El Museo Pincha Heriberto Recavarren, es mucho más que la historia de Estudiantes: Alejandro Sabella, Tata Brown y muchos más, son los protagonistas.
Esta historia combina la pasión de un hincha de Estudiantes y un coleccionista relacionados con la vida del club. Una idea que comenzó de pequeño en su habitación que culminó en la creación del Museo Pincha Heriberto Recavarren, ex jugador del Pincha y padre de Fabricio, quien recibió a 0221.com.ar.
El momento clave que lo impulsó a buscar "un montón de cosas" fue cuando un compañero de trabajo le regaló un repasador antiguo de 1968 de la marca Palet, con la imagen del Topo Gigio y la Copa del Mundo, asociado a Estudiantes. Este hallazgo le abrió la mente a la posibilidad de encontrar muchos más artículos coleccionables.
Los últimos tiempos felices de Juan Ramón Verón, el mítico wing de Estudiantes, en predios de fútbol, con amigos, mates amargos y un humor sutil.
Por el Día del Padre, Juan Sebastián Verón recordó a su Juan Ramón Verón con un mensaje en sus redes sociales.
Con más de 600 camisetas como parte de la colección, posee la Copa Libertadores, la Copa Intercontinental e innumerables piezas de gran valor para la historia del club. La fase fuerte de la colección comenzó en 2004 o 2005, cuando empezó a comprar objetos de afuera, como banderines antiguos, e investigar sobre trofeos como el Ramón de Carranza y el Joan Gamper, además de buscar entradas.
El objeto con mayor valor sentimental es la camiseta número 3 de su padre que usó en el año 1975, una de las pocas que los jugadores guardaban en aquella época. Fue jugador del club y a Fabricio le tocó esa como a cada uno de sus hermanos. Por oreo lado, entre las camisetas que tiene, destaca una alternativa de los años 90 que se usó en un solo partido amistoso contra Olimpia de Paraguay en febrero de 1994.
Menciona camisetas de jugadores emblemáticos como Alejandro Sabella o Juan Sebastián Verón, y especialmente dos camisetas de Chiquito Bossio de 1996, que, aunque parecen iguales, tienen variaciones sutiles en el diseño y una de ellas tiene las mangas cortadas con tijera. También tiene una del Tata Brown, de las décadas del 70 y 80, que ni siquiera tiene el escudo de Estudiantes y se usó solo en tres partidos, lo que la hace "recontra difícil" de conseguir.
El coleccionismo le ha permitido contactar a numerosos jugadores de los años 80 y establecer una relación con gente de Confederación Sudamericana de Fútbol, lo cual considera un gran orgullo y logro, ya que tres de sus camisetas están exhibidas en el museo de Conmebol en Paraguay.
—¿Qué fue lo más impensado que tuviste que hacer?
—Veo publicada en Facebook una camiseta, la publicó una señora. Le escribo, cerramos el precio, todo. Obviamente el que vende siempre quiere sacar el mejor rédito. Si vos en ese momento no vas enseguida la perdéis. Entonces le digo, "Mira, yo tengo dos varones, el más grande, en su momento tendría cuatro y el otro recién nacido. Daniela, mi esposa estaba en la oficina y yo tenía los dos nenes dormidos.
Cuando la veo le digo, "Aguárdeme hasta las 4 de la tarde que vuelve mi esposa, y yo la voy a buscar. “Bueno, bueno”, me dice. No me quedé tranquilo y a los 20 minutos le escribo: “Señora, ¿me la va a guardar?”. “Mira, recién me escribió otro chico que me ofreció, (no sé en ese momento diez mil pesos más) y la va a venir a ver ahora”. “Mire”, digo “por favor, le guárdemela, hagamos una cosa. Yo le pago quince mil más de lo que usted quiere, pero por favor deme la palabra que me la guarda”.
Yo le mandé foto: “Tengo los nenes dormidos acá. Yo ahora los cargo en el auto y la voy a buscar ya. Pero por favor, deme la palabra. Estoy levantando los nenes. Los cargo en el auto”. Cargué los nenes, así como está dormida en la sillita, me fui. Cuando llego, a la casa estaba el otro flaco, que lo conozco, no lo voy a nombrar, es otro coleccionista conocido, estaba en la puerta. Entonces agarré, pegué la una vuelta, no quería incomodar a nadie, y cuando volví ya se había ido. Entonces freno bajo y me dice, "Tomá, acá está." Bueno, se la terminé comprando.
—¿Qué es lo que más te costó conseguir?
La medalla original de la Libertadores del 2009 y un encendedor que tiene el partido ante el Manchester United grabado que hicieron 40, 20 para los dirigentes de Manchester y 20 para la comitiva de Estudiantes. Tiene el partido grabado de Old Trafford. Me contaron que hubo problemas porque no viajaron todos los dirigentes y cuando trajeron los encendedores parece que hay algunos que desaparecieron y uno está acá.
Tengo la entrada de los partidos de visitante de las finales de la Copa Intercontinental. Las tengo los tres. La del Feyenoord, la de Milan y bueno, las de Manchester. La de Milan está sin troquelar, me la consiguió un flaco.
—Estábamos de viaje en Disney y yo sabía que él estaba y digo: ¿Me lo cruzaré? Un día estamos en un parque de Disney y lo veo haciendo una fila de un juego y de una lo encaré y le digo: "¿Podemos sacar una foto con los nenes?" “Sí, no hay problema”, me dijo. Y ahí vino mi viejo y se pusieron a hablar. Después, conseguí el teléfono y le mandé un video del museo y me responde el mensaje: “Qué bueno lo que tenés ahí, mandale saludos al viejo. Buenísimo. Felicitaciones. Muy bueno. La verdad que cosas que son increíbles. Bueno, te dejo un gran abrazo y beso a la familia, que sigan todos bien. El viejo en grande, eh”.
Mi papá jugó con Juan Ramón Verón. y cuando él era chico, el padre había dejado de jugar y el mío también, y había una mutual de jugadores que iban a jugar en la semana a la noche a la antigua cancha auxiliar que estaba atrás ahí en UNO. Ahí estaba la cancha y los seis jugadores jugaban a la noche iba Juan Ramón, iba mi viejo, un montón más y en ese momento yo tendría, 5 o 6 años, mi viejo me llevaba y Sebastián tendría 14, y nos poníamos a patear atrás del arco.
A sus 81 años, Juan Ramón Verón falleció en el Instituto Médico Platense. Uno de los máximos ídolos y el gol más importante de la historia de Estudiantes.