La mujer de 84 años que descubrieron que tenía signos vitales justo antes de ser cremada viva en Chaco, finalmente murió después de tres días de agonía.
El fallecimiento fue confirmado por Alejandro Domínguez, jefe de la División de Prensa de la Policía de esa provincia, luego del episodio insólito. Lo cierto es que todo lo ocurrido ya es investigado por la Justicia, luego de la denuncia radicada por la familia de la víctima.
Todo se desencadenó el último fin de semana en la ciudad de Resistencia, cuando la señora fue trasladada de urgencia en el Sanatorio de la Sagrada Familia, donde quedó internada en terapia intensiva por una falla biliar.
El domingo su hija de 54 años fue a verla y le informaron que su madre había muerto por un paro cardiorrespiratorio. Le entregaron el certificado de defunción y la familia resolvió cremar el cuerpo. Se hizo un breve e íntimo velatorio y minutos antes de que el cajón ingresara al horno crematorio se desató el escándalo.
La mujer se acercó a darle el último adiós a su mamá y, de acuerdo al relato de la policía chaqueña, cuando besó el vidrio sellado que separaba el cadáver de los familiares -por protocolo- la hija notó que el barbijo se movía. No terminó ahí: luego vio que había abierto los ojos y la estaba mirando.
En medio de un gran shock, el personal de la casa velatoria la placa de vidrio sellada y trasladaron a la mujer con suma urgencia a una nueva clínica privada. A raíz del suceso, la hija presentó una denuncia judicial contra el sanatorio en la Comisaría 1ª de Resistencia. Tres días después, falleció.
En ese marco, se investiga si se trató de un caso de desidia o falta de rigurosidad médica, ya que en a actualidad se cuentan con dispositivos de tecnología muy avanzados para poder confirmar el fallecimiento de una persona. Según advirtieron los especialistas locales, se trató de un error de esos que ocurrían “hace 100 años”.

Según trascendió, el acta de defunción del sanatorio tenía errados los datos de la paciente y no presentaba ni sello ni la firma de ningún profesional de la salud de la clínica. Incluso, pese a que a la primogénita le habían comentado las causas del deceso, en el certificado no figuraba ni la hora ni el motivo de la muerte.
La causa quedó a cargo de la Fiscalía de Investigación Penal, en la que se encuentra como subrogante Ana María de Pacce.