La Asamblea Extraordinaria de AFA que se llevará a cabo esta tarde de jueves en el predio de Ezeiza procurará resolver la polémica instalada por la reducción del número de descensos. Aunque la Liga Profesional de Fútbol (LPF) ya lleva 21 fechas disputadas, las autoridades del fútbol argentino se disponen a implementar un cambio clave en el torneo que comenzaría a regir inmediatamente y tendría un impacto directo en la competencia en disputa.
Hasta este momento están previstos tres descensos, dos por promedios y el restante por tabla anual. Sería precisamente este último el que podría ser eliminado, según anticipó el secretario general de la AFA y presidente de Racing, Víctor Blanco, en las últimas horas.
Si bien consideró "desprolijo" que se tome esta decisión cuando se está atravesando el tramo final de este primer campeonato de la temporada y todavía falta disputar la Copa de la Liga, Blanco apuntó que va a "acompañar" la postura que adopte la mayoría.
La visita del presidente de FIFA, Gianni Infantino, para la disputa del Mundial Sub-20 de Argentina, durante la que le ponderó al titular de AFA, Claudio "Chiqui" Tapia, el formato del campeonato argentino con 28 participantes, estimuló la continuidad de este modelo que va en sintonía con la idea del suizo respecto de la realización de competencias multitudinarias. De hecho Infantino ya incrementó nada menos que en 16 participantes el número de selecciones que competirán en el próximo Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026, que se elevará de 32 a 48 seleccionados.
Durante mucho tiempo se aseguró que la idea de la AFA era ir reduciendo paulatinamente la cantidad de equipos en Primera, considerando el despropósito que significa ser una de las pocas ligas del mundo en tener casi 30 participantes. Pero esto sigue cambiando año a año: los reglamentos son solo decorados que se modifican a discreción a mitad de temporada.
Habrá qué esperar a esta tarde para ver qué argumentan los dirigentes y el presidente del organismo madre del fútbol nacional y si se decide o no avanzar definitivamente en otra polémica modificación.