lunes 08 de diciembre de 2025

El recuerdo del último mata-mata copero entre Estudiantes y Gimnasia en la voz de sus protagonistas

A más de 10 años del último mata-mata que enfrentó a Estudiantes y Gimnasia, los protagonistas recuerdan aquella noche cargada de supersticiones y nerviosismo.

Fue hace 11 años y 2 meses, por una Copa Sudamericana que entonces contemplaba partidos de ida y vuelta. Un sorteo puso a Gimnasia y Estudiantes en 16avos de final, en épocas que ya tenían público de un solo equipo y las redes sociales jugaban su capítulo como un reemplazo de la charla de amigos en la vieja esquina de un barrio. El Estadio Único Ciudad de La Plata era escenario oficialmente de su primer clásico platense de carácter internacional.

El martes 16 de septiembre se definió con el partido de vuelta, imponiéndose "por una cabeza" el conjunto albirrojo, que el año anterior había logrado el boleto por ser tercero. Los albiazules, en tanto, entraban en un cuarto lugar de la tabla general 2013 de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

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"Fue uno de los partidos más importantes que jugué con la camiseta de Estudiantes. Recuerdo el gol de Diego Vera y un cabezazo de (Walter) Bou que pasó a centímetros de nuestro arco y el festejo post partido", cuenta tras más de una década Jonathan Schunke a 0221.com.ar, entonces defensor de pierna fuerte, inclaudicable, hoy convertido en entrenador de la Reserva pincharrata y pastor evangélico.

Los equipos saltaron al césped de 25 y 532 para disputar un mata-mata que sería histórico con estos hombres:

  • Estudiantes: Agustín Silva, Leonardo Jara, Jonathan Schunke, Leandro Desábato, Pablo Rosales, Carlos Auzqui, Román Martínez, Israel Damonte, Joaquín Correa, Guido Carrillo y Diego Vera.
  • Gimnasia: Facundo Monetti, Facundo Oreja, Osvaldo Barsottini, J. Quiroga, Lucas Licht, Omar Pouso, Jorge Rojas, Álvaro Fernández, Ignacio Fernández, Javier Mendoza y Pablo Vegetti.

El arbitraje de Néstor Pitana le agregaba además un condimento polémico, ya que apenas un día antes había pitado Newell's- Olimpo y llegaba sin el descanso necesario a La Plata. Eran tiempos sin VAR y las jugadas dudosas hubieran detenido por lo menos dos veces el juego para chequeos, incluyendo el gol. Pitana amonestó ocho veces, dos en el local y seis en el Lobo, y expulsó a Lucas Licht por protestar ya en tiempo adicional.

Al Tripero lo conducía Pedro Troglio y pasaría consiguiendo el triunfo o el empate por el valor reglamentario del "gol de visitante" (habían terminado 0 a 0 en el Bosque). Llegar otra vez al Estadio Ciudad de La Plata implicaba afrontar un destino de "maldición" en el decir de la gente albiazul: allí habían padecido el 7 a 0, justamente con Troglio como técnico, pero además, desde que el Pincha utilizaba esas instalaciones había adquirido un gran poderío futbolístico, cosechando en ese escenario un par de títulos locales y una Copa Libertadores.

Entonces, durante la noche previa surgió un hecho singular, típico del folclore que nace en el seno de una comisión directiva o en un vestuario. La superstición volvía a apoderarse de la atmósfera del fútbol por la supuesta presencia de un brujo o médium, sumando uno más a los tantos capítulos que se han escuchado de este tipo de "especialistas" desde los años '60 a esta parte: esta vez aquel hombre hizo "los trucos" y vaticinó un resultado de 1 a 1, con el que pasaría Gimnasia.

Fernando Sansei, un señor de talla baja, era en realidad un actor y no tenía nada de hechicero. "Me contrataron para hacer un trabajo energético… los colores dicen quién fue. Fui a los arcos para darle energía a un equipo", se lo escuchó decir esa noche en Radio La Red, pero gambeteó todo detalle. Hoy, Onofri sonríe ante la situación y reconoce que "se podía hacer la visita previa al Estadio y entonces un loco conocido de la comisión dijo 'vamos a contratar un actor'". "Llevamos a un enano para joder… si estos son tan supersticiosos, con la bruja y el brujo y no sé qué… le llevamos algo para que se obsesionen. Nos reíamos, porque lo único que queríamos era reconocer el campo. Era un actor, no tenía energías de nada", agrega.

