sábado 11 de enero de 2025

El último show de Rodrigo en Escándalo y su frase final que presagió la tragedia

Gracias al dueño del histórico boliche de City Bell , 0221.com.ar accedió al audio del último show. “Fue bárbaro”, recordó Mario Leguizamón.

Nos vemos en el infinito”. 23 años después, la frase todavía retumba en las paredes del viejo edificio de Escándalo Bailable, que actualmente aloja a un complejo deportivo. Esas fueron las últimas palabras de Rodrigo Alejandro Bueno delante del público de La Plata que se acercó hasta Camino Belgrano y 483 para disfrutar de su show. Quienes estuvieron aseguran que fue un verdadero frenesí de cuarteto que incluyó: cinco temas inéditos, una increíble interpretación de “La Mano de Dios” y hasta la presencia en el escenario de su pequeño hijo Ramiro.

Cerca de las 3 de la mañana, el Potro bajó del escenario en medio de los gritos y aplausos de los fanáticos que solo querían que ese ritmo poderoso siguiera. O al menos hasta que las piernas digan basta.

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Ninguno de las personas que estuvo presente esa noche imaginó que ese “nos vemos en el infinito”, con el que se despidió Rodrigo, iba a desprender un aroma a final. 

Escándalo Bailable abrió sus puertas en 1992 y desde momento se transformó en una referencia para toda la movida tropical de nuestro país y todos los sábados vecinos de distintos barrios de La Plata se las ingeniaban para poder asistir al gigante de City Bell.  “Una fuerza incontrolable para este fin de semana”, era la invitación que hacía “Escándalo Bailable” en las radios platenses. El poderoso jingle era una auténtica tentación para los fanáticos y el plato fuerte era poder ver en vivo a “los número 1 de la movida tropi-latina”.

El Potro cordobés, en tanto, era un artista que parecía no tener techo. Es que sus temas sonaban en todos los cumpleaños, casamientos y fiestas, además, tuvo su pico de gloria con las trece presentaciones en el Luna Park en abril del 2000, que lo llevaron directamente a la cima de la movida tropical. El éxito, fama y reconocimiento hicieron que Rodrigo tomara la decisión de dejar de trabajar todos los fines de semana.

Pero, un día, en la oficina de José Luis “Pepe” Gozalo, representante del cantante de 27 años, el telefono sonó. Era Mario Leguizamón, el dueño de Escándalo Bailable, quien sin dar muchas vueltas fue directo: “Quiero un show exclusivo de Rodrigo en Escándalo”.

ESCÁNDALO BAILABLE

“Escándalo fue el artificio de la movida tropical en La Plata, fue creada en el año ’92. Empezó en el barrio El Cementerio con el club polideportivo Chacarita platense. Cuando se vio el boom que era me hicieron la propuesta de hacer Escándalo. Me ofrecieron hacerla en donde actualmente funciona el Bingo de La Plata o en la EPEC, en la antigua gasificadora de la Crush”, recuerda Leguizamón en diálogo con 0221.com.ar. Y agrega: “Tenía mucho conocimiento de la bailanta en Gorina, se bailaba mucho la cumbia y pensé que lo mejor era hacerla City Bell. Fue un desafío porque en ese entonces había mucho barrio privado y mucha gente de poder adquisitivo cerca de Camino General Belgrano no quería saber nada”.

A su vez, indica que el nombre “surgió una tarde que estaba mirando a Rafael en la casa de mi suegra y escuchó que repite ‘escándalo’. Fueron tantas veces que me quedó grabado. Fue una señal. Le pedí el teléfono a mi suegra, en ese tiempo teníamos teléfono a rosca, y llamé al diseñador. Estábamos en búsqueda del nombre. Como era tan grande, había que poner algo que llame la atención. Le pedí al diseñador que haga tres logotipos con el nombre Escándalo y le dije que haga hincapié en la letra E. En ese tiempo no había computadoras y a mano alzada le hizo y le dimos el curso de lo que es Escándalo”, subraya.

