue un goleador formado en casa.
Los expertos hablaron de Guido Carrillo
Martín Palermo, hoy técnico campeón con Olimpia de Paraguay y quinto goleador histórico del fútbol argentino, ante la consulta de 0221.com.ar dijo: “No se ve tanto como antes, pero sigue habiendo referencias de área, goleadores. Hoy hay delanteros de distintas características, se los trabaja distinto, no son tan de área, se los busca con más juego asociado, más técnicos. También hay momentos, generaciones. Igual creo que es una necesidad, todo equipo necesita de un goleador, pero el fútbol actual tiene una faltante. Antes era mayor la cantidad en todos los equipos, hoy hay menos porque las formas de jugar son diferentes”.
Por su parte, Mauro Boselli, máximo goleador del Pincha en el campo internacional y con 93 goles (décimosegundo en la tabla histórica del club) en 211 partidos analizó: “Es una gran pregunta y tal vez no hay una sola respuesta, pero la verdad es que se está extinguiendo el número 9. No es más la década del 90, incluso antes y hasta el 2010. Hoy son otro estilo de delanteros. Los modelos tienden más a los Lautaro Martínez, Julián Álvarez, que tienen gol, pero no son tan goleadores, son más jugadores de toda la cancha. Creo que por ahí pasa el tema, cambió el estilo tradicional del delantero de antes, no son más de área, tienen que tener más movilidad, presión alta, correr más”.
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Jonathan Schunke, a cargo de la Reserva de Estudiantes.
Ante la consulta del porqué la falta de aparición de los clásicos goleadores también se consultó a formadores que dejaron su punto de vista. Jonathan Schunke, entrenador de la reserva albirroja, señaló: “Hay muchos factores, hoy es difícil encontrar un goleador joven en el fútbol argentino. En Estudiantes siempre los hubo, tradicionalmente buenos delanteros y goleadores, pero en este último tiempo no salieron, el último es Guido y no hubo otro a esa altura. No es fácil y el club ahora apuesta a un scouting de jugadores, pero insisto con la variedad de factores y no hay una razón. El club lo que termina de hacer es tratar de formar y mejorar ese aspecto de los delanteros que hay. Tenemos potenciables, pero hay que esperar la proyección que logren”.
Alejandro Saggese, coordinador de divisiones juveniles y ex DT en la estructura de AFA sostuvo: “Encontrar una respuesta concreta puede tener muchas aristas. Por un lado, puede estar dado por la evolución propia del juego, donde en la mayoría de los equipos dejan en evidencia un sentido colectivo por sobre las individualidades y otro aspecto puede estar dado por la característica de los entretenimientos y su abordaje. Otra variable puede estar dada por la merma en ver y tener ese jugador modelo el cual incentive y potencie las cualidades propias, y ahí estará nuestro deber de poner atención”.
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Mariano Pavone, otro goleador con sangre Pincha.
Ernesto Farías y Mariano Pavone, dos goleadores canteranos que precedieron a Carrillo también aportaron sus puntos de análisis en 0221.com.ar. El Tecla, hoy trabajando en las divisiones formativas de River, hizo 95 goles en 206 juegos en el Pincha y goleador en todos los equipos que jugó dijo: “Hoy se busca otro tipo de delantero, buscan delanteros con más movilidad, más recorrido, pero con menos gol, se los forma más para no estar tanto en el área y que sean más fuertes en el uno contra uno, pero con menos gol y creo que ahí está el problema. Por eso hoy los goleadores más clásicos son jugadores más grandes y juegan hasta los 40. Antes sabíamos movernos muy bien en la última línea y estábamos siempre más cerca de la definición. Igual creo hoy que un Palermo jugaría tranquilamente pero no hay”.
El Tanque, que en Estudiantes tuvo dos etapas donde marcó 70 goles en 236 partidos y se retiró hace poco tiempo puntualizó: “Pasa porque ahora el delantero tiene muchas más funciones. Antes se jugaba más de vértice a vértice de área con la responsabilidad de estar casi exclusivamente en la zona de definición, se trabajaba en la recuperación, pero hasta la mitad de cancha. Hoy el delantero colabora mucho más y está trabajando hasta los diez metros fuera de su propia área, para el arco rival hay más recorrido. Obvio siempre está la necesidad de hacer goles. El desgaste es mayor y no se tienen tantas opciones para convertir, incluso muchas veces se juega con el 9 falso, hay que tirarse más a los costados y se juega más lejos del arco. El clásico 9 de raza casi que hoy no está”.
