El pasado domingo, un insólito episodio de inseguridad tuvo como víctima a un chef de La Plata de 46 años, que fue drogado y desvalijado por una "viuda negra" de 22, a la cual había invitado a su casa luego de conocerla por Tinder.
La escena ocurrió en un edificio de calle 46 entre 5 y 6 donde vive el hombre, quien le pagó el Uber a Sofía -nombre con el que la joven se dio a conocer por la app- para concretar el encuentro en su departamento.
"No era la primera cita, era la cuarta. Supuestamente es de Caballito pero me fijé y la dirección es un McDonald's", reveló el hombre en diálogo con Telefé. A su vez, comentó que "ella ya había venido a mi casa, pero nunca me faltó nada. Calculo que lo que hacía era investigar qué tenía".
Una cámara de seguridad del edificio céntrico muestra a los cómplices con los que actuó la mujer saliendo del lugar. Todos llevan valijas, mochilas y una bolsa, presumiblemente con todos los objetos sustraídos a la víctima.
"Lo que me acuerdo es que llegó 21.40, picamos algo, me fui a cocinar y a la 1 ya no me acuerdo de nada. Me levanté a las 10 con todo dado vueltas. Yo peso casi 100 kilos así que algo me tienen que haber dado", explicó la víctima del asalto.
Policía Patrullero (16).jpg
La Policía tomó intervención para esclarecer el caso que tuvo como víctima a un chef de La Plata.
En ese sentido, recordó que "la última imagen que tengo es yo sentado en el sillón con ella, tomé el fernet y me levanté en mi cama". "En el sillón estaba la copa rota, supongo que se cayó cuando me desmayé", agregó. A pesar del lamentable episodio, el hombre resaltó que "lo importante es que no me hicieron nada físico".
Así huyó la viuda negra junto a sus cómplices tras el asalto al chef de La Plata
A las 22 del último domingo, Sofía bajó del auto frente al edificio de Gastón. El chef ya había preparado una picada y bebida incluida. Tras recibirla, subieron a su departamento y allí le sirvió un vaso de fernet. La joven, que vestía de negro con un top rojo y bufanda violeta, le agradeció por el recibimiento y le comentó que vivía con sus papás en Caballito y se dedicaba a colocar uñas y pestañas.
La reunión se desarrolló con mucha conversación, picada y bebida de por medio, hasta que el dueño del departamento se desvaneció. Cuando abrió los ojos ya era de día. Miró a su alrededor y la chica no estaba. Sin embargo, lo peor es que todo el departamento estaba revuelto.
Una cámara de seguridad del edificio céntrico muestra a los cómplices de la mujer saliendo del lugar. Todos llevan valijas, mochilas y una bolsa, presumiblemente con todos los objetos sustraídos a la víctima.