Sobre Rodrigo, Leguizamón aclara que “siempre lo llevaba a Escándalo y no porque era el éxito del momento”. “Él tuvo una época que desapareció de la movida tropical porque no metía un éxito. Me acuerdo cuando fue el boom de ‘Timidez’ de Emanuel Ortega, la época que quiso hacer cumbia, y Grupo Sombras con Daniel Agostini. Entonces hice una fecha con Grupo Sombras, La Timidez y Rodrigo. En esa noche presentó el disco (Himno del) Cucumelo y la gente le tiraba cubitos y le gritaba “ándate, cordobes, culiado”. Entonces garró el micrófono y se lo tiró en la cabeza”, lo cuenta y se ríe. “Cuando lo volví a traer en el 2000, Rodrigo se acordaba de esa noche.  Antes de subir al escenario me dice: ‘Te acordabas que me tiraban cubitos en la cabeza y yo cantando esa porquería del Cucumelo...’ ¿Entendés? El reconoció que había sacado una porquería más que un disco. En realidad, querían ver a Sombras y a Emanuel Ortega. Ese día tenía 6 mil personas”, comenta Mario.

EL BOOM DE RODRIGO Y EL LLAMADO

A fines del ’99, la carrera de Rodrigo crecía a pasos agigantados y parecía no tener techo. Más allá de los problemas personales y relacionales amorosas que eran tema de debate en los programas de chimentos de la tarde, cada presentación del Potro era un momento único. Quienes tuvieron la suerte de verlo aseguran que transmitía una energía inigualable desde el escenario.

Tenía pelo largo, ojos claros y una facha…Pero no estaba bien guiado como lo manejaban como artista. No estaba enfocado en lo que tenía que hacer él.  Él cuando cambia el rumbo musical fracasa y desaparece por un tiempo. Pepe Gozalo lo vuelve a repatriar y arman ese disco que fue furor de Rodrigo. Al retomar su carrera, vuelve con Gozalo que es como un padre. Su papá Pichín (Edgardo Bueno) falleció y estaba como bola sin manija. Pepe va a Córdoba, habla con la madre (Beatriz Olave) y le hacen la producción de este disco que fue un boom. Un éxito”, asegura Leguizamón.

El 2000 fue un año bisagra para Rodrigo. Es que en aquella época, el cordobés marcó un antes y un después en la historia musical y llevó al género popular a la cima. El 5 de abril realizó el primero de sus 13 presentaciones en el Estadio Luna Park. Todas los shows fueron con entradas agotadas y se estima que más de 82 mil personas deliraron al ritmo de sus canciones. 

 

En medio del éxito por el Potro, Mario se entusiasmó con la posibilidad de cerrar una presentación en La Plata y no dudó. Una tarde tomó el teléfono y se comunicó con la oficina de Gozalo para negociar la contratación. “Gozalo tenía varios artistas y yo le compraba todos. Entonces le digo: ‘¿Pepe, me vas a dar una fecha de Rodrigo?’. Lo primero que me dijo fue que no porque le pagaban poco. ‘Nunca te pijotié nada, yo quiero a Rodrigo en Escándalo como siempre lo he hecho, Pepe’. En ese momento, cuando estaba hablando por teléfono, Rodrigo estaba ahí y le digo: ‘¿Cuánto querés? Dame con Rodrigo’”, relata Leguizamón. Y señala: “Yo con Rodrigo hablaba porque tenía buena relación. Él me decía que le querían pagar y entonces me dice: ‘Bueno, si me pagás 15 mil dólares yo te hago un exclusivo’”.

A los pocos minutos, el dueño de Escándalo mandó un auto con parte del dinero a la oficina para cerrar la contratación de Rodrigo. Restaban algunos detalles, pero el show en La Plata ya era un hecho. El Potro cordobés volvía al Gigante de City Bell más gigante que nunca. “En ese tiempo él tenía problemas con la productora que tenía la marca de Rodrigo. A él lo obligaban a trabajar en los bailes y no le pagaban nada. Por decirte una cifra, 3.000 pesos. Decidió no trabajar más y hacer espectáculos. Una cosa es hacer baile, que tenía contrato firmado, y otra cosa es hacer teatros o eventos. Ahí sí él percibía más plata”, comenta Leguizamón, al tiempo que destaca que era un gran artista porque “él tenía 14 o 15 temas que eran un éxito y los ponía todos juntos en un mismo disco. Viste que a veces te ponen 3 temas buenos y diez malos, bueno, este ponía todo el disco bueno. Era un loco. Yo le preguntaba a Pepe por qué ponía todos los temas buenos en un solo disco. Él loco este quiso hacer esto. Hay que acordarse de que era un rebelde”, asegura entre risas.

