Además del trabajo colaborativo, que hoy la mayoría de los martilleros coincide en que es la mejor metodología de abordaje de cada operación inmobiliaria, los socios de esta empresa adoptaron una visión particular desde el día 1: el trabajo personalizado de acuerdo con el perfil y los objetivos de cada cliente.
“Tenemos el pensamiento de que hay personas que una transacción inmobiliaria la hacen por única vez en su vida, y algunas ni siquiera llegan a concretar una operación. Esa es la importancia que le damos a nuestro trabajo: el asesoramiento, el acompañamiento, tomarnos el tiempo para encontrar la propiedad o el negocio que busca concretar esa persona. No nos da igual cualquier tipo de operación, así que trabajamos de manera personalizada con los objetivos de ese cliente”, lo resume Jakus.
Si se trata de encontrar la fórmula de un crecimiento notable en un año y tres meses -Jakus Inversiones abrió en marzo de 2022- ambos martilleros no dudan que el tratamiento individualizado y la empatía aplicada a cada cliente y su historia personal fueron la clave. Lo demuestran, incluso, cada vez que al recurrir a la memoria con su cartera de clientes ellos son “Laura” o “Alejandro”, así, con su nombre de pilas a secas, algo que denota una dedicación exclusiva a cada caso en particular que concretó la operación inmobiliaria.
De hecho, se trabaja con el convencimiento de que para esos mismos clientes también Jakus o Cupertino -en realidad Alan y Juan-, quedarán en la memoria de la persona como partícipes de un hecho importante en sus vidas. “Es tener empatía, saber quién está del otro lado. No todos son inversores haciendo negocios, al contrario, tal vez el uno por ciento compra para invertir. Pero sí vienen a la inmobiliaria dos hermanos que están vendiendo la casa de la madre, la casa donde vivieron con ella, donde crecieron, y tal vez venden para pasar a otra etapa en su vida. Hay un trasfondo mucho más grande en esa venta que no puede ser obviado y ahí está nuestra responsabilidad de saber acompañar a esa persona. Estamos siendo parte de eso. Y sabemos que en muchos casos particulares vamos a quedar en la memoria de esa persona para toda la vida. Ese es el nivel de importancia que tiene”, ejemplifica Jakus.
La primera pregunta, relatan, suele ser acerca del objetivo del cliente. "¿Qué estás buscando? ¿Proyectás vivir en esa propiedad? ¿Tenés hijos? ¿Tenés mascotas? ¿Cómo es un día típico en tu vida? ¿Trabajás home office? Son detalles que la persona entre tanta información que recibe a veces no llega a tener en cuenta. Nosotros evaluamos cada cosa. Sabemos que determinado inmueble, por sus características, su estado, su distribución y su ubicación, está en precio y es lo que busca esa persona. Ayudamos a que pueda verlo como una buena oportunidad", puntualiza el martillero. El proceso continúa con un proceso de "filtración" dentro de la propia cartera de inmuebles de la inmobiliaria, o bien dentro de las que registran previa consulta con colegas de la Comunidad de Negocios Inmobiliarios, con el fin de reducir al máximo para el cliente el número de inmuebles que pueden ser de su interés.
Así, para Cupertino, su socio, quedan al mismo nivel el negocio y el trabajo que el costado humano, en cada operación. Un pensamiento que hace que se trabaje en pos de que el cliente, al final de todo, concluya con una buena experiencia su paso por la inmobiliaria, con un proceso en el que haya tenido el respaldo y la contención necesarias para avanzar en la concreción de su objetivo. Por ello también el profesionalismo y la capacitación, aquí, cumplen un rol fundamental para el martillero. Hechos objetivos, además, que explican que más tarde quienes contacten a la inmobiliaria lo hagan “por referencia”, algo que consideran que fue su bastión para poder crecer como empresa.
“Años de sacrificio, de ahorro, el cliente los pone en manos de alguien que le genera confianza, pero que a su vez sea profesional y que trabaje bien. Por eso hacemos mucho hincapié en que las personas que se dedican a este rubro tienen que estar sumamente capacitadas. Esto no es vender caramelos”, grafica Cupertino. “Ser profesional genera valor, eficacia, los procesos son más seguros, hay detrás una formación teórico-práctica y una suma de valores que a la hora de poder trabajar de esto le brinda más respaldo al cliente”.
LA REALIDAD VIRTUAL Y PROYECTOS FUTUROS
Así es como se entrelaza a esta visión de trabajo la necesidad de ofrecer, también, de un modo cada vez más profesional el servicio, sumando tecnología y herramientas que faciliten al comprador o vendedor absolutamente todo: desde el primer contacto hasta la última visita a la propiedad elegida. Por esta razón, ya desde el primer acceso a https://alanjakus.com.ar/ el interesado encuentra la opción de vincularse directamente al número de whatsapp de cualquiera de los dos socios.
