jueves 06 de noviembre de 2025

Llega a La Plata "La monstrua desnuda, lo que no se nombra también existe"

Este sábado se presenta "La monstrua", un unipersonal que pone en carne propia las vicisitudes de ser un cuerpo gordo en un mundo gordo odiante.

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Entre Puertas Producciones presenta "La monstrua desnuda, lo que no se nombra también existe", un unipersonal con Julieta Alet y con dirección de Ignacio Mamonde. El sábado 29 a las 21.30 horas, en el Centro Cultural Alborada, en 58 n774 entre 10 y 11.

Ignacio Mamonde, y Julieta Alet comparten la dramaturgia de esta sensible obra que combina la realidad y la ficción y que en su segunda presentación estreno devuelve un unipersonal que pone en carne propia las vicisitudes de ser un cuerpo gordo en un mundo gordo odiante.

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Julieta Alet despliega sus dotes artísticos y se pone dentro de los ropajes de quien fue la verdadera monstrua desnuda, la mítica niña, Eugenia Martínez Vallejo (1680), que vivió un calvario cuando al rey Carlos II la obligó a posar para los dos cuadros que harían que dicha niña perdurase para toda historia. Y que “paradójicamente poco se sabe sobre su vida luego de la fatídica experiencia… hasta ahora”, anuncia la productora.

“Hablamos de cuerpos gordos, cuerpo disidentes que están por fuera de la norma, de la hegemonía, de lo que debe ser un cuerpo perfecto y lo ponemos en escena, lo visibilizamos a través de la actuación de Juli. Ella a través de su propia historia y la historia de la Monstrua Desnuda. Ella pone en cuerpo, alma y voz un lugar que generalmente en el teatro omite o bien no da esos espacios de representación”, expresó el director y dramaturgo de la obra Ignacio en una entrevista con 0221.com.ar.

Ignacio es platense y un apasionado de las artes escénicas. Desde los ocho años empezó a sumergirse y a estudiar teatro. En la actualidad estudia la carrera de Dirección y de Actuación en la Universidad Nacional de las Artes. Es parte del grupo de teatro Doble Faz y en el 2019 creó la productora teatral Entrepuertas, donde junto a Julieta creó esta movilizadora obra.

-¿Qué le dirías al público que todavía no vio la obra?

-Que la venga a ver, porque primero es ver a una actriz con todas las letras haciendo un despliegue de dotes artísticos y actorales y poniendo en todo momento su cuerpo, su ser y su arte arriba del escenario. Eso es de las cosas más lindas del arte. Además, porque es un proyecto hecho con mucho amor y compromiso, donde nos hemos desafiado para hacer un producto final que nos enorgullece un montón y finalmente porque es entender que somos cuerpos que comparten un espacio de conflictos y que todo el tiempo vivimos de una manera donde se nos juzga  y se nos maltrata esos cuerpo y ver a Juli encarnar a esta mítica niña que fue Maria Eugenia Martinez Vallejos es revindicar los cuerpos, las agonías que tienen que afrontar todos los días.

-¿En qué se basó el texto?

-El texto se basa principalmente en dos cuestiones: la historia de La monstrua desnuda un cuadro de una niña, Eugenia Martinez Vallejos en sus dos versiones desnuda y vestida de Juan Carreño de Miranda, un pintor del periodo barroco español. Ese fue como el  motor que inspiró toda la obra pero también está basado en la propia historia de Julieta. Combinamos esas dos cosas realidad con ficción para poder generar este material.

-¿Cómo fue el proceso compartido en la dramaturgia?

-Hicimos una entrevista con Juli que fue en palabras de ella: más una sesión de terapia que otra cosa. Donde ella me relató con mucho cariño y apertura aspectos de su vida y eso fue el disparador de todo el proceso de dramaturgia que fue de manera conjunta, yo le llevaba borradores, ella los corregía, me acercaba disparadores creativos que motivaron la creación del texto y entre una cosa y la otra terminamos generando esta obra.

-¿Cómo es la dinámica de la obra?

-Es una obra de cuatro actos, cada uno plantea una dinámica actoral distinta donde Juli despliega todo el tiempo dotes para la actuación, teatro musical, la danza y el teatro clásico.

-¿Cómo se trabajó el tema?

-Con mucho compromiso, con mucho amor, con mucha pasión, con mucha conciencia.

-¿En el escenario como fue la adaptación?

-El proceso de ensayo y montaje de la obra fue muy arduo, muy exhaustivo. Buscamos todo el tiempo precisión y mucha discusión, muchas idas y venidas, prueba y error,  volver a intentar pero siempre con mucho disfrute. Disfrutamos todo el tiempo el proceso de principio a fin y ahora estamos disfrutando el hacer las funciones.

-¿Cuál fue el mayor desafío?

-Fue poder encontrar a través de Juli el poder de composición de creación creativa y artística. Poder conectar a través de la historia de Juli cuestiones que yo quería contar que tiene que ver con la violencia respecto a los cuerpos, como eso nos afectó socialmente. Después los desafíos típicos del teatro: resolver los problemas las vicisitudes, soltar las angustias que aparecen en el medio, cumplir con los plazos,  las cosas maravillosas del oficio. Eso habla del teatro como un órgano vivo, como algo que esta todo el tiempo latente. La capacidad de tener una idea y después eventualmente toca desenamorarse de las ideas y revisarlas, corregirlas estar abiertos a la escucha de les compañeros, de poder trabajar en equipo.

 

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