EL ÚLTIMO SHOW

La expectativa por la presentación de Rodrigo en La Plata fue tal, que en esa oportunidad Escándalo abrió sus puertas un viernes y hasta diseño una entrada exclusiva con la imagen del músico (años más tarde, ese ticket se convirtió en una verdadera reliquia).

Un detalle poco conocido, es que en un primer momento la idea era hacer dos funciones la misma noche. De hecho, en el volante de promoción del evento se destaca que el primer show iba a ser a las 21 y el segundo a las 24. Finalmente, esto no ocurrió y Rodrigo solo hizo una presentación: duró 1 hora 40 minutos. “Quería hacer dos funciones, pero Pepe me dijo que no daba para dos funciones. Yo tenía vendidas 2.500 funciones y la segunda tenía 1.400. Finalmente hicimos una sola. En definitiva, metí 4.600 personas”, explica Leguizamón.

Para una persona normal, esa jornada podría ser definida como “maratónica”. Para Rodrigo, en tanto, fue un día más. Primero grabó el programa “La Biblia y el calefón”, conducido por el recordado Jorge Guinzburg; luego fue a cenar a El Corralón, donde le hicieron una serie de notas para “El Rayo”, programa que en ese momento se emitía por Telefé; y luego fue el momento de ir a La Plata para el show en Escándalo. “Fue a cenar a El Corralón, estuvo en La Biblia y el Calefón y ahí aparece todas las notas. Aparece que estuvo en El Rayo. Cuando estaba comiendo se encontró con el hijo de (Fernando)Olmedo y le dice: ‘Che, cualiao, nunca venís a ver mis shows. Vamos a City Bell, te llevo y te traigo’. Dejó a la novia y se vino Olmedo para acompañarlo”, subraya Leguizamón.

En las inmediaciones del boliche todo era furor. Cada vez faltaba menos para ver al artista del momento subido en el escenario y cantando “La Mano de Dios”; “Lo mejor del amor”; “Ocho Cuarenta”; entre otros. Cerca de las 23, en Escándalo había cuatro mil personas. Afuera, otras mil, que se las ingeniaban para saltear los controles de seguridad y tener una foto con Rodrigo. Los testigos de la llegada del cantante en su Ford Explorer Roja aseguran que se convulsionó tanto el lugar que hasta se escucharon disparos. “Es cierto que hubo disparos, pero fueron los vecinos por la gente que se subía a los techos de las casas para ver a Rodrigo. Si bien los vecinos estaban acostumbrados, pero siempre alguno se quejaba. Y esa noche, bueno, salió uno y disparó para arriba”, afirma.

En ese sentido, comenta: “Ese día lo viví a pleno y todos estábamos expectantes por cómo se presentaba él arriba del escenario. Cuando vi que trajo a la familia y puso una batería para que toque el hijo a mí se me vino el alma al cuerpo porque pensé que iba a ser una gran noche y un gran show. Efectivamente fallé”, se lamenta.

Sobre el show, asegura que “fue de puta madre” porque “estuvo una hora y media habla de Maradona, Cuba, lo presenta al hijo, el hijo de Olmedo narra un cuento y el show fue espectacular. El Rayo filmó todo el show desde tras del escenario”. “Después de la presentación, viene Pepe y le dije: ‘¿cómo lo dejás manejar solo?’. Gozalo me dice: ‘Es un caprichoso vino con la mujer. Tenía mucha seguridad, pero quería manejar él’. Ese fue un comentario que hicimos cuando le terminé de pagar la plata que faltaba y nos saludamos. Terminó el show, lo saludé y nos dimos un abrazo. Hasta quedamos en hacer un show a futuro”.

EL ACCIDENTE

Tras el show en Escándalo, el Potro emprendió camino hacia Capital Federal por la Autopista La Plata- Buenos Aires. Después de haber pagado el peaje en la estación de Hudson, la camioneta Ford Explorer roja del cantante rozó el vehículo del empresario platense Alfredo Pesquera, chocó contra el guardabarros y volcó. El hijo del productor musical Eduardo Bueno y de la compositora Beatriz Olave salió despedido del rodado y murió en el acto; al igual que Fernando Olmedo.

