sábado 08 de noviembre de 2025

"El abrazo del milagro": la historia detrás de la recuperación de Sofía Tummo en La Plata

La mamá SofíaTummo reveló que tuvo un encuentro casual en el hospital que cambió para siempre la suerte de la chica que estaba en terapia intensiva.

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Un encuentro inesperado, una estampita y una fe inquebrantable. Esas fueron las claves del milagro de Sofía Tummo (21), quien según denunció fue víctima de un presunto intento de homicidio por parte de su pareja Facundo Lemos (23), acusado por la propia damnificada de haberla arrojado por la ventana del tercer piso de un edificio ubicado a metros de la Estación de Trenes.

El resto de la historia ya es conocida. Tummo cayó aquel 29 de marzo contra un techo provisorio de chapa que amortiguó un destino que era de muerte. Fue trasladada al Hospital San Martín. Permaneció internada en terapia intensiva durante poco más de un mes acompañada de su madre, Guadalupe Espinosa Viale, hasta que a principios de mayo milagrosamente despertó del coma y, en un rapto de lucidez, contradijo la versión de su pareja, quien había atestiguado que Sofía se había arrojado por sus propios medios después de una discusión. Tras este giro inesperado, la policía detuvo a Lemos, quien no se resistió y tampoco atinó a declarar contra lo dicho por su novia.

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Uno de los motivos que gestaron este milagro, además de las fuerzas de Sofía, fue el acompañamiento inquebrantable de su madre, quien a pesar de los diagnósticos negativos nunca perdió las esperanzas. Y este anhelo se cumplió el día 8 de mayo, cuando María Inésuna monja desconocida se acercó a Guadalupe mientras se secaba algunas lágrimas de su cara, y le dijo "vení, vamos a rezar juntas que todo va a estar bien".

Poco pudo comprender la mujer de lo que estaba sucediendo en aquel momento, sin embargo comprendió que debía seguirle la corriente y buscar una nueva razón para seguir creyendo. "Estaba en terapia intensiva, miro hacia el pasillo, no había nadie y cuando me voy a lavar las manos me agarra alguien del brazo. Ella nos dio una estampita a cada una, una reliquia autenticada por el Vaticano de la Madre Cleila", indicó Guadalupe en diálogo con Telefé Noticias. Lo cierto es que pocas horas después de haberle rezado a la beata, el médico les informó que Sofía había estabilizado sus signos vitales después de un mes en coma.


"Nos dijeron que teníamos que tomar la carta y rezarle. Yo no había creído mucho en su momento, pero hice todo lo que me habían dicho con la esperanza de que mi hija deje de estar como estaba, porque los médicos ya me decían que me vaya haciendo la idea de que podía no sobrevivir", relata crudamente Guadalupe, quien nunca más volvió a ver a la monja luego de aquel encuentro providencial hasta que en la nota televisiva volvieron a encontrarse.

María Inés contó lo ocurrido ese día desde su perspectiva. "Yo veo a esta señora, Guadalupe, se estaba lavando las manos y estaba llorando, y yo no me pude quedar indiferente", dijo, al tiempo que intentó explicar por qué le entregó aquella estampita de la Madre Cleila: "Ella siempre decía, 'confíen en el corazón de Jesús, y si es necesario ustedes verán milagros'", y sí que los vieron.

La persona de la estampa es Clelia Merloni, una mujer nacida en Italia en 1861. Vivió en ese país hasta 1930 con generosa gratitud en el desapego de si misma. Siendo creativa en el amor, abrindose a muchas posibilidades y oportunidades para ayudar concretamente a las personas necesitadas.

En julio de 1916, su nombre se volvió desconocido para las sucesivas generaciones de Apóstoles  fue prohibido escribirse con ella. El 16 de agosto de 1920, Madre Clelia le escribió al Papa, implorando ser autorizada a reintegrarse en la Congregación que ella habia fundado. El 7 de marzo de 1928, Madre Clelia fue autorizada a volver a la Congregación. Ya anciana y muy débil, pasó los últimos dos años de su vida en una habitación alejada de la comunidad, pero conectada a un pequeño coro que daba al altar de la Capilla. Esos años fueron marcados por una intensa oración, una tierna caridad para todos los que ella conoció, y una ofrenda plena al Corazón de Jesús para la salvación de las almas.

"A veces uno no cree en nada y después te pasan cosas que te hacen abrir un poco más el ojo y encontrar la fé en lugares donde uno no sabía que había", dijo Guadalupe, tras haber conocido la historia de la beata que renovó las esperanzas de vida de su hija Sofía y a la que seguramente seguirá rezándole todas las noches por ese milagro inesperado.

"Realmente le agradezco mucho —a la monja—, esto es gracias a ella porque Sofía tenía como para tres meses en terapia intensiva. Me decían todos los días que ella se estaba muriendo y ahora me dicen que no solamente está salvada su vida, sino que está casi intacta. Hubo varios milagros", reflexiona Guadalupe emocionada y aún conmovida por aquella situación que le tocó vivir junto a su hija.

"A las pocas horas de rezar recuperó los signos vitales y al otro día siguió mejorando, hasta que la despiertan del coma", cuenta la mujer, aún si poder creer semejante recuperación y aún conmovida con el reencuentro y el abrazo con la monja a la que le atribuye semejante milagro.

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