sábado 01 de febrero de 2025

Acusan a un ex cura del colegio San Vicente de Paúl por abusar de una nena de 13 años

Fue capellán general de la institución y, de acuerdo con la demanda, habría abusado a una menor entre 2004 y 2007, cuando ella apenas tenía entre 11 y 14 años.

Una mujer de 27 años denunció penalmente al sacerdote Raúl Anatoly Sidders, ex capellán general del colegio San Vicente de Paúl por haberla abusado sexualmente cuando era menor de edad y en su condición de "guía espiritual" del establecimiento dependiente del Arzobispado. La presentación judicial fue formalizada por las abogadas Pía Garralda y Claudia Ferrero, después de varios días en que habían circulado por redes sociales acusaciones contra el cura por supuestas actitudes ofensivas, especialmente contra mujeres y homosexuales y chicos de condición humilde.

La causa quedó radicada en el juzgado de Garantías 2 de La Plata a cargo de Eduardo Silva Pelossi y en la UFI N° 11 conducida por el fiscal Alvaro Garganta.

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La denuncia indica que los abusos se habrían producido entre los años 2004 y 2007, cuando la presunta víctima tenía entre 11 y 14 años, aunque señala que un hecho de "abuso sexual agravado" ocurrió cuando la denunciante tenía 13 años. También sostiene la demanda que ante la reiteración de episodios la chica intentaba evitar todo encuentro con el religioso y que durante el último año dejó de asistir a clases.

Sidders dejó la ciudad a fines de junio último para dirigirse a la provincia de Misiones donde cumple funciones como secretario del obispo de la diócesis de Puerto Iguazú, Nicolás Baisi, que entre abril de 2010 y mayo de 2020 ofició como obispo auxiliar en La Plata.

Hace tres semanas, luego de que el periódico Prensa Obrera reflejara las denuncias expuestas en las redes circuló una nota confeccionada por las autoridades del colegio y dirigida a la comunidad educativa de la institución en la que se informaba que el Tribunal Eclesiástico de la arquidiócesis platense, conducida por el arzobispo Víctor Manuel Fernández, realizó una ronda de consultas para intentar determinar la veracidad de las imputaciones. Además de considerar tendenciosa y confusa a la publicación, los directivos aseguraron que actualmente el colegio "cumple estrictamente lo ordenado por el arzobispo en sus normas de prevención de abusos".

En diálogo con 0221.com.ar, la denunciante contó que ingresó al San Vicente a los 6 años como egresada del jardín de Infantes San Bernardo que forma parte de la misma institución. Recordó que durante una confesión con Sidders comenzó a realizarle preguntas que la incomodaron. "Nos confesaba en la capilla de a uno. Ahí me empezó a preguntar cosas extrañas como si había visto a mis papás tener relaciones sexuales, si había visto a mi papá desnudo o si sabía lo que era un pene", contó.

Siempre según la presunta víctima -cuya identidad se preserva por razones legales-, aquello fue el inicio de una serie de situaciones incómodas que se fueron incrementando. Si bien entonces contó en su casa lo que había pasado no le dieron mayor importancia.

"Un día, cuando yo estaba en sexto grado, me preguntó si sabía masturbarme y como le dije que no, me mostró con sus dedos, aunque sin tocarme, cómo tenía que hacer. Me sugirió que lo hiciera pensando en él y que en la próxima confesión le contara cómo me había sentido", aseguró. En la siguiente confesión, "se enojó cuando le dije que no me había masturbado porque no estaba preparada. Entonces me dijo 'tenés que hacerme caso, vos como mujer tenés que estar preparada para complacer al hombre'", relató.

La situación denunciada se habría extendido hasta el noveno año. "Un día Sidders me dijo que meta las manos en los bolsillos de su sotana porque las tenía frías y pude notar su erección. Ahí hablé con mi mamá y no quise ir nunca más a ese colegio", contó desconsolada la mujer, que dijo tener miedo por la reacción de Sidders que "es un señor con muchos contactos".

Grupos vinculados con las víctimas de abusos eclesiásticos buscan ahora reunir nuevos testimonios para incriminar a Sidders. Para ello se conformó un colectivo de ex alumnos, docentes y padres autoconvocados. Según los primeros testimonios recogidos en ese ámbito: "El uso de la confesión, impuesta de forma obligatoria con sumo interés en la indagación pormenorizada sobre la vida sexual de los y las alumnas es un sello que se repite en el relato que varias víctimas se animaron a contar después de varios años de silencio", explicaron.

Por su parte, el Arzobispado prefirió no responder la requisitoria periodística.

¿QUIÉN ES SIDDERS?

Raúl Anatoly Sidders es un cura muy particular. Se consagró como sacerdote en el seminario de San Miguel, regido por entonces por monseñor Héctor Aguer y quien lo convocó a La Plata como su asistente personal. Pertenece a una familia con lazos en el mundo financiero donde abundan los militares. Es un excéntrico coleccionista de antigüedades y aficionado a las recreaciones históricas, en las que embarcó a la comunidad educativa del colegio de San Vicente de Paul del que fue capellán general.

El religioso había sido protagonista de un escándalo de dimensiones con la comunidad mapuche en la zona de Paimún, en el Parque Nacional Lanín, provincia de Neuquén. A fines de la década de 1990, era capellán de Gendarmería Nacional para la Patagonia Norte y había tramitado la refuncionalización de la vieja Subunidad La Unión y logrado que se le entregara en comodato por diez años. Alambró el predio y transformó la caballeriza en una capilla. En noviembre de 2000, el Equipo Diocesano de Pastoral Aborigen (EDIPA) pidió al obispado castrense y a Gendarmería que ordenaran su retiro de la zona. En una carta abierta, EDIPA expresó que "consideramos que la construcción de una capilla es un signo de autoritarismo y do­minación, que responde a un proyecto estrictamente personal y que fue realizado en forma totalmente inconsulta". En una nota sobre el entredicho publicada por Clarín, el guardaparque del área Huechulafquen, Sergio Acosta, puso en duda sus intenciones pastorales al sostener que su proyecto era instalar allí un camping. Circunstancialmente, Sidders tenía llegada al presidente Fernando de la Rúa, al que le había ofrecido asistencia espiritual durante un viaje privado que este hizo a San Martín de los Andes junto a su familia en la Pascua de 2000. Según Sidders, en aquel momento el primer mandatario le manifestó su respaldo para seguir adelante con el proyecto y hasta lo alentó a poner un mástil para hacer flamear en ese territorio la bandera argentina. No obstante, su regreso al Paimún no fue bienvenido y a poco de llegar tuvo que alejarse definitivamente de la zona ante el rechazo unánime de los lugareños.

En 2008 Sidders fue encargado de ofrecer el responso durante la inhumación de los restos del periodista Bernardo Neustadt, que durante su infancia fue pupilo en el San Vicente.

En 2010 lanzó su propio programa de televisión: "Ave María Purísima", un híbrido en el que, mate en mano y rodeado de niños, abordaba la actualidad desde su particular cosmovisión político-religiosa. El ciclo tuvo que interrumpirse luego de que, en julio de 2013, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo lo sancionó por calificar de "loquitas", "chirusas" y "yeguas" a un grupo de manifestantes que reclamaron frente a la Catedral platense por casos de violencia de género a los que el organismo consideró ofensivos además de constitutivos de "una práctica contra los principios fundantes de la democracia". La medida también alcanzó a la empresa de cable que fue obligada a dar a conocer la resolución y evitar la emisión de nuevos "mensajes con contenidos discriminatorios, degradantes o difamantes".

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