Tras los desmanes del martes por la noche en la vivienda de la presunta estafadora Antonella Rocha, comienzan a conocerse testimonios de vecinos de Ensenada que invirtieron con la mujer. Algunos de ellos pudieron recuperar su inversión y otros perdieron todo lo invertido.
Uno hombre de casi 40 años que prefiere no revelar su identidad contó su experiencia a 0221.com.ar: “Me enteré porque se comentaba en el barrio. Un amigo había invertido y le dio resultado. Fui de parte de él. Invertí 600 mil pesos que tenía para hacer unos arreglos en casa y pensé: los duplicó y hago las cosas más rápido”. Según recuerda, Rocha comenzó con las inversiones hace cuatro meses. Él, por su parte, invirtió a principios de noviembre.
A la semana, recibió su inversión duplicada y volvió a invertirla, recibiendo a la siguiente semana 2.400.000 pesos que no volvió a reinvertir porque eran suficientes para terminar con los arreglos hogareños. Así y todo, comenzó a enterarse de las demoras de Rocha en los pagos a conocidos y creyó que se debía a que ella no daba abasto con las transferencias. “Unos amigos invirtieron dólares y a ellos no se los devolvió. Yo les dije: traten de sacarlos porque esto se le va a ir de las manos. Dicho y hecho. De repente, la casa siempre estaba llena de gente que quería cobrar”, agrega.
Otra vecina de Ensenada, de unos 30 años, también se vio tentada a invertir por la alta rentabilidad de la propuesta. En su caso, fue una suma prudente que le transfirió a la acusada: unos 20 mil pesos que nunca volvieron ni duplicados ni en su valor original. Cuando notó la demora de Rocha en devolver el dinero, comenzó a preocuparse. “Sentí que algo raro había. Le mandabas mensajes y no le llegaban o le llegaban y no sabías si los leía o no”, relató la damnificada, que también prefiere reservar su identidad. “Siempre cambiaba de número. Para rastrearla había que mover cielo y tierra y así y todo no respondía”, agregó. Respecto de la posibilidad de recuperar la inversión, la mujer afirmó: “Dudo que devuelva la plata. Lamentablemente la doy por perdida. Pero hay gente que le dio todos sus ahorros. ¡Hasta dólares!”.
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Los destrozos en una de las casas atacadas por las víctimas de la estafa piramidal en Ensenada
Por su parte, otra mujer habló con 0221.com.ar bajo el seudónimo María Suárez y relató su experiencia. Al igual que la gran mayoría, llegó a Antonella Rocha al enterarse de la alta rentabilidad por referencias que le daban y también porque la conocía a ella y a su familia ya que viven en el mismo barrio. “Invertí 350 mil por transferencia y 1.500 dólares. Luego comenté entre amigos y, al ver la buena respuesta, hicimos una recaudación de 25 mil dólares y la invertimos. Siempre retiramos la inversión dejábamos algo de la ganancia”, relata.
Según informó, en tres oportunidades reinvirtió el dinero, con muy buenos resultados. En esta última oportunidad, sin embargo, Rocha le tomó el dinero a una tasa que ya no era del 100% semanal, sino del 70%. “Se notaba que ya no la tenía la plata”, concluye ahora, a la vista de los resultados.
“Hace una semana que no recibimos más mensajes. No teníamos forma de contactarla y nos parecía raro. La gente comentaba lo mismo en redes y bueno… era de esperar”, agrega la mujer estafada, que además comenta que tres días atrás Rocha la contactó con la promesa de pagarle este lunes o martes, que no cumplió. “La plata la retirábamos en bolsas o ella la traía, siempre de noche”.
Esta vecina de Ensenada informó que a varias personas les pasó lo mismo y refiere conocer casos de estafados en “hasta 56 millones de pesos”. En su caso, el fondo común que llegaron a invertir y que nunca fue devuelto es de 30 mil dólares, afirmó. En los últimos días, Rocha “empezó a tener matones en la puerta de su casa que te intimidaba con armas”, relata la damnificada y agrega: “No me gustó nada”. Además agrega que el último tiempo Rocha solía decir que “no le bajaban la plata. Pero la verdad que no sé quién estaba arriba”.
Por su parte, al ver la magnitud de los destrozos que generaron los inversores enojados el martes por la noche, sostiene que le “dolió mucho”. “Lloré al ver el vandalismo, porque no fue enojo: era robar por robar y había una libertad para hacerlo que asustaba. De última, la culpable era ella, no su familia (aunque este en la misma)”, refiere, en relación a los destrozos de las viviendas de la madre y la tía de la acusada.
Respecto del dinero que aun no le devolvieron, María Suárez afirma: “No pierdo las esperanzas” al mismo tiempo que agrega con resignación: “Ya, la verdad, no importa, pero sé que hay gente que se quedó sin comer por invertir lo poco que tenían”.