En las últimas horas se dio a conocer que la familia de Lucas Pierazzoli, cumplió con la voluntad del jugador, donó sus órganos y se ya salvó una vida. Así lo confirmó Mateo Pierazzoli -hermano de Lucas- quien se mostró muy agradecido por los mensajes de apoyo recibidos.
“Ahora sabemos que Lucas sigue viviendo en otras personas”, celebró Mateo, uno de los tres hermanos del joven fallecido luego de sufrir una grave lesión en las vértebras que le provocó muerte cerebral. Apenas los médicos del Hospital Posadas le confirmaron que lo de Lucas era irreversible, así la familia decidió cumplir con la voluntad del joven de 28 años.
Mateo, contó que su hermano ya era donante y agregó: “Siempre ayudó a la gente, siempre se preocupaba por quienes lo rodeaban, pero también por muchos a quien no conocía, por eso esto es lo que él hubiese querido y estaría muy feliz al saber que alguien vive en parte gracias a él”.
Al contar intimidades sobre la personalidad de su hermano Lucas, Mateo no escatimó expresar sus sentimientos: “Era generoso, pensaba más en el prójimo que en sí mismo. Lucas era la mejor persona del mundo”. La familia resaltó que los médicos le informaron que ya se salvó una vida con los órganos donados, algo que resulta una gran satisfacción en este momento tan duro por el que les toca atravesar.
El joven se fracturó las vértebras y fue trasladado de urgencia al Hospital Posadas, donde confirmaron el deceso. El momento del trágico impacto quedó filmado: son 25 segundos de lo que parece una jugada normal de partido, pero que finalmente terminó siendo fatal.
En las imágenes se percibe cómo Pierazzoli protagonizó una jugada normal de partido, que es una especie de montonera en el que chocan jugadores de ambos equipos a disputar la ovalada. En ese momento, Lucas quedó debajo, inerte, y ni sus compañeros, ni el árbitro logran darse cuenta de la grave situación.
Los médicos de ambos clubes lo auxiliaron de inmediato, notando que el rugbier estaba consciente, pero le faltaba el aire. También acudieron a su atención otros tres médicos que se encontraban en la tribuna. El último parte médico informaba que el jugador había sufrido muerte cerebral, tenía varias vértebras fracturadas y se encontraba conectado a un respirador artificial. El rugbier se desempeñaba como segunda o tercera línea y era uno de los estandartes del plantel de Hurling.