Los primeros vecinos que se fueron asentando alrededor del lugar comenzaron a ornamentar plantando sauces y aromos, entre otras especies, además comenzar a trazar senderos interiores. En 1901 el espacio verde tomó el nombre de quien fuera el presidente de la Primera Junta, Cornelio Saavedra.
Hacia 1907 en la casona comenzó a funcionar como parte de la Dirección de Paseos y Jardines de la Municipalidad de La Plata. Poco después, ya iniciada la década de 1910, en el sector delimitado entre las calles 12, 14, 66 y 68, el ingeniero agrónomo Juan Ramón de la Llosa, en el cargo de director de Paseos y Jardines de la ciudad promovió la creación de un jardín botánico. Además de la incorporación de gran variedad de especies vegetales el lugar se instalaron numerosas esculturas, muchas de ellas de artistas italianos.
En 1917 el arquitecto Atilio Boveri, que por entonces ocupaba el cargo de director de Paseos y Jardines, propuso una remodelación integral del parque a partir de un ambicioso proyecto paisajístico. La iniciativa, que llegó a ser publicada en el diario “La Nación”, comprendía un plan de remodelación caracterizado por un estilo del renacentismo italiano e integraría un jardín botánico que aspiraba a reunir la mayor cantidad de especies vegetales. En el lago y las fuentes del Parque Saavedra se reunirían un completo conjunto de plantas acuáticas. Si bien el proyecto integral quedó trunco, Boveri llego a plasmar en el terreno parte de sus ideas que, entre otras cosas, aspiraban a transformar el espacio verde en un “lugar propicio para inspiración de los poetas y expresión artística”.
En esa época se construyeron dos invernáculos vidriados donde se reproducían plantas y se realizaba la forestación para implantar después en distintos espacios de la ciudad.
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Vista aerea de la casona instalada en el corazón del Parque Saavedra en el marco de la ciudad y su desarrollo a principios de siglo XX
Durante el primer gobierno de facto iniciado en 1930, se decidió cercar una zona y en 1938 el parque cerrado fue rebautizado con el nombre de “José Francisco Uriburu”, en homenaje al ministro de hacienda de la gestión provincial de Dardo Rocha. Así, la casa comenzó a ser conocida como el Chalet Parque Uriburu. En 1949 la ordenanza municipal Nº 1339/49 dejó sin efecto el cambio de denominación y restituyó el nombre de Cornelio Saavedra para la totalidad del parque. En esos años funcionó en el lugar una escuela de apicultura y jardinería.
Dentro del predio cerrado se encuentra, desde 1940, una casilla de madera que habría utilizado el ingeniero Pedro Benoit durante el tiempo de la fundación. Originalmente emplazada en una propiedad de la familia de Carlos Servente, que la donó a la Municipalidad. Su valor radica en que, según se dice, fue allí donde Benoit trabajó en los planos de algunos de importantes edificios de la ciudad, como la iglesia San Ponciano, primera catedral de la capital bonaerense.
Casa de los Fundadores
En 1978 el municipio dispuso la remodelación del Chalet Parque Uriburu. Entre los trabajos realizados se removió la mampostería existente, los pisos y contrapisos, zócalos revestimientos carpintería y cielorrasos para reconstruir con ladrillos comunes, asentados sobre pilotines y vigas de fundación según plano y mampostería de ladrillos huecos.
Los pisos se renovaron con mosaico granítico de 20 por 20 y se cambiaron todos los artefactos de baño y cocina y se preparó canerpia para instalar aire acondicionado. Finalmente se cambió el techo incorporando una cubierta con pizarras de chapa. En los documentos de aquella obra, las autoridades llaman al lugar como la “Casa de los Fundadores”. Los trabajos fueron pedidos por el por entonces jefe del Departamento de Obras Públicas, arquitecto Roberto Scorcelli.
Una vez terminada la reforma, la intendencia dispuso –mediante el decreto N° 14.031– convertir a la casa en sede de la Subsecretaría de Planeamiento local. Sin embargo, con la recuperación de la democracia esa oficina fue reubicada en otro sitio y el lugar quedó inactivo.
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Solo algunas paredes internas de concreto se salvaron del fuego que devoró el resto de los componentes de madera el 8 de noviembre de 1994
En 1985, la arquitecta Perla Strelzik llevó a cabo un proyecto de refuncionalización y ampliación a pedido de la municipalidad. Al año siguiente, el Concejo Deliberante aprobó la ordenanza N° 6485/86, por la que se declaró de “interés municipal” y como “perteneciente al patrimonio arquitectónico platense”, a una serie de edificios entre los que se incluyó a la llamada Casa de los Fundadores.
