Después de negarse a declarar, Juan Carlos Lamarque quedó detenido formalmente acusado de asesinar a su cuñado, el mecánico de Tolos Alejandro Fernández, quien en 2013 fuera conocido como el “héroe de la inundación” por salir a rescatar con un gomón a los vecinos que estaban bajo el agua.
El juez Agustín Crispo avaló el pedido de detención que planteó la fiscal Cecilia Corfield por el delito de “homicidio calificado por alevosía, agravado por el empleo de arma de fuego en concurso real con robo”.
Según trascendió, a criterio de la fiscal existen “motivos para sospechar” que Lamarque “resulta ser probablemente autor penalmente responsable de los hechos” que se desencadenaron el 3 de noviembre en el taller de Camino Belgrano entre 525 y 526.
Según se lee en el pedido firmado por Corfield, el haberse encontrado dentro de la fosa indica que Fernández se encontraba acompañado por alguien de su confianza, “pues conforme surge de las declaraciones obrantes en la causa Fernández ‘no bajaba a fosa del taller en presencia de un extraño’”. Tampoco, agrega, “dejaba abierta la reja del local, la que solo podía abrirse desde el interior”.
La pista del “circulo cercano” a la víctima tomó cuerpo apenas conocido el crimen. Y según trascendió, fueron decisivos los aportes de testigos que estuvieron con la Fernández o pasaron por su local antes o en los momentos en que el ataque mortal se estaba consumando.
También lo fueron las indagaciones sobre los movimientos del acusado a partir de registros de cámaras de seguridad.
Según se lee en el expediente, una de las últimas personas que estuvo con la víctima señaló al cuñado presente en la escena. Ese testigo dijo que el ahora detenido llegó cuando él aun estaba con Fernández e incluso le ofreció cebar mate.
El manejo de dinero es otro de los elementos que se tuvo en consideración. Un proveedor indicó que en su presencia el mecánico contó efectivo delante suyo y marcó que no había riesgo porque el portón estaba el portón cerrado y en el lugar todos los presentes eran de confianza. Ese dinero en efectivo, unos 200 mil pesos, es el que habría desaparecido de escena.
Pero es un tercer testigo quien aporta un elemento clave. Dijo haber pasado el día del crimen por el taller, cerca las 18, y que le gritó a Fernández que le abriera el portón. Sin embargo en su lugar apareció otro hombre cuya fisonomía coincide con la de Lamarque, quien le dijo que el mecánico había salido.
Cabe recordar que el cuerpo de Fernández fue hallado por un amigo que pasó por el taller apenas pasadas las seis de la tarde, cuando ingresó al taller y vio a la víctima tirada en la fosa y con una tapa de cilindro y varias baterías encima.
Aunque el móvil y las circunstancia siguen investigándose, trascendió que por el momento la hipótesis indica que el presunto asesino, hermano de la esposa de Fernández, actuó solo.