Pasaron 23 años y Leguizamón recuerda con exactitud cómo fue el momento en que se enteró la noticia. “Teníamos los Startac, eran 4 menos cuarto y le dije a mi hermano que a las 5 cierren. Dejé todo ordenado porque el otro día –ese mismo sábado- abría Escándalo. Siempre habíamos los sábados, pero al ser un exclusivo abrimos ese viernes 23 de junio. En eso sueno el Startac y me llama Gonzalo. Era un grito como ‘¡Ro…Ro… se nos fue Ro... se nos fue Ro!’. Le dije: “Pepe, ya se fueron de acá”. Entonces quedó todo un ruido, un lloro y no entendía qué mierda pasaba. Entonces lo llamo a Ricardo Casquero, el dueño de La Nueva Luna, y me confirma lo peor: ‘Sí, Mario estoy acá con Pepe Gozalo. Estamos yendo a la autopista porque se mató Rodrigo en la autopista cuando salió de tu boliche, acá en Quilmes o Berazategui. Estamos pegando la vuelta para ir a verlo’”, detalla en diálogo con 0221.com.ar.

Todavía conmocionado por lo que acababa de escuchar, Leguizamón se sentó en el sillón para tratar de entender qué estaba ocurriendo. “No lo podía creer. Además, tenía cuatro mil personas bailando al compás del cuarteto y lo llamó a mi hermano y al administrador y les conté lo que había pasado. Les pedí que a las 5 de la mañana prendan la luz y que se vayan todos. Les aclaré que no digan nada, que se enteren por Crónica o, por otro lado.  Si decía algo me prendían fuego Escándalo. A las 6 de la mañana ya estaba la noticia en Crónica ‘Se mató Rodrigo’. En definitiva, fue ahí que nos enteramos todo lo que sucedió”, comenta.

A su vez, Mario explica que ese sábado Escándalo abrió, pero remarca que “más que un baile fue un velorio. Pasaron 36 artistas por el escenario que estuvo Rodrigo. Tenía programados otros artistas que fueron y junto a otros decidieron revivir el cuarteto”. “Después vino todo lo que ya se sabe, la parte policial no me quiero meter. Tuve que ir a declarar y pasé momentos de mierda. Me entrevistó Mónica Gutiérrez, Chiche Gelblung, Mitha Legrand … está todo grabado supongo. Mi función terminó en el momento que a Rodrigo le pagué y se fue de Escándalo. De la puerta para afuera Escándalo no tiene nada que ver. El tema que en ese momento Escándalo era el número 1 en la movida nacional, era de los más grande que había y todo el mundo lo sabía”, asegura Leguizamón.

Consultado por la película “El Potro, lo mejor del amor”, el film que contó la historia del fallecido cantante”, Mario opina que “hicieron cualquier cosa” y explica por qué no pusieron el nombre de Escándalo en la escena final. “Pepe era dueño de Skombros y fue cualquiera lo que hicieron, cuando lo vi lo llamé y le dije de todo. Yo lo hubiese ofrecido sin pedir un puto peso. Tengo el último show grabado en una caja fuerte y no se lo vendí a nadie. Pero el tema de la película fue una cachibachada. Además, eso que muestran no era la esencia de la movida”, se queja.

Lo cierto es que Rodrigo dejó una marca imborrable en la música tropical de nuestro país y hasta el día de hoy sus canciones siguen sonando en todos los bares y boliches. “Al Potro la verdad que se lo extraña mucho. El cuarteto sigue existiendo gracias a él”, destaca Mario.

Escándalo cerró a los pocos años de la trágica noche, pero todos los platenses recuerdan al Gigante de City Bell como un lugar único para salir a bailar. Leguizamón actualmente trabaja en el bar Hemisferio, en 7 entre 42 y 43, y los viernes y sábados se encarga de organizar fiestas “retro” para mayores de 25 años. Además, es un gran jugador de paddle y representó al país en prestigiosos torneos de la categoría senior.

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