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El Tanque Ezequiel Naya con la copa del Trofeo de Campeones.
Goleadores formados en juveniles
Si se investiga en la historia más reciente uno no puede obviar a Palermo (36 goles en 102 partidos, aunque su gran historia fue en Boca), Bernardo Romeo (7 en 40, y resaltó en San Lorenzo), Farías, Luciano Galletti (11 en 65), Pavone, Pablo Lugüercio (19 en 137). Algunos no fueron grandes goleadores, pero si buenos delanteros.
En los últimos tiempos hubo algunas promesas que no lograron explotar como el caso de Ramón Lentini, que hizo un gol que dejó una marca ante Sporting Cristal en la fase previa de la Copa Libertadores 2009 pero en primera hizo solo dos tantos y jugó apenas 8 partidos. Hoy en Argentino de Monte Maíz. Hizo muchos goles en el ascenso y en el fútbol sudamericano, 92 gritos en 254 partidos.
Francisco Apaolaza empezó muy bien, se ganó la titularidad en el equipo que dirigió Leandro Benítez, pero no tuvo continuidad o “banca” de otros técnicos y en el Pincha dejó una marca de 5 gritos en 26 juegos. Después apenas alcanzaron a tocar primera Ezequiel Naya (hizo un gol), Gaspar Di Pizio, Martiniano Moreno, que tampoco pudieron explotar en otros lados. Podría citarse a Facundo Bruera, que se fue del Pincha sin tocar primera, anduvo muy bien en su primera etapa en Paraguay y hoy busca demostrar sus dotes en nuestro fútbol.
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Duván Zapata tuvo su esplendor en Estudiantes.
Goleadores de exportación
Más allá de los nombres propios que se mencionaron, antes y después de Carrillo hubo que salir a la búsqueda fuera del club, muchos fueron apuestas (Rubén Horacio Galletti (88 en 204), Sergio Gurrieri (43 en 238), José Luis Calderón (92 gritos), Ezequiel Maggiolo (50 en 128), Boselli, Duván Zapata (22 en 46, y se lo vendió en 10 millones de dólares) y otros nombres que llegaron fueron con pergaminos probados.
En ese listado hay que citar a Ignacio Peña (goleador del Metro 73), Alfredo Letanú (38 en 83), Hugo Gottardi (125 en 310), Guillermo Trama (41 en186). Sergio Fortunato (68 en 134), Rodrigo López (10 en 26), Franco Jara (4 en 24), Diego Vera (10 en 35), Lucas Viatri (13 en 43).
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Más acá en el tiempo
Ante la falta de aparición de goles seguros de la cantera en los últimos años pegaron la vuelta y con buen suceso los citados Carrillo y Boselli. Agustín Alayes, a cargo de la secretaría técnica en su momento apostó luego de un largo seguimiento a dos que se destacaron en el fútbol uruguayo.
Gustavo Del Prete que hizo 14 tantos en 45 partidos sin ser un 9 de área, pero si un punta o media punta con gol y Mauro Méndez (hoy recuperándose de una lesión ligamentaria), que fue el máximo artillero en el campeonato charrúa y en el elenco albirrojo los números no son malos, a pesar que siempre se lo discutió. Hizo 17 tantos en 81 partidos, y es el segundo goleador del ciclo Domínguez. También había puesto el ojo en Mateo Retegui. No lo pudo comprar y hoy es el goleador del Calcio y el 9 de la Azurra.
Las últimas apuestas, ya con Marcos Angeleri al mando del fútbol, fueron Mateo Pellegrino (tuvo pocas chances y mostró sus virtudes en Platense) y Luciano Giménez. El salteño no pudo tener continuidad y todavía no pudo hacerse presente en la red en 15 presentaciones.
Hoy llegó Lucas Alario. El santafesino viene con buenos números como antecedente: Colón (12 en 60), River (41 en 82), Bayer Leverkusen (58 en 164), Eintracht Frankfurt (2 en 26) e Inter de Porto Alegre (5 en 36). Goles son amores. De la cantera o importados, pero siempre se necesitan. Las épocas cambiaron, el juego cambió, pero el gol es una génesis de grito, que nunca se apagará.