Estudiantes de la UNLP cuestionaron el alto porcentaje de desaprobados en la facultad de Medicina y pidieron revisar los exámenes en Salud Pública.
Un grupo de estudiantes de la facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) manifestó su "profundo repudio y preocupación" por lo que calificaron como un bochazo masivo en los exámenes finales de Salud Pública, una materia clave de la carrera de Medicina. Denuncian criterios arbitrarios y punitivos en las evaluaciones.
De los 380 alumnos que se presentaron, 236 fueron desaprobados, lo que equivale al 62%. En algunas comisiones, los aplazos superaron el 80%. "Son cifras alarmantes y fuera de cualquier parámetro razonable", indicaron los estudiantes, que reclaman una revisión urgente de las pruebas.
Estudiantes de la Facultad de Medicina de la UNLP denunciaron irregularidades en una materia de la carrera de Obstetricia Patológica y reclaman por respuestas.
Luego de la elecciones de profesores, docentes y directores de colegios preuniversitarios, se vienen los comicios en las 17 facultades de la UNLP.
Los alumnos afirman que el resultado "no refleja el nivel de estudio ni el compromiso mostrado durante la cursada", y que algunos docentes habrían admitido que los exámenes se diseñaron "con la intención de desaprobar". Aseguran que esta práctica atenta contra la formación y la igualdad de oportunidades académicas.
Estudiantes de la facultad de Medicina de la UNLP denuncian un bochazo masivo en Salud Pública
La eliminación de una fecha de recuperatorio agravó el conflicto, dejando a cientos de estudiantes sin posibilidad de volver a rendir. Esa medida, denuncian, retrasa la cursada y compromete su avance en la carrera. Exigen que se restituyan los mecanismos de evaluación previos.
"Esto no puede naturalizarse en una universidad pública. No se está evaluando conocimiento sino resistencia. Un examen no puede convertirse en una herramienta de exclusión", expresaron los estudiantes, que iniciaron gestiones ante autoridades y consejeros académicos.
Los reclamos también plantean la necesidad de abrir un debate más amplio sobre los métodos de evaluación y el rol formativo de la universidad. "La exigencia académica no puede transformarse en un mecanismo de expulsión. La educación pública debe garantizar aprendizaje, no castigo", concluyeron.