La puesta en funcionamiento, en 1987, de la Escuela Media N° 17, un secundario “con orientación en espacios verdes, arbolado y medio ambiente urbano” volvio a dar vida a la casona. Mediante un convenio entre la Dirección General de Cultura y Educación y la intendencia, las dependencias y otros espacios del parque fueron adecuados para ser usadas como aulas. Cuando, a finales de 1993, el establecimiento dejó de funcionar, la puerta fue cerrada con candado y se aseguraron las ventanas.
Vandalismo e incendio
Desde ese momento el Parque Saavedra fue objeto de numerosos actos vandálicos. que afectaron tanto las edificaciones como el rico patrimonio escultórico. En la madrugada del lunes 7 al martes 8 de noviembre de 1994 marcó una herida que sigue abierta en la comunidad platense.
Esa noche una persona que solía merodear la zona y que muchos vecinos han señalado aunque nunca pudo ser identificada, prendió fuego al chalet que ardió rápidamente.
Cuando las dos dotaciones de bomberos pertenecientes a La Plata y Los Hornos llegaron al lugar ya era tarde. La casona se redujo a cenizas. Solo quedó la base de hormigón y el recuerdo en la memoria de los habituales visitantes del parque.
Los vecinos denunciaron que el siniestro fue por falta de iluminación y vigilancia y, desde la filial local de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) -que desde 1978 tenía un comodato para uso de la Casilla Benoit- su titular, Francisco Guerrero, también apuntó hacia la responsabilidad del gobierno municipal al señalar una “despreocupación total de parte de las autoridades municipales en lo que hace a la preservación y vigilancia en el Parque Saavedra”. Las quejas de la ciudadanía tuvieron eco en el Concejo Deliberante desde donde se impulsó una interpelación a las autoridades.
El director de Medio Ambiente de la comuna Hugo Candau, indicó que si bien se tomaban ciertas medidas de seguridad, como echar candado al predio cerrado todas las noches, era común que se encontraran roturas en distintos lugares y envases vacíos de bebidas alcohólicas, jeringas entre otros elementos, además de rastros de fuego, incluso dentro de la vivienda que daban cuenta de la presencia constante de grupos durante las noches.
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Días despues del incendio el gobierno municipal anuncio la reconstrucción de la casona. Una medida pendiente hasta hoy.
Por su parte, el entonces secretario de Gobierno, Jorge Lescano –hoy Asesor General del municipio-, lamentó lo ocurrido y aseguró a la prensa que por expresas instrucciones del entonces intendente, Julio Alak -actual jefe comunal-, se dispondría la reconstrucción de la casona en base a los antecedentes, registros fotográficos y planos históricos. En esos días, el secretario de Planeamiento Urbano y Servicios Públicos Ariel Iglesias llegó a anunciar la convocatoria a una licitación para la reconstrucción de la casona y dijo que funcionarios del área a su cargo se encontraban abocados a recopilar todos los antecedentes para cumplir con dicho propósito.
En 2000 ante la desatención constante del lugar por parte de los sucesivos gobiernos un grupo de vecinos creó la “Asociación amigos del parque Saavedra” con el fin de cuidar y mejorar las instalaciones.
Propuesta de renacimiento
Hoy el Parque Saavedra vibra con nuevos habitantes. Además de todo el movimiento que supone el crecimiento urbano y la proximidad con el Hospital de Niños Sor Maria Ludovica, varios días de la semana se llevan adelante ferias y una variedad de actividades al aire libre. Desde talleres de arte hasta cursos y actividades de huerta y pesca con mosca en el lago.
Uno de los principales pulmones del lugar es la biblioteca infantil “Del otro lado del árbol” que funciona ahí desde hace trece años, erigida en un espacio artístico-cultural con propuestas orientadas a vincular la niñez con la salud, la educación y la cultura.
Los gestores del proyecto de la biblioteca junto a un grupo de vecinos y el colectivo de Barrio Meridiano V, han venido trabajando desde hace años la idea de recuperar la casona del parque. Así concibieron el proyecto de reconstrucción con un doble objetivo: “la recuperación histórica patrimonial de un espacio fundacional de la ciudad de La Plata y la creación de un espacio socio-cultural centro para las infancias”, explica Paula Kriscautzky, fundadora de la biblioteca y una de las impulsoras de la iniciativa de recuperación del espacio.
