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Sobreseyeron al glover que mató a un ladrón en pleno centro de La Plata
TRIBUNALES

Sobreseyeron al glover que mató a un ladrón en pleno centro de La Plata

A tres años y siete meses del hecho que sacudió a la ciudad, un juez de primera instancia concluyó que actuó en legítima defensa.

02 de febrero de 2023

En la fría noche del 2 de julio de 2019, La Plata fue escenario de un hecho que entonces conmocionó al país. Un empleado de la empresa de repartos Glovo apuñaló en el pecho a un ladrón que intentó asaltarlo con un arma de fuego y con el que se trenzó en lucha. A tres años y siete meses el Juzgado de Garantías 4 de la ciudad hizo lugar al planteo de los abogados defensores Damián Barbosa y Gustavo Guerrero, quienes solicitaron el sobreseimiento de Rubén Gómez, medida que fue dictada por el juez Juan Pablo Massi, al entender que se trató de un caso de legítima defensa.

Desde esa noche, el trabajador fue primero imputado y luego procesado por el homicidio de Julio Gabriel Zapata en la esquina de 10 y 46, en pleno centro de la capital bonaerense. La declaración del acusado fue corroborada por otros testigos y así el juez formó convicción que Gómez se defendió de una agresión en la que estaba en juego su vida y la de otras personas.

El suceso ocurrió en la noche del martes 2 de julio, minutos antes del inicio del partido entre Argentina y Brasil por la semifinal de la Copa América de aquel año. Según narró ante la fiscal Ana Medina, estaba en plena tarea de reparto y escuchó el llanto de una mujer, hacía instantes un pistolero la había despojado violentamente de su cartera. El glover persiguió al ladrón con el objetivo de cesar la fuga y "llamar a la Policía para que lo detengan". En esas circunstancias, el delincuente extrajo un arma de fuego y le exigió que le entregue la moto, pero Gómez se negó y el maleante lo golpeó con la culata del arma de fuego en la cabeza, "pero tenía el casco puesto". Se trenzaron en lucha, el cadete extrajo una navaja "que uso para mi trabajo" y lo apuñaló en el pecho. La muerte fue casi instantánea. Esa secuencia es la que el acusado dejó plasmada en el expediente.

Durante el ataque, el repartidor no se bajó de su moto, recién lo hizo cuando derribó al asaltante producto de las puñaladas en el tórax. Como parte de su declaración, el delivery realizó un croquis a mano alzada en el que retrató las ubicaciones del ladrón y suya.

El pistolero abatido fue identificado como Julio Zapata, de 47 años, con domicilio en Ensenada. Contaba con antecedentes penales por "robo, portación de armas de guerra y venta de drogas", según figura en expedientes judiciales a los que accedió 0221.com.ar. Estuvo preso en la cárcel de Olmos.

Luego de cumplir con trámite judicial para el que fue citado, declaró ante los medios de comunicación que lo aguardaban en la puerta del edificio de fiscalías ubicado en avenida 7 entre 56 y 57. "No hubiese querido que pasara esto", dijo al borde del llanto. Tras su declaración se abrazó con sus excompañeros de trabajo que fueron para apoyarlo y contenerlo. Además, se supo que renunció a su trabajo de repartidor, desde la empresa no se comunicaron con él.

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A tres años y siete meses del hecho que sacudió a la ciudad, un juez de primera instancia concluyó que actuó en legítima defensa.
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A tres años y siete meses del hecho que sacudió a la ciudad, un juez de primera instancia concluyó que actuó en legítima defensa.
Sobreseyeron al glover que mató a un ladrón en pleno centro de La Plata

En la fría noche del 2 de julio de 2019, La Plata fue escenario de un hecho que entonces conmocionó al país. Un empleado de la empresa de repartos Glovo apuñaló en el pecho a un ladrón que intentó asaltarlo con un arma de fuego y con el que se trenzó en lucha. A tres años y siete meses el Juzgado de Garantías 4 de la ciudad hizo lugar al planteo de los abogados defensores Damián Barbosa y Gustavo Guerrero, quienes solicitaron el sobreseimiento de Rubén Gómez, medida que fue dictada por el juez Juan Pablo Massi, al entender que se trató de un caso de legítima defensa.

Desde esa noche, el trabajador fue primero imputado y luego procesado por el homicidio de Julio Gabriel Zapata en la esquina de 10 y 46, en pleno centro de la capital bonaerense. La declaración del acusado fue corroborada por otros testigos y así el juez formó convicción que Gómez se defendió de una agresión en la que estaba en juego su vida y la de otras personas.

El suceso ocurrió en la noche del martes 2 de julio, minutos antes del inicio del partido entre Argentina y Brasil por la semifinal de la Copa América de aquel año. Según narró ante la fiscal Ana Medina, estaba en plena tarea de reparto y escuchó el llanto de una mujer, hacía instantes un pistolero la había despojado violentamente de su cartera. El glover persiguió al ladrón con el objetivo de cesar la fuga y "llamar a la Policía para que lo detengan". En esas circunstancias, el delincuente extrajo un arma de fuego y le exigió que le entregue la moto, pero Gómez se negó y el maleante lo golpeó con la culata del arma de fuego en la cabeza, "pero tenía el casco puesto". Se trenzaron en lucha, el cadete extrajo una navaja "que uso para mi trabajo" y lo apuñaló en el pecho. La muerte fue casi instantánea. Esa secuencia es la que el acusado dejó plasmada en el expediente.

Durante el ataque, el repartidor no se bajó de su moto, recién lo hizo cuando derribó al asaltante producto de las puñaladas en el tórax. Como parte de su declaración, el delivery realizó un croquis a mano alzada en el que retrató las ubicaciones del ladrón y suya.

El pistolero abatido fue identificado como Julio Zapata, de 47 años, con domicilio en Ensenada. Contaba con antecedentes penales por "robo, portación de armas de guerra y venta de drogas", según figura en expedientes judiciales a los que accedió 0221.com.ar. Estuvo preso en la cárcel de Olmos.

Luego de cumplir con trámite judicial para el que fue citado, declaró ante los medios de comunicación que lo aguardaban en la puerta del edificio de fiscalías ubicado en avenida 7 entre 56 y 57. "No hubiese querido que pasara esto", dijo al borde del llanto. Tras su declaración se abrazó con sus excompañeros de trabajo que fueron para apoyarlo y contenerlo. Además, se supo que renunció a su trabajo de repartidor, desde la empresa no se comunicaron con él.