El arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, fue internado al sufrir una descompensación respiratoria, informaron fuentes de la Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa). El prelado debió ser trasladado desde el Hogar Sacerdotal de Buenos Aires, donde reside, al Sanatorio Finochietto.
De acuerdo a lo indicado, allí fu ingresado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI), con un diagnóstico de "neumonía COVID+", confirmó por su parte la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).
El arzobispo tiene 79 años y días atrás celebró sus "Bodas de Oro" sacerdotales. Este año también cumplió 30 años de obispo. Su renuncia al gobierno de la Arquidiócesis de La Plata fue aceptada por el Papa Francisco en 2018.
Desde 2021 reside en el Hogar Sacerdotal del barrio porteño de Flores, y comparte sus reflexiones periódicamente en el programa "Claves para un Mundo Mejor".

Cabe recordar que en junio de 2018 lo sucedió en el cargo el monseñor Víctor Manuel "Tucho" Fernández.
En un texto compartido con ACI Prensa en julio de 2021, Aguer lamentó "la confusión" de quienes creyeron que, cuando acabó su servicio como arzobispo de La Plata, se le ofreció seguir habitando en el palacio arzobispal.
El prelado recordó: "Dos días hábiles después de cumplir 75 años, es decir el 28 de mayo de 2018, me llamó telefónicamente el monseñor Vincenzo Turturro, encargado de Negocios A.I. de la Nunciatura Apostólica (el Nuncio, S.E Emil Paul Tscherrig había sido trasladado a Italia), para decirme que mi renuncia había sido aceptada y que mi sucesor debía asumir de inmediato, para poder estar en Roma el 29 de junio a recibir el palio".
"En la única conversación personal que mantuve con el monseñor Víctor Manuel Fernández, advertí que él tenía preparada mi partida a Buenos Aires, por eso se sorprendió cuando le dije que deseaba quedarme en La Plata, después de 20 años de entrega a la arquidiócesis", señaló.

"Él me preguntó dónde pensaba residir y cuando respondí 'en el Seminario', arguyó 'los eméritos no se quedan en el Seminario'. Evidentemente, desconocía que nuestros predecesores Plaza y Galán, como eméritos, vivieron en el Seminario y allí murieron", dijo.
Asimismo, Aguer señaló: "Comprendí, con el tiempo, que aquella negativa suya era lógica, ya que traía el propósito de cambiar completamente la orientación del Seminario, lo que efectivamente ocurrió. Entonces, me pidió un lugar alternativo; elegí la Casa Sacerdotal 'Cura Brochero', que yo mismo había instituido en el edificio del antiguo Seminario Menor, junto a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en Los Hornos, periferia de la ciudad. Allí pasé dos años y ocho meses hasta mi reciente mudanza a Buenos Aires", indicó.
"En este período fui una especie de desaparecido eclesial, porque no recibí ninguna información ni invitación de la arquidiócesis. Solo me visitaban cuatro o cinco sacerdotes del clero platense (yo había ordenado 49), y uno del Opus Dei", completó.