La Policía detuvo a cinco hombres en Los Hornos acusados de una serie de robos en La Plata bajo la modalidad entradera.
Un amplio operativo policial desarrollado este jueves por la madrugada en Los Hornos permitió desarticular a una peligrosa banda acusada de cometer al menos 12 entraderas en distintos barrios de La Plata. La acción terminó con cinco hombres detenidos y un importante arsenal secuestrado en una vivienda utilizada como base de operaciones.
El procedimiento se llevó a cabo en una casa ubicada en 62 entre 166 y 167, en barrio El Retiro, identificada como el "aguantadero" de la organización. Allí los sospechosos se reunían antes de salir a delinquir y regresaban tras los robos. La investigación incluyó semanas de seguimientos y vigilancias encubiertas que permitieron reunir pruebas y organizar el operativo cerrojo.
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Durante la irrupción, uno de los implicados intentó esgrimir un arma de fuego contra los efectivos, lo que derivó en disparos intimidatorios y una breve persecución. Finalmente, todos los sospechosos fueron reducidos y trasladados a la comisaría. El allanamiento dejó como saldo el secuestro de escopetas, armas de distintos calibres, municiones, chalecos antibalas, pasamontañas y más de cien miguelitos caseros.
Además, la Policía confiscó diez automóviles y una motocicleta, varios de ellos con pedido de secuestro, junto a chapas patentes, herramientas para forzar rejas, teléfonos celulares, joyas y relojes. Estos elementos refuerzan la hipótesis de que la banda está detrás de múltiples hechos ocurridos en barrios como San Carlos, Altos de San Lorenzo, Lisandro Olmos y el Casco Urbano.
La causa quedó en manos de la UFI N° 15 y el Juzgado de Garantías N° 2 del Departamento Judicial La Plata. Los cinco detenidos fueron imputados por robos agravados reiterados, mientras se busca establecer si existen más integrantes vinculados a la organización desbaratada.
De acuerdo con la investigación, la organización criminal tenía su base en una vivienda de Los Hornos, donde planificaban cada movimiento. Desde allí partían durante la madrugada para cometer robos bajo la modalidad entradera, sorprendiendo a las víctimas cuando ingresaban o salían de sus domicilios. Luego regresaban al lugar con el botín para repartirlo y ocultar pruebas.
Los delincuentes utilizaban vehículos robados con patentes adulteradas y contaban con herramientas para violentar cerraduras y rejas. Además, se valían de pasamontañas, guantes y chalecos antibalas para reducir riesgos durante los golpes. Los miguelitos caseros que les secuestraron estaban destinados a frenar eventuales persecuciones de la Policía en plena huida.