Los empresarios gastronómicos de La Plata están atravesando una delicada situación por la crisis económica que desató el COVID-19 en Argentina. Por este motivo, mientras los encargados de los bares, restaurantes y cervecerías se las ingenian para reconvertir sus emprendimientos en plena pandemia, le pidieron a la Municipalidad que habilitara la modalidad "take away", para que los vecinos puedan retirar sus comidas y bebidas directamente de los negocios. Ahora, contaron cómo funciona en la ciudad.
Este lunes, el intendente Julio Garro firmó el decreto que autoriza la modalidad, pero la medida parece insuficiente. Según pudo saber 0221.com.ar, en el mejor de los casos las ventas apenas alcanzaron un 10% de la facturación habitual antes de iniciada la cuarentena.
"Nosotros ya lo teníamos desde siempre pero ahora nos habilitan a volver a funcionar. La verdad es que mejoró porque hubo gente que se acercó a comprar cosas de cafetería. Pastas, pizzas y risotto se mantuvo igual, pero en la merienda teníamos cero y ahora empezó a moverse", contó Martín Gómez, responsable de Paesano Rosso. En ese sentido, indicó que todavía falta mucho para volver a la facturación que tenían antes de la pandemia.
Al igual que la mayoría de los comercios de la región, Paesano trabaja a través de las aplicaciones Glovo, Rappi y Pedidos Ya! pero, además, decidieron incorporar deliverys propios.
Por su parte, Foodies también se estaba manejando por las apps y con entregas propias por WhatsApp o teléfono y tras el decreto volvieron a poner en funcionamiento este sistema. "Nosotros ya teníamos take away, porque teníamos la modalidad de ensaladas y trabajábamos mucho con las empresas, oficinas y locales de la zona", comentó la gerenta de Foodies, Juliana Tedesco. Y agregó: "Hubo más retiros de pedido, se vendió un poco más. Está complicado pero creo que se va a ir reactivando el consumo".
En esa línea, señaló que el reconocido local de 8 y 51 tiene menús con precios promocionales y no descartó, en caso de que lo habiliten, utilizar mozos de calle para tomar los pedidos en los locales aledaños.
La situación de Masse Boulangerie es similar a la que están viviendo el resto de los comercios de la región y continúan trabajando intensamente para continuar vendiendo sus productos de panadería y heladería. "Las ventas no explotaron pero subieron un poco. Habrá que ver más cerca del fin de semana. Espero que haya una mejora en la facturación", manifestó a este portal su encargada, Laura Rossetti.
"Todo ayuda, las apps o los deliverys propios. Creo que todos nos estamos reconvirtiendo, pero también hay que entender que la gente tiene un poco de miedo. Estamos atendiendo con todas las medidas de seguridad, pero todavía la gente le teme un poco a la situación", señaló al respecto y adelantó que comenzará a utilizar mozos de calle para "hacer una cartera de clientes en un radio de 200 metros".
Los números siguen estando muy por debajo de la facturación promedio del sector, pero de acuerdo con un relevamiento realizado por Pulpa, la Cámara de Empresarios Gastronómicos de La Plata, un 46,1% de los empresarios locales cree que la medida los ayudará a aumentar las ventas.
El optimismo, sin embargo, no alcanza a todos. Más de la mitad cree que la medida apenas tendrá un impacto positivo en el aumento de la facturación de los comercios.
A pesar de la medida, los empresarios esperan un guiño de la Municipalidad para volver a reactivar el consumo y así evitar tristes desenlaces como el de la confitería La París, que cerró sus puertas luego de 51 años de vida. En esa línea, este miércoles fueron recibidos por el Jefe Comunal y avanzaron el una serie de políticas concretas para permitir la reactivación del rubro.
