Una joven de Punta Lara fue secuestrada por el padre de su hijo cinco años atrás y hoy, pese a que él está preso, sigue recibiendo amenazas desde la cárcel.
Brenda Macchion vive un infierno que no termina: fue secuestrada y golpeada brutalmente por su expareja hace cinco años, y aunque él está preso, hoy la sigue amenazando desde la cárcel. "Estoy peleando por mi vida", sostuvo la joven de Punta Lara en diálogo con 0221.com.ar.
El agresor, identificado como C.G.R.B., cumple prisión preventiva en la Unidad Penal N°1 de Olmos desde hace cinco años. Fue detenido luego de haber mantenido cautiva a Brenda en su casa, atada de pies y manos, con una media en la boca, mientras su hijo recién nacido estaba presente.
Dos delincuentes amenazaron con un destornillador a un joven que volvía de su casa en La Plata. Perpetraron el robo y lo amenazaron con regresar.
Según el testimonio de la joven, la situación de violencia había comenzado incluso antes del nacimiento del nene. "Yo quedé embarazada, él me empezó a atar, a hacer un montón de cosas y cuando el nene nació seguía", contó. Tras una noche de horror logró escapar y radicar la denuncia. Desde entonces espera justicia.
El juicio contra C.G.R.B. está programado para el 10, 11 y 12 de septiembre ante el Tribunal Oral Criminal N°5, aunque no se descarta que las fechas puedan modificarse. Brenda se niega rotundamente a aceptar un juicio abreviado y exige una instancia oral: "Yo estoy peleando por mi vida, necesito que esté preso".
Aunque está tras las rejas, el acusado logró volver a hostigarla a través de redes sociales. Desde distintos perfiles de Instagram, Brenda asegura que su ex le envía mensajes amenazantes y utiliza una foto de su hijo como imagen de perfil. "Corre riesgo mi vida y la de mis hijos", advirtió, al tiempo que agregó: "Él quería matar a mi hijo más grande", agregó.
La mujer es madre de dos chicos: el menor, de 7 años, fruto de la relación con el agresor, y otro de 13, de una pareja anterior. A pesar del paso del tiempo, continúa recibiendo asistencia psicológica y denuncia que el calvario sigue presente en su vida cotidiana.
En su declaración, Brenda también apuntó contra el tratamiento judicial del caso. Actualmente es representada por la fiscalía N°12 de La Plata, pero solicita que la causa pase a manos de la fiscalía N°13, a cargo de Lucas Domski. Considera que su caso debería abordarse con mayor enfoque en violencia de género.
Uno de los episodios más dolorosos se dio el año pasado, cuando quiso dejar el país por miedo, pero necesitaba la autorización formal de su agresor para poder sacar al niño. La historia de Brenda revela la profundidad de una violencia que no se detiene ni siquiera con el encierro del agresor.
El caso, que había comenzado en el Juzgado Correccional a cargo de Eduardo Eskenazi, fue derivado a un tribunal criminal luego de que el magistrado entendiera la gravedad del relato de Brenda. Ahora, el TOC N°5 tendrá la responsabilidad de juzgar lo ocurrido y, según allegados a la víctima, podrían surgir denuncias aún más graves durante el debate.