"Hubo varias ideas de volver a levantarla e incluso llegamos a generar un proyecto formal que incluyó hasta los planos y que queremos volver a motorizar", cuenta Kriscautzky.
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Paula Kriscautzky, fundadora de la biblioteca "Del otro lado del arbol" e impulsora del proyecto de reconstruccion de la casona del Parque Saavedra.
En 2012, la arquitecta e investigadora Ana Ottavianelli desarrolló el proyecto técnico con la idea de construir una réplica reproduciendo todos los componentes de su envolvente arquitectónica, planos de fachada y cubiertas”. En cuanto al interior, la propuesta, que ahora busca reactivarse apunta a dar funcionalidad a las necesidades de un “Centro Integral para la Niñez”.
“Quienes participamos de este emprendimiento, en su mayoría formamos parte del ámbito educativo, artístico y de gestión cultural, por lo tanto nos es posible observar a diario cómo se implementan desde distintos estamentos del Estado, los programas culturales y sociales, y en consecuencia, evaluar que la idea de creación de un centro integral para la infancia, es congruente con el actual proyecto de política pública”, indica un documento elaborado en aquel momento.
En 2018 el escenógrafo Zacarias Gianni recreó la casona en una maqueta a escala. El trabajo permite ver cómo era antiguamente el inmueble que formó parte de distintos organismos. La maqueta, que hoy se encuentra en la Casilla Benoit en el mismo parque, formó parte de la muestra “La Plata y su Espacio Público. Las avenidas, parques, paseos y plazas” en la Sede del Colegio de Arquitectos de la provincia de Buenos Aires. Gianni ha realizado maquetas de otros edificios históricos de la ciudad como el Teatro Argentino y el estadio de madera de Estudiantes, entre otros.
Recuerdos y esperanzas
En el barrio del Parque Saavedra nadie olvida la casona incendiada. Carlos Pazienza, tiene 80 años y vivió siempre en los alrededores del Parque Saavedra. “A mi me daba la merienda Sor Maria Ludovica”, cuenta orgulloso. Pazienza recuerda que conoció la casona por dentro y que no olvidará nunca haberla visto quemarse. “Lloré mucho. No podía creerlo. La madera era muy antigua, estaba muy seca y se consumió muy rápidamente”, rememora.
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Julieta Oliva, de 50 años, considera al Parque Saavedra como el “patio de mi casa”. Es docente y desde mayo de este año cumple una horas todas las tarde en la Casilla de Benoit gracias a un acuerdo con la Dirección. Entre otras tareas, Oliva recopila allí testimonios orales de vecinos sobre historias y vivencias en el Parque.
“Recuerdo los bomberos, corridas y la tristeza en el barrio”, dice al evocar el siniestro que acabó con el chalet. Y agrega: “Tenemos la expectativa que el municipio le preste atención a este lugar y se pueda renovar entre otras cosas la idea del botánico. De la casona solo quedó en pie un invernáculo que puede ser reflotado”.
La idea de reconstrucción del Chalet histórico implica generar un espacio que contenga a la propia biblioteca; salas para la actuación de un equipo de especialistas para la contención de familias; un centro de información y orientación articulado con el Hospital de Niños; un Museo de la infancia; una “bebeteca” para estimulación temprana; además de talleres artísticos permanentes.
Sentada en la recepción de la biblioteca infantil que gestiona desde abril de 2011 Paula Kriscautzky suspira al terminar de contar las ideas y proyectos con los que aspira a poder recuperar la Casa de los Fundadores. No pierde las esperanzas de que en su nueva gestión al frente del municipio, el intendente Alak pueda retomar aquella promesa. “Sabemos que es un proyecto ambicioso, pero no es imposible”, asegura.
El viernes próximo, a las 15:30, al cumplirse treinta años del incendio que destruyó la casona del Parque Saavedra, organizado por la biblioteca Del otro lado del árbol se realizara un encuentro llamado "Taller Memorias" para reunir fotos, recuerdos, anécdotas y evocar la historia de la casona. En la convocatoria a la actividad puede leerse: "Desde que habitamos el parque soñamos con la recuperación de éste chalet para devolverle a la comunidad parte de su historia y su patrimonio".