Al igual que la gran mayoría de los martilleros, saben que el cliente “tipo” es el que llega con un alto nivel de exigencia: el acceso a la información a través de Internet o redes sociales hace que al momento de consultar lo haga con el previo conocimiento de alrededor de diez propiedades que reúnen las características que busca. Así, se crea la necesidad en las inmobiliarias locales de superar permanentemente los servicios y la información que se ofrece.
Con ese objetivo, los socios de Jakus Inversiones Inmobiliarias incorporaron, a poco de abrir la empresa, la posibilidad de utilizar el sistema Pint, que permite crear contenido y visitas virtuales a cada una de las propiedades, con una interfaz sencilla e intuitiva, y a partir de fotografías panorámicas y de alta calidad. Como se sabe, las herramientas de desarrollo de realidad virtual son cada vez más conocidas y funcionan de manera óptima, y el sector inmobiliario comenzó a incorporarlas con suma eficacia, ya que propone una forma innovadora de promocionar y mostrar su cartera de inmuebles, y brinda una experiencia distinta al cliente.
“Si se capta lo que el cliente busca, es mucho más fácil. Pint le da la posibilidad al cliente de entrar y recorrer la propiedad sin moverse de nuestra oficina. Se le suman además los planos y toda la información extra. Sirve para marcar la diferencia. Es un sistema que ofrece una visión muy real y le da una perspectiva al cliente muy completa de la casa o departamento que busca. En poco tiempo más creemos que se va a implementar muchísimo más, porque economiza tiempos y traslados para el interesado, que en lugar de pasearse por diez propiedades, las puede ver a través de los anteojos 3D y puede acotar la búsqueda”, describe Cupertino, a lo que su socio agrega: “Es una herramienta más, nadie va a cerrar una operación sin visitar la propiedad personalmente, pero seguramente este tipo de sistema hará que solamente se traslade una vez, o defina desde aquí mismo, en poco tiempo, cuáles son las tres o cuatro propiedades que le interesa visitar. Esto para el cliente es excelente, le evita recorrer la ciudad para poder decidir”.
Precisamente, el objetivo de Jakus y Cupertino fue el de asociarse a Pint para implementarla de manera gradual pero definitiva como herramienta y servicio para el cliente. Pero los proyectos son más: recientemente comenzaron a trabajar con una nueva Desarrolladora, con la meta a futuro de agregar emprendimientos a su actual cartera de inmuebles.
“La ciudad está creciendo muchísimo a nivel emprendimientos y es una buena opción que va de la mano con las necesidades del cliente. La oportunidad de comprar por pozo, con un plazo de 24 o 30 meses para tener la entrega del departamento; la opción de comprarlo a un precio mucho más bajo, con la posibilidad de financiación. A su vez, es una herramienta para los inversores que quieren hacer crecer su capital, a partir de invertir en una propiedad de pozo y venderla más adelante con un 50 por ciento de avance de obra”, explica Jantus, y ratifica: “A futuro nuestra idea es que la inmobiliaria se dedique a hacer desarrollos. Pero estamos convencidos de que la capacitación y experiencia para este tipo de trabajo y rubro debe ser óptima”.
“El desarrollo no es algo menor. Uno puede tener las herramientas para emprender pero también debe encontrarse y saberse capacitado, con los vínculos y asociaciones imprescindibles para poder dedicarse”, acota Juan.
Ambos coinciden en que el camino para posicionar una inmobiliaria en el mercado actual es largo, pero intentaron encontrar en todas las características mencionadas la manera de diferenciarse. La Comunidad de Negocios Inmobiliarios, fue, en tal sentido, un gran apoyo para crear vínculos, como también para reforzar y ampliar los ya logrados durante una década dedicados al rubro inmobiliario, antes de abrir Jakus Inversiones. Los dos socios ponderan el intercambio de ideas -muchas veces también de información- que les permiten tener los encuentros que se coordinan desde la Comunidad, como también las capacitaciones y rondas de negocios.
Al mismo tiempo, y dado que Jakus Inmobiliaria funciona en las oficinas de la Comunidad desde marzo de este año, el contacto con colegas del grupo se torna diario, y claramente productivo, porque ayuda a encontrar para el cliente la propiedad que está buscando y, desde allí, simplificar esa búsqueda.
Así, la mayoría de los pasos dados fueron hacia adelante desde la apertura de la inmobiliaria hasta el presente. Los jóvenes martilleros -Jakus, de 28 años y Cupertino, de 38- tienen muy claro que su metodología de trabajo es la causa de un año “con objetivos logrados”, sumado a dos cualidades claves: una gran vocación por la profesión, y por superarse día a día como tales.