Embed - El brujo enano, de Gimnasia al mundo entero

En lugar de una cruz, el hombre misterioso junto a los jugadores llevaba una antena de televisión. La escena generó un fuerte revuelo en Twitter, donde los fanáticos de Estudiantes, que en esos días sí contaban con un verdadero curandero como el recordado Manuel, se encendieron. Llegó a aparecer una filmación y rápido se supo que "era un enano vestido de cura y aparentaba ser brujo".

"¿Un cura? No, era uno de esos que quieren figurar… los únicos curas que estuvieron alguna vez solo daban una bendición a la camiseta y te dejaban una estampita para usar debajo de las medias", recuerda un empleado que fue de los que participaron por Gimnasia de ese momento.

Un gol con mística uruguaya

La exigua diferencia la anotó a los 4 minutos del segundo tiempo Diego Daniel Vera Méndez, con el dorsal 20; en el vértice del área chica, donde anticipó al Bochi Licht. "Fue con el hombro", reconoció el delantero uruguayo a 0221.com.ar: "Esa pelota cae detrás del defensa, hago el gesto para cabecear con el parietal, pero queda más abajo y definí con el hombro. Es un recuerdo que llevo presente, porque un clásico y por Copa es único, sensaciones que no se explican, porque la verdad es que se siente internamente".

Es un recuerdo que llevo presente, porque un clásico y por Copa es único, sensaciones que no se explican, porque la verdad es que se siente internamente Es un recuerdo que llevo presente, porque un clásico y por Copa es único, sensaciones que no se explican, porque la verdad es que se siente internamente

Su maniobra rápida hoy sería objeto de análisis a través del video arbitraje, pero por entonces no se analizaba y casi siempre se cobraba a favor del equipo que conseguía el tanto. Vera Méndez, a sus 40 años, juega en su país para el Club Atenas de San Carlos, ubicado en el conurbano Maldonado-Punta del Este, donde el pasado 29 de noviembre perdió un clásico por el tercer ascenso a la primera división de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

Festejo
La celebración de Estudiantes tras el triunfo en el clásico platense que definió su continuidad en aquella Copa Sudamericana

La celebración de Estudiantes tras el triunfo en el clásico platense que definió su continuidad en aquella Copa Sudamericana

Conocido por Viruta (por el pelo largo que usó desde chico), jugaba esa noche su séptimo partido con la camiseta del Pincha y saldría reemplazado en el minuto 70' por Ezequiel "Pocho" Cerutti. "(Recuerdo también) un clásico de verano, pero clásico en fin… un gol de cabeza en la hora para ir a penales", agrega con una sonrisa.

El equipo de Mauricio Pellegrino superaría a Peñarol en la siguiente fase y sería frenado luego por River en 4tos de final, rival que se llevará la decimotercera edición de la Sudamericana.

El Lobo y su mala espina en el Estadio Único

El clásico platense se reeditó en 6 días con una igualdad 0 a 0 por el Torneo Transición 2014, que buscaba reacomodar la competencia local a 2 meses del fallecimiento de Julio Grondona, el longevo presidente de la casa del fútbol argentino. Aquel encuentro también fue en Único, donde el Lobo experimenta ciertamente un "maleficio", como suele denominarse a las rachas negras en la jerga del tablón.

Embed - Estudiantes (LP) 0-0 Gimnasia (LP) (Transicion 2014)

En el hoy rebautizado Estadio Único Diego Armando Maradona ambos clubes totalizaron catorce cruces, con dos empates y doce alegrías albirrojas.

Cuando Pitana terminó el asunto, aquella noche de show y superstición no faltó un telón al folclore: "Julito (hincha de Estudiantes), un muchacho que viene de Entre Ríos y es bastante bajito, salió tapado con una sábana y corrió media cancha", contaron algunos allegados a ese plantel pincharrata.

A fin de cuentas, sin embargo, el enano Fernando no había estado tan errado y así lo recuerda el expresidente tripero. "Tuvimos la oportunidad con Bou, que se tiró de palomita y la pelota se fue rozando el palo", remata Onofri, tomando la bandera de la misma jugada que a Schunke le cortón entonces la respiración y podría haber terminado marcando una historia